El Mandatario estadounidense arribó a Copenhague con la intención de fortalecer la candidatura de Chicago y hacerse con la sede de los Juegos Olímpicos de 2016.
La candidatura olímpica de Chicago redobla hoy su apuesta para hacerse con los Juegos de 2016, con la partida del presidente de EEUU, Barack Obama, a Copenhague para defender personalmente las opciones de su ciudad de adopción.
Obama tiene previsto partir en torno a las 19.00 horas locales (23.00 GMT) hacia la capital danesa, a la que llegará poco después de las 08.00 horas locales (06.00 GMT) de mañana, viernes.
En este viaje el presidente estadounidense pasará más tiempo en el avión que en la capital danesa, donde apenas permanecerá cinco horas, las justas para exponer su discurso promocional sobre Chicago ante los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) y saludar a la reina Margarita II de Dinamarca.
Para cuando el COI comience la votación para decidir la ganadora entre Chicago, Madrid, Río de Janeiro y Tokio, el presidente y su esposa, Michelle -que ya se encuentra en Copenhague desde el miércoles-, habrán emprendido regreso a Washington.
Michelle ha descrito la votación de mañana como "una guerra" en la que Estados Unidos está dispuesto a "luchar sin piedad".
La primera dama también ha comparado el acontecimiento a una campaña electoral, en la que no se puede dar ningún voto por seguro hasta que se ha emitido.
"Es nuestra mejor arma", ha asegurado el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, acerca del envío de Michelle Obama como avanzadilla de la delegación estadounidense.
Pero la presencia del propio presidente estadounidense, confía el Comité Olímpico de EEUU, puede ser el factor que decida la votación, como en su día ocurrió con el primer ministro británico, Tony Blair, cuando el COI decidió en Singapur en 2005 que Londres sería la organizadora de los Juegos de 2012.
Por ejemplo, calculan, Obama, un ávido deportista él mismo, podría inclinar a favor de Chicago a representantes de países africanos.
El primer presidente negro de EEUU es inmensamente popular en esa región del mundo, que no cuenta con una ciudad candidata que defender en la votación.
El anuncio del viaje presidencial tuvo lugar el lunes por la mañana por sorpresa, después de que el propio Obama hubiera declarado días antes que la reforma del sistema sanitario le mantendría demasiado ocupado como para desplazarse.
La Casa Blanca ha justificado el viaje, el primero de un presidente estadounidense para defender una candidatura olímpica, con el argumento de que un triunfo de Chicago sería muy beneficioso para la economía estadounidense.
Pero lo cierto es que al presidente apenas le quedaba otra opción, en vista de que el resto de las candidaturas ha movilizado a sus respectivos gobernantes y todo tipo de "pesos pesados" deportivos.
Si Obama hubiera permanecido en Washington y Chicago resulta derrotada, le hubieran llovido las críticas por no haber hecho lo suficiente en favor de su ciudad de adopción.
Ahora se somete a otro riesgo: que aun yendo, la candidatura estadounidense no consiga la victoria.
La oposición republicana ya le ha reprochado el desplazamiento en momentos en los que está pendiente la reforma sanitaria o el diseño de una nueva estrategia para Afganistán.
A juicio de las casas de apuestas británicas, las grandes especialistas en el cálculo de probabilidades deportivas, el riesgo de Obama es cuando menos limitado.
Las posibilidades de Chicago, según estas casas, son de cuatro sobre cinco, seguida de Río de Janeiro, a trece sobre ocho, mientras que Tokio y Madrid quedan rezagadas.
EFE
Obama tiene previsto partir en torno a las 19.00 horas locales (23.00 GMT) hacia la capital danesa, a la que llegará poco después de las 08.00 horas locales (06.00 GMT) de mañana, viernes.
En este viaje el presidente estadounidense pasará más tiempo en el avión que en la capital danesa, donde apenas permanecerá cinco horas, las justas para exponer su discurso promocional sobre Chicago ante los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) y saludar a la reina Margarita II de Dinamarca.
Para cuando el COI comience la votación para decidir la ganadora entre Chicago, Madrid, Río de Janeiro y Tokio, el presidente y su esposa, Michelle -que ya se encuentra en Copenhague desde el miércoles-, habrán emprendido regreso a Washington.
Michelle ha descrito la votación de mañana como "una guerra" en la que Estados Unidos está dispuesto a "luchar sin piedad".
La primera dama también ha comparado el acontecimiento a una campaña electoral, en la que no se puede dar ningún voto por seguro hasta que se ha emitido.
"Es nuestra mejor arma", ha asegurado el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, acerca del envío de Michelle Obama como avanzadilla de la delegación estadounidense.
Pero la presencia del propio presidente estadounidense, confía el Comité Olímpico de EEUU, puede ser el factor que decida la votación, como en su día ocurrió con el primer ministro británico, Tony Blair, cuando el COI decidió en Singapur en 2005 que Londres sería la organizadora de los Juegos de 2012.
Por ejemplo, calculan, Obama, un ávido deportista él mismo, podría inclinar a favor de Chicago a representantes de países africanos.
El primer presidente negro de EEUU es inmensamente popular en esa región del mundo, que no cuenta con una ciudad candidata que defender en la votación.
El anuncio del viaje presidencial tuvo lugar el lunes por la mañana por sorpresa, después de que el propio Obama hubiera declarado días antes que la reforma del sistema sanitario le mantendría demasiado ocupado como para desplazarse.
La Casa Blanca ha justificado el viaje, el primero de un presidente estadounidense para defender una candidatura olímpica, con el argumento de que un triunfo de Chicago sería muy beneficioso para la economía estadounidense.
Pero lo cierto es que al presidente apenas le quedaba otra opción, en vista de que el resto de las candidaturas ha movilizado a sus respectivos gobernantes y todo tipo de "pesos pesados" deportivos.
Si Obama hubiera permanecido en Washington y Chicago resulta derrotada, le hubieran llovido las críticas por no haber hecho lo suficiente en favor de su ciudad de adopción.
Ahora se somete a otro riesgo: que aun yendo, la candidatura estadounidense no consiga la victoria.
La oposición republicana ya le ha reprochado el desplazamiento en momentos en los que está pendiente la reforma sanitaria o el diseño de una nueva estrategia para Afganistán.
A juicio de las casas de apuestas británicas, las grandes especialistas en el cálculo de probabilidades deportivas, el riesgo de Obama es cuando menos limitado.
Las posibilidades de Chicago, según estas casas, son de cuatro sobre cinco, seguida de Río de Janeiro, a trece sobre ocho, mientras que Tokio y Madrid quedan rezagadas.
EFE
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