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Mohamed Farah, de huir de Somalia a leyenda en Río 2016

Los conflictos internos que vivió Somalia en 1993 lo obligaron a irse como refugiado a Inglaterra a los 8 años.
Los conflictos internos que vivió Somalia en 1993 lo obligaron a irse como refugiado a Inglaterra a los 8 años. | Fuente: AFP

Tal como lo hizo en Londres 2012, Mohamed Farah ganó oro en 5 y 10 mil metros. Tras una infancia dura, podría llegar a ser el mejor fondista de la historia.

Mohamed Farah (33 años) empezó su participación en Río 2016 con una inesperada caída en plena competencia por la medalla de oro en los 10 mil metros. Sin embargo, ‘Mo’ se levantó y retuvo su medalla que ganó en Londres 2012. Hoy, el atleta británico hizo lo propio en los 5 mil metros (también la ganó en Londres). Su caída no fue casualidad. Esta simboliza su vida llena de difíciles momentos. Esta es la conmovedora historia del fondista que podría ser considerado el mejor de la historia.

Del fútbol al atletismo - ‘Mo’ nació, junto a su hermano gemelo Hassan, en Somalia. Los conflictos internos que vivió el país africano en 1993 lo obligaron a irse como refugiado a Inglaterra a los 8 años. A esa edad, sin saber hablar inglés y sin documentos, vivió los momentos más difíciles de su vida debido al escaso contacto con sus padres. Pero siempre se levantó gracias al deporte. Empezó con el fútbol. Alan Watkinson, su profesor de educación física le vio aptitudes pero no precisamente con el balón: el atletismo era lo suyo.

Las primeras carreras – En 2001, el joven Farah ganó su primera gran competencia, el Campeonato Europeo Junior de Atletismo en 5 mil metros. Consiguió la medalla de oro. Desde entonces comenzó a entrenar y trabajar para mantenerse: fue vendedor en un local de deportes y ayudante en un restaurante de comidas rápidas. En 2003, juntó suficiente dinero para volver a ver a su hermano gemelo en Somalia: “fue el mejor sentimiento de mi vida”, comentó ‘Mo’.

La influencia keniata – A su regreso a Londres, empezó a entrenar aún más seriamente. En 2005 se mudó a un campo de entrenamiento con atletas keniatas de élite. “Cuando vi a los kenianos, realmente me hicieron abrir los ojos, porque era como ‘si estos son los corredores con los que voy a competir, entonces tengo que entrenar más duro”, manifestó. Entonces comenzó una etapa de arduo entrenamiento.

Oro en Londres 2012 – Su esfuerzo fue enorme pero aún no era suficiente. En 2008 no logró pasar a la final de los 5 mil metros en los Juegos Olímpicos de Beijing. Esto, en lugar de desanimarlo, lo hizo dar más de sí. En 2011, con la importante ayuda de Alberto Salazar, su nuevo entrenador, se mudó a Oregón, Estados Unidos. En 2011 ganó la medalla de oro (5 mil metros) en el Mundial de Atletismo, pero solo pudo obtener la plata en 10 mil metros. En 2012, tuvo su revancha en los Juegos Olímpicos disputados en Londres: ganó oro en 5 mil y 10 mil metros. Era el mejor del momento.

¿El mejor de la historia? – Tras su caída, Mohamed Farah se levantó y volvió a ganar oro en 5 y 10 mil metros en Río 2016. Solo el finlandés Lasse Viren logró reeditar medallas doradas en estas dos competencias en dos Juegos Olímpicos seguidos (1972 y 1976). Sin embargo, los récords mundiales le pertenecen a los etíopes Haile Gebresselasie (5 mil) y Kenenisa Bekele (10 mil). La capacidad de Farah de superarse a sí mismo le pueden llevar a ser el mejor de la historia si pasa a un terreno difícil y poco frecuentado: el de las maratones. Motivos no le faltan a ‘Mo’: “Quiero ganar, quiero hacer historia, quiero continuar y quiero un día ser capaz de impresionar a mis hijos y que puedan decir ‘Mirá, mi papá era un gran corredor”, manifestó.

Mohamed Farah conmovió al mundo al ganar la medalla de oro en 10 km masculino a pesar de caerse en el camino.
Mohamed Farah conmovió al mundo al ganar la medalla de oro en 10 km masculino a pesar de caerse en el camino. | Fuente: AFP
Mohamed Farah besó a su novia Tania tras sus victorias en 5 mil y 10 mil metros en Río 2016.
Mohamed Farah besó a su novia Tania tras sus victorias en 5 mil y 10 mil metros en Río 2016. | Fuente: AFP
“Hay un punto en la carrera donde uno deja de disfrutar y uno no quiere seguir y ahí es donde uno tiene que colgar los botines. Todavía no me sucedió. Más que nunca quiero salir y hacerlo por mis hijos, mi familia, por mí. Quiero ganar, quiero hacer historia, quiero continuar y quiero un día ser capaz de impresionar a mis hijos y que puedan decir ‘Mirá, mi papá era un gran corredor”, Mohamed Farah.
“Hay un punto en la carrera donde uno deja de disfrutar y uno no quiere seguir y ahí es donde uno tiene que colgar los botines. Todavía no me sucedió. Más que nunca quiero salir y hacerlo por mis hijos, mi familia, por mí. Quiero ganar, quiero hacer historia, quiero continuar y quiero un día ser capaz de impresionar a mis hijos y que puedan decir ‘Mirá, mi papá era un gran corredor”, Mohamed Farah. | Fuente: AFP
Los récords mundiales le pertenecen a los etíopes Haile Gebresselasie (5 mil) y Kenenisa Bekele (10 mil). Farah busca superase a sí mismo.
Los récords mundiales le pertenecen a los etíopes Haile Gebresselasie (5 mil) y Kenenisa Bekele (10 mil). Farah busca superase a sí mismo. | Fuente: AFP
“Cuando vi a los kenianos, realmente me hicieron abrir los ojos, porque era como ‘si estos son los corredores con los que voy a competir, entonces tengo que entrenar más duro’. Desde el 2005, senté cabeza y comí-dormí-entrené. Eso es todo lo que hice desde entonces”, manifestó Farah.
“Cuando vi a los kenianos, realmente me hicieron abrir los ojos, porque era como ‘si estos son los corredores con los que voy a competir, entonces tengo que entrenar más duro’. Desde el 2005, senté cabeza y comí-dormí-entrené. Eso es todo lo que hice desde entonces”, manifestó Farah. | Fuente: AFP
“Todas las semanas salgo adelante, todos los meses salgo adelante, es como una coraza. Correr es la parte más fácil para mí. Lleva meses y meses de preparación, encerrándote en un campamento de entrenamiento, no poder ver a tu familia, tus hijos. A veces duele, pero me desquito en la pista. Pienso en la carrera pero todo sucede en el entrenamiento”, afirma Farah.
“Todas las semanas salgo adelante, todos los meses salgo adelante, es como una coraza. Correr es la parte más fácil para mí. Lleva meses y meses de preparación, encerrándote en un campamento de entrenamiento, no poder ver a tu familia, tus hijos. A veces duele, pero me desquito en la pista. Pienso en la carrera pero todo sucede en el entrenamiento”, afirma Farah. | Fuente: AFP


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