Las pulgas no solo causan picazón en los gatos, también pueden transmitir enfermedades y generar problemas graves si no se controlan a tiempo.
Las pulgas son una de las infestaciones más comunes en los gatos y pueden causarles molestias, alergias e incluso enfermedades. Aunque muchos dueños de mascotas creen que solo afectan a los felinos que salen al exterior, lo cierto es que estos parásitos pueden ingresar al hogar de diversas formas y afectar a cualquier gato.
Si tu gato se rasca con frecuencia y notas pequeñas heridas o irritaciones en su piel, podrías estar enfrentando un problema más grave de lo que parece. Las pulgas no solo generan molestias en los felinos, sino que pueden transmitir enfermedades y afectar su salud de manera considerable. Sin embargo, muchos dueños cometen errores en el control de estos parásitos, poniendo en riesgo a sus mascotas sin darse cuenta.
Para profundizar en el tema, Cecilia Padilla, médico veterinaria especialista en dermatología y medicina felina, explicó en el programa Encendidos de RPP, sobre los peligros de las pulgas y cómo eliminarlas sin afectar la salud de los gatos.
El error más común
Frente a la urgencia de eliminar las pulgas, muchos dueños de gatos cometen el error de aplicarles productos antipulgas diseñados para perros. Según la médico veterinaria, la mayoría de estos contienen químicos altamente tóxicos para los felinos, capaces de provocar espasmos, convulsiones e incluso la muerte. Aunque algunas marcas pueden usarse en ambas especies, la especialista advierte que la gran mayoría de los antipulgas para perros no deben aplicarse en gatos ni en conejos.
Los peligros de las pulgas en los gatos
Más allá de la picazón, las pulgas representan una amenaza seria para la salud de los gatos. Estos parásitos se alimentan de su sangre, lo que puede debilitarlos y generar anemia, especialmente en cachorros o felinos de edad avanzada. Además, su presencia constante causa estrés y malestar en las mascotas, afectando su calidad de vida.
Pero sus efectos van más allá. Las pulgas pueden provocar dermatitis, infecciones cutáneas e inflamaciones severas. También pueden transmitir el parásito intestinal Dipylidium caninum, que afecta a felinos y humanos. Algunas enfermedades transmitidas por estos parásitos pueden derivar en problemas sistémicos más graves.
Además, muchos dueños creen que su gato no tiene pulgas porque lo ven acicalándose, cuando en realidad podría estar rascándose. La diferencia clave es que el acicalamiento es un proceso ordenado desde la cabeza hasta la cola, mientras que el rascado se centra en zonas específicas como la base de la cola, el abdomen o las patas.
Cómo eliminar las pulgas de manera efectiva
El tratamiento adecuado comienza con la elección de un buen antipulgas que tenga una duración mínima de 30 días, ya que el ciclo de vida de la pulga, desde que eclosiona el huevo hasta su muerte, es de aproximadamente 25 días. Actualmente, existen productos con una cobertura de hasta 3 meses y collares antipulgas que protegen por 8 meses.
Padilla recalca que las pulgas provienen del entorno. Si hay otros gatos o perros en casa que salen al exterior, es probable que traigan pulgas consigo. Para reducir el riesgo de infestación, recomienda:
- Usar repelentes naturales como el aceite de neem, que ayuda a disminuir la carga de pulgas en camas y superficies.
- Lavar y cambiar frecuentemente la ropa de cama del gato para eliminar larvas y huevos.
- Aplicar productos antipulgas de forma regular y asegurarse de que cubran más de un mes de protección.
¿Por qué un gato que no sale de casa puede tener pulgas?
Se cree que, al mantener a sus gatos dentro de casa, están libres de pulgas. Sin embargo, estos parásitos pueden ingresar al hogar de distintas maneras, ya sea transportados por otros animales que merodean en el exterior o incluso a través de objetos contaminados. Una sola pulga que entre al hogar es suficiente para iniciar una infestación.
Las pulgas no son solo una molestia para los gatos, sino una amenaza para su salud. La prevención y el tratamiento adecuado son esenciales para evitar complicaciones mayores. La clave está en usar productos específicos para gatos, mantener la higiene del entorno y aplicar medidas preventivas de forma constante. Así, se puede garantizar el bienestar de los felinos sin correr riesgos innecesarios.
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