Los Juegos Olímpicos no siempre otorgó medallas doradas a los mejores atletas. No fue sino hasta en 1904 que se comenzó a entregar este tipo de premios.
Hoy en día, Río 2016 derrocha miles de dólares en premios y medallas de oro a aquellos atletas que se impongan ante los demás participantes; sin embargo, pocos saben en qué edición comenzaron a otorgar estas recompensas.
Atenas 1896. En la inauguración de los Juegos Olímpicos modernos, los ganadores recibieron una medalla de plata, un certificado y una corona de hojas de olivo. El segundo premio consistió en una medalla de bronce y una corona de laurel, mientras que los que lograron el tercer puesto se fueron a casa con las manos vacías.
Hecho inédito. En los Juegos Olímpicos de París en 1900 tampoco se otorgó preseas como hoy en día se conoce, sino estas eran rectangulares teniendo por primera vez a la diosa alada Niké, como diseño principal. En la cara posterior mostraba la imagen de un atleta victorioso.
Cambio. La primera medalla de oro redonda se otorgó en 1904, en los Juegos Olímpicos de San Luis, Misuri, Estados Unidos. Uno de los motivos por los que se comenzó a entregar este tipo de preseas fue por la tradición militar de aquel entonces. Las mayores distinciones castrenses de la época eran medallas circulares.
¿Por qué oro, plata y bronce? Los tres metales representan a las tres primeras edades del hombre de la mitología clásica griega. La edad dorada representa al tiempo de los dioses, la de plata es la de la juventud y la de bronce es la época de los héroes y las guerras.
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