El ciudadano José Mercé, pescador en Huanchaco desde hace 51 años, explicó a los jóvenes cómo se fabrican las tradiciones embarcaciones.
Los expedicionarios de la Ruta Quetzal BBVA aprendieron el martes cómo se fabrican los "caballitos de totora", tradicionales embarcaciones pesqueras de la localidad peruana de Huanchaco, para después surfear sobre ellas en aguas del océano Pacífico.
La elaboración artesanal de estas peculiares tablas de surf se remonta a unos 4.000 años, periodo muy anterior a la expansión de la cultura mochica en la costa norte de Perú, del siglo I al VIII después de Cristo.
En la actualidad, solo 30 pescadores mantienen en Huanchaco la tradición de la pesca en "caballito de totora", algunos de los cuales enseñaron a los "ruteros" el arte de su construcción a base de "totora", planta acuática que forma la base de la embarcación.
Junto al campamento instalado días antes en plena costa del Pacífico y a escasos kilómetros del pueblo, los expedicionarios aprendieron cómo se extrae la "totora" de pequeños humedales de 30 a 40 centímetros de profundidad para luego esperar a que se seque.
El siguiente paso es unir cada uno de ellos entre sí con una gruesa cuerda de nombre "huancana" hasta formar el caballito, cuyo peso final es de 25 kilos.
Temerosos al principio, los jóvenes "ruteros" disfrutaron como nunca del vaivén de las olas bajo las embarcaciones y regresaron después calados hasta los huesos al campamento.
Sin tiempo ni para reponer fuerzas, la expedición de la Ruta Quetzal BBVA visitó luego el complejo arqueológico de Chan Chan, capital religiosa y administrativa de la Cultura Chimú, que floreció entre los siglos IX al XV después de Cristo en la costa norte de Perú.
Los expedicionarios concluyeron la jornada paseando por las calles de la ciudad de Trujillo, donde recordaron la figura del que fuera su obispo, el español Baltasar Jaime Martínez Compañón.
EFE
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