No es una leyenda ni una ficción; fue real, The Undertaker trajo las tinieblas a Lima y peleó ante cientos de espectadores en el Nacional. Recuérda su paso por Lima en esta nota.
Aquella noche el Estadio Nacional quedó en tinieblas luego de su entrada. En las gradas, personas de todas las edades contemplaban atentamente al personaje que tantas y tantas veces siguieron solo por la TV; El Undertaker tenía los ojos fijos en el final de su corto camino entre la salida de su camarín y el cuadrilatero que aguardaba por la pelea, solo le cubría un largo sacón negro y su rostro fantasmagórico y adusto atemorizaba a todos: era el caballero de la noche en Lima.
La pelea estaba pactada y su compañero de equipo era Jeff Hardy, quien ganó campeonatos mundiales en parejas junto a su hermano Matt, una dupla que era muy seguida por la juventud y que tenía arraigo por su estilo deshinibido y rebelde con el que aparecían en el cuadrilátero.
Los rivales de turno eran Umaga y Edge, este último canadiense campeón de la Royal Rumble 2009 y que llegaba en lo mejor de su carrera a Lima. El ambiente enrarecido por una atmósfera oscura y tenebrosa tornó más interesante la pelea. The Undertaker sabía que en el Nacional tenía más aficionados a su favor que sus rivales, estos gritaban y alentaban al enterrador con cada llave o golpe que hacía.
Al final la victoria fue para el señor de la oscuridad, quien junto a Jeff Hardy, fueron los más ovacionados de la noche. Al final la luz volvería al Nacional, pero queda claro que solo fue cuando no hubo rastro alguno ya del Undertaker en el Nacional, sino, hubiese sido imposible. Una noche inolvidable para los amantes de la lucha libre de entretenimiento.
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