Francisca Crovetto ganó la medalla de oro en skeet femenino en París 2024. Es el primero de la delegación chilena en los presentes Juegos.
Día histórico para Chile. Francisca Crovetto se alzó la medalla de oro en skeet femenino en los Juegos Olímpicos París 2024, tercer título olímpico de Chile en toda la historia.
Crovetto se impuso —con suspenso— a la británica Amber Jo Rutter, con la que tuvo que ir al desempate tras igualar con 55 aciertos en el campo de tiro de Chateauroux. El bronce fue para la estadounidense Austen Jewell Smith, con 45.
La tiradora de 34 años encuentra así -finalmente- el premio a su larga carrera, tras participar en cuatro Juegos Olímpicos. Ocupó el octavo puesto en Londres, el decimonoveno en Río y el vigésimo tercero en Tokio.
'Fran', tiradora desde los 13 años, quiso ser olímpica desde que vio a Massú y González ganar sus medallas en Atenas 2004. Hoy, se convirtió en su sucesora como campeona olímpica. La suya es la primera medalla de Chile en estos Juegos.
Francisca Crovetto se vio agradecida por el apoyo mostrado
Terminada la competencia, Francisca Crovetto se mostró agradecida a todas las personas que le han ayudado "en este recorrido de más de veinte años" y aseguró que "nunca lo mucho costó poco".
La primera medallista de oro de su país expresó su agradecimiento por la "oportunidad" que le ha dado la vida y por ello le dio gracias a todo Chile y a todos los que ha tenido a su lado.
"Los Panamericanos me marcaron muchísimo. Yo tenía mucho miedo antes de Santiago 2023. No sabía si iba a ser capaz de aguantar la presión y eso que tanto le temía que eran las expectativas de la gente, mirando, gritando..., fue lo que me ayudó a ganar esos Juegos Panamericanos y es lo que me ayudó hoy día a ganar unos Juegos Olímpicos" explicó.
Por último, hizo un recorrido por la familia y su equipo de trabajo, clave para este éxito en sus cuartos Juegos.
"Que sean duros profesionales, que traten de trabajar cada detalle, que no regalen nada nunca, y que sepan construir sus sueños. Los sueños no se construyen de un día para otro y son difíciles. Nunca es fácil. El que quiera las cosas fáciles que no se dedique al alto rendimiento y que abrace la presión", comentó.
"Yo estaba muy nerviosa en la final. Mi corazón latía, creo que tenía 160 pulsaciones. Ser capaz de rendir con la presión es lo que hace la diferencia, que trabajen la presión, sepan respirar, manejar su mente, trabajar su cuerpo y soñar", añadió.
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