Un periodista español quiso averiguar cuánto de pose hay cuando se habla de texturas y aromas en la cata de vinos y fue a una feria a realizar una prueba.
Los catadores de vino suelen usar términos demasiado sofisticados para el común de los bebedores. Para ellos existen vinos aterciopelados, astringentes y redondos. También usan expresiones como 'impresión en retrogusto', 'taninos pulidos' o 'buen paso en boca'. Descripciones que pueden apabullar a los no iniciados o hacer despertar sospechas a los más suspicaces. ¿Realmente saben de lo que están hablando estos tipos?
El periodista gastronómico español Mike López Iturriaga quiso averiguar cuánto de pose hay cuando se habla de texturas y aromas en la cata de vinos y fue a una feria vitivinícola para poner a prueba a algunos catadores aficionados. Para ello compró un euro de vino a granel, le pegó una etiqueta a la botella para darle más seriedad y se fue hacer la degustación.
Catadores a prueba. López compartió el video de su experiencia en la feria de vinos en su programa de youtube El Comidista, que publica el diario El País. En su segmento 'La prueba del postureo' se ve a varias personas probar el vino con los rituales propios de los catadores: suaves y circulares movimientos de copa, olfateo del contenido y la prueba en boca de la bebida. Los veredictos tras las catas, son desopilantes.
"Me parece muy frutal, muy fresco, muy agradable; con notas de hierbitas, está muy bueno", dice uno. Otro comenta que le ha encontrado al vino "mucha fruta, mucha golosidad, buena acidez, buen paso en boca". "(Es) muy fragante, muy fluido", detalla.
"En primer término noto unos aromas lácticos y detrás la fruta, tambien muy elegante en boca. Muy buena entrada, con el tanino bien pulido, y también un vino muy goloso y muy redondo. No rasca para nada, o sea, fantástico", comenta con entusiasmo uno con aires de entendido. Este, incluso, se aventura a ubicar la procedencia del vino. "No lo situaría en las regiones clásicas catalanas, lo situaría más por el centro de España", dice.
Otro catador descifra una propuesta novedosa: "Me parece que es un estilo natural, sin sulfuroso, un vino muy abierto, sin peso, buscando el frescor. Tiene una nariz un poco peculiar, yo digo que es una apuesta moderna, actual, abierta".
El catador sincero
Curiosamente, el único catador que admite que no está en capacidad de decir si la bebida es buena o mala, es quien describe mejor la pobre calidad del vino.
"No sé lo que es, pero no me gusta, lo noto muy alcohólico, pero no sé si es bueno o malo. No me gusta para nada y lo que noto es que es un vino distinto a los tintos que he bebido hasta ahora", comentó.
Al final, López revela la verdad a los catadores, quienes se ríen de haber usado expresiones como ‘evolucionado´ o ‘cálido’ para describir al vino de un euro. “Me has pillado completamente”, le dice el que parecía ser el más experto.
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