Con el retiro de Yao Ming del baloncesto, se va también un orgullo para China, un modelo de comportamiento y trabajo y, sobre todo, el jugador que, con su marcha en 2002 rumbo a Houston desde Shanghái, provocó la apertura de un gran mercado para la NBA.
El basquetbolista chino Yao Ming anunció su retiro este miércoles, dejando así un gran paso del básquet chino hacia la NBA. Ming, además de ser bueno dentro de la cancha, demostró calidad fuera de ella al ganar varios logros extras.
Además de defender numerosas causas sociales, Yao, de 2,29 metros, portó la bandera de China en los desfiles de inauguración de Atenas 2004, y Pekín 2008, siendo con ello el abanderado más alto de la historia de los JJOO, un curioso motivo de orgullo para el país.
Según el periodista estadounidense Brook Larmer, autor del libro "Operación Yao Ming", el pívot es un producto nacido de la mente de Mao Zedong, que aspiraba a hacer del deporte un arma política "creando" atletas.
Los padres de Yao fueron estrellas del baloncesto chino que no lo abrazaron voluntariamente sino que fueron sometidos a una férrea disciplina durante el maoísmo para incrementar la gloria del país.
Los inicios de Yao en Estados Unidos estuvieron a la altura de las expectativas y, en su primera temporada en Houston, logró una media de 29 puntos y 8,2 rebotes por partido, confirmando las buenas sensaciones mostradas en Shanghái y dando la razón a aquellos que apostaron por su fichaje.
Año tras año, Yao se fue convirtiendo en la estrella de los Rockets y fue habitual su presencia el All Star, sobre todo por las votaciones en masa de una China que había descubierto el baloncesto al más alto nivel y que estaba volcado con el shanghainés.
Una despedida que deja tras de sí la llegada de un pionero a Estados Unidos, la apertura de un mercado y, finalmente, el fin de un símbolo cuya aportación al mundo del baloncesto sólo podrá verse, en su justa medida, con el paso de los años.
EFE
Comparte esta noticia