El muro, considerado ´de la vergüenza´ en Occidente y ´muralla de protección antifascista´ por el Este, permaneció en pie 28 años, dos meses y 27 días.
El Muro de Berlín de cuya caída se conmemora el veinte aniversario, el próximo día 9, fue símbolo de la división de Alemania y por extensión de Europa, consecuencia de la Guerra Fría.
La noche del 12 al 13 de agosto de 1961 Berlín quedó dividida en dos por orden de las autoridades de la República Democrática de Alemania (RDA), una valla de alambres partía físicamente a la ciudad.
El muro, considerado "de la vergüenza" en Occidente y "muralla de protección antifascista" por el Este, permaneció en pie 28 años, dos meses y 27 días.
En su construcción, decidida en la reunión del Pacto de Varsovia (Moscú, junio de 1961), por iniciativa de la URSS, fueron movilizados unos 40.000 soldados y policías de la RDA.
Algo más de 155 kilómetros atravesaron Berlín y rodearon la parte occidental, convirtiéndola en una "isla".
Su origen hay que buscarlo en la división de Alemania, decidida por las potencias vencedoras (EEUU, URSS, Reino Unido y Francia) en la Segunda Guerra Mundial, que acabó en la creación de dos países en 1949, la República Federal de Alemania (RFA) y la RDA.
Berlín fue el símbolo de la fractura de Europa en dos bloques por la "Guerra Fría", mantenida por EEUU y sus aliados occidentales y la URSS y los países de su órbita al Este de Austria.
Sin embargo, para muchos fue un fracaso. Según la Fiscalía de Berlín, al menos 276 personas murieron y más de 3.000 fueron encarcelas, en el intento de huir del comunismo.
La primera víctima fue Günter Litfin (24 años) que murió el 24 de agosto de 1961 y la última fue Chris Gueffroy (20 años), al que dispararon el 5 de febrero de 1989.
La noche del 9 al 10 de noviembre de 1989 los berlineses sorprendieron al mundo con el derribo del Muro, tras varios meses de protestas y amparados por la "perestroika" (reestructuración) del líder soviético, Mijail Gorbachov.
El 18 de octubre el presidente de la RDA, Erich Honecker, de la "vieja guardia", fue sustituido por el reformista Egon Krenz, que propuso aprobar el "visado de salida". Y en la tarde del día 9, el portavoz del politburó, Günther Schabovski, anunció la emisión inmediata de visados.
A los pocos minutos, un periodista de Associated Press afirmaba que Alemania Oriental abría sus fronteras.
Formalmente el Muro cayó a las diez de la noche, cuando se abrió el primer paso fronterizo en Bornholmerstrasse.
Sin embargo, el suceso cogió desprevenidos a los políticos. El canciller de la RFA, Helmut Kohl, estaba de visita oficial en Varsovia y no llegó a Berlín hasta 24 horas después.
A partir de entonces el debate se centró en la reunificación. El grito de "Somos el pueblo", con el que los berlineses se manifestaban a favor de la apertura en el otoño de 1989, pasó a "Somos un pueblo".
El 1 de julio de 1990 se llevó a cabo la unión económica, monetaria y social y el 3 de octubre, entró en vigor del Tratado de Unificación de la RFA y la RDA. Las primeras elecciones se celebraron el 2 de diciembre de ese mismo año.
Con la reunificación, Berlín recuperó la capitalidad, aprobada por el Parlamento Federal en junio de 1991, y en agosto de 1999 el Gobierno se instaló oficialmente allí.
Según afirmó el canciller Kohl en el décimo aniversario de la caída, el proceso no hubiera sido posible sin el apoyo de EEUU y la URSS. Fue fundamental el papel de Gorbachov y del entonces presidente estadounidense, George Bush.
Kohl, artífice de la reunificación, fue sustituido por el socialdemócrata Gerhard Schroeder (1998-2005), el encargado de trasladar el gobierno a Berlín y años después, los democristianos volvieron a la cancillería con una mujer, Angela Merkel (2005-actualidad), procedente del Este.
Alemania traslada su imagen a través de un Berlín renovado, con una gran actividad, que aspira a convertirse en la capital europea de referencia. Según su alcalde, Klaus Wowereit, aspiran también a ser punto de encuentro entre el Este y el Oeste en el sentido europeo.
Lo primero que llama la atención de Berlín es la renovación arquitectónica, como la cúpula de cristal del Reichstag (Parlamento), obra del arquitecto Norman Foster.
Otro lugar emblemático, es la Postdamer Platz, en Berlín Este, que pasó de ser un descampado, a un espacio en el que se ha construido el Sony Center y una docena de edificios diseñados por arquitectos de renombre.
Del viejo Berlín queda 1,3 kilómetros de muro, conocido como el East Side Gallery, donde un centenar de artistas de todo el mundo estamparon sus "grafitis" tras la caída, reconstruido para celebrar el vigésimo aniversario.
También se ha mantenido el paso fronterizo del Check Point Charlie. EFE
La noche del 12 al 13 de agosto de 1961 Berlín quedó dividida en dos por orden de las autoridades de la República Democrática de Alemania (RDA), una valla de alambres partía físicamente a la ciudad.
El muro, considerado "de la vergüenza" en Occidente y "muralla de protección antifascista" por el Este, permaneció en pie 28 años, dos meses y 27 días.
En su construcción, decidida en la reunión del Pacto de Varsovia (Moscú, junio de 1961), por iniciativa de la URSS, fueron movilizados unos 40.000 soldados y policías de la RDA.
Algo más de 155 kilómetros atravesaron Berlín y rodearon la parte occidental, convirtiéndola en una "isla".
Su origen hay que buscarlo en la división de Alemania, decidida por las potencias vencedoras (EEUU, URSS, Reino Unido y Francia) en la Segunda Guerra Mundial, que acabó en la creación de dos países en 1949, la República Federal de Alemania (RFA) y la RDA.
Berlín fue el símbolo de la fractura de Europa en dos bloques por la "Guerra Fría", mantenida por EEUU y sus aliados occidentales y la URSS y los países de su órbita al Este de Austria.
Sin embargo, para muchos fue un fracaso. Según la Fiscalía de Berlín, al menos 276 personas murieron y más de 3.000 fueron encarcelas, en el intento de huir del comunismo.
La primera víctima fue Günter Litfin (24 años) que murió el 24 de agosto de 1961 y la última fue Chris Gueffroy (20 años), al que dispararon el 5 de febrero de 1989.
La noche del 9 al 10 de noviembre de 1989 los berlineses sorprendieron al mundo con el derribo del Muro, tras varios meses de protestas y amparados por la "perestroika" (reestructuración) del líder soviético, Mijail Gorbachov.
El 18 de octubre el presidente de la RDA, Erich Honecker, de la "vieja guardia", fue sustituido por el reformista Egon Krenz, que propuso aprobar el "visado de salida". Y en la tarde del día 9, el portavoz del politburó, Günther Schabovski, anunció la emisión inmediata de visados.
A los pocos minutos, un periodista de Associated Press afirmaba que Alemania Oriental abría sus fronteras.
Formalmente el Muro cayó a las diez de la noche, cuando se abrió el primer paso fronterizo en Bornholmerstrasse.
Sin embargo, el suceso cogió desprevenidos a los políticos. El canciller de la RFA, Helmut Kohl, estaba de visita oficial en Varsovia y no llegó a Berlín hasta 24 horas después.
A partir de entonces el debate se centró en la reunificación. El grito de "Somos el pueblo", con el que los berlineses se manifestaban a favor de la apertura en el otoño de 1989, pasó a "Somos un pueblo".
El 1 de julio de 1990 se llevó a cabo la unión económica, monetaria y social y el 3 de octubre, entró en vigor del Tratado de Unificación de la RFA y la RDA. Las primeras elecciones se celebraron el 2 de diciembre de ese mismo año.
Con la reunificación, Berlín recuperó la capitalidad, aprobada por el Parlamento Federal en junio de 1991, y en agosto de 1999 el Gobierno se instaló oficialmente allí.
Según afirmó el canciller Kohl en el décimo aniversario de la caída, el proceso no hubiera sido posible sin el apoyo de EEUU y la URSS. Fue fundamental el papel de Gorbachov y del entonces presidente estadounidense, George Bush.
Kohl, artífice de la reunificación, fue sustituido por el socialdemócrata Gerhard Schroeder (1998-2005), el encargado de trasladar el gobierno a Berlín y años después, los democristianos volvieron a la cancillería con una mujer, Angela Merkel (2005-actualidad), procedente del Este.
Alemania traslada su imagen a través de un Berlín renovado, con una gran actividad, que aspira a convertirse en la capital europea de referencia. Según su alcalde, Klaus Wowereit, aspiran también a ser punto de encuentro entre el Este y el Oeste en el sentido europeo.
Lo primero que llama la atención de Berlín es la renovación arquitectónica, como la cúpula de cristal del Reichstag (Parlamento), obra del arquitecto Norman Foster.
Otro lugar emblemático, es la Postdamer Platz, en Berlín Este, que pasó de ser un descampado, a un espacio en el que se ha construido el Sony Center y una docena de edificios diseñados por arquitectos de renombre.
Del viejo Berlín queda 1,3 kilómetros de muro, conocido como el East Side Gallery, donde un centenar de artistas de todo el mundo estamparon sus "grafitis" tras la caída, reconstruido para celebrar el vigésimo aniversario.
También se ha mantenido el paso fronterizo del Check Point Charlie. EFE
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