El jamaiquino reapareció seis días después de ganar su tercera medalla de oro, la de relevos 4x100. Antes había ganado también las de 100 y 200.
Usain Bolt, el astro de la velocidad mundial, sólo pudo despegarse de su compatriota Asafa Powell en el último tramo de la carrera de Zúrich y tuvo que hacer un alarde de potencia en las últimas zancadas para vencer en 9.81.
La diferencia en la salida marcó el desarrollo de la carrera. Powell partió 25 milésimas más rápido que Bolt y mantuvo la incertidumbre hasta los cuadros, cuando, finalmente, se entregó. Sólo siete centésimas le separaron del triple campeón mundial y olímpico.
Bolt, el héroe de los Mundiales de Berlín, reaparecía seis días después de ganar su tercera medalla de oro, la de relevos 4x100. Antes había ganado también las de 100 y 200 con sendos récords mundiales (9.58 y 19.19).
Había dicho que no batiría más récords este año pero nadie le creyó. El público, incluso el muy entendido de Zúrich, empieza a pensar que Bolt puede batir plusmarcas siempre que se lo proponga.
La Weltklasse, que llegó a ser considerada una suma de Juegos Olímpicos y Mundiales condensados en una sola noche, no pudo reunir a los dos atletas más rápidos de la historia. Bolt no tenía el estímulo de Tyson Gay a su lado porque los organizadores no llegaron a un acuerdo económico con el estadounidense, segundo en el ránking de todos los tiempos con los 9.71 que le dieron la plata en Berlín.
Estados Unidos volvió a quedarse con las migajas. Darvis Patton, el más rápido en la salida (146 milésimas) llegó tercero en 9.95.
En Zúrich ha regresado el mejor Powell, antecesor de Bolt como plusmarquista mundial (9.72), que tenía ante sí una magnífica ocasión para intentar derrotar al nuevo astro del atletismo, como ya hizo el 22 de julio de 2008 en Estocolmo (9.88 frente a 9.89). Aquí mismo Powell había establecido un récord del mundo en 2006 (9.77), batiendo por siete centésimas a Tyson Gay.
Había tanto nivel en Zúrich que el vencedor de la serie B, el jamaicano Lerone Clarke, bajó de los diez segundos (9.99).
EFE
La diferencia en la salida marcó el desarrollo de la carrera. Powell partió 25 milésimas más rápido que Bolt y mantuvo la incertidumbre hasta los cuadros, cuando, finalmente, se entregó. Sólo siete centésimas le separaron del triple campeón mundial y olímpico.
Bolt, el héroe de los Mundiales de Berlín, reaparecía seis días después de ganar su tercera medalla de oro, la de relevos 4x100. Antes había ganado también las de 100 y 200 con sendos récords mundiales (9.58 y 19.19).
Había dicho que no batiría más récords este año pero nadie le creyó. El público, incluso el muy entendido de Zúrich, empieza a pensar que Bolt puede batir plusmarcas siempre que se lo proponga.
La Weltklasse, que llegó a ser considerada una suma de Juegos Olímpicos y Mundiales condensados en una sola noche, no pudo reunir a los dos atletas más rápidos de la historia. Bolt no tenía el estímulo de Tyson Gay a su lado porque los organizadores no llegaron a un acuerdo económico con el estadounidense, segundo en el ránking de todos los tiempos con los 9.71 que le dieron la plata en Berlín.
Estados Unidos volvió a quedarse con las migajas. Darvis Patton, el más rápido en la salida (146 milésimas) llegó tercero en 9.95.
En Zúrich ha regresado el mejor Powell, antecesor de Bolt como plusmarquista mundial (9.72), que tenía ante sí una magnífica ocasión para intentar derrotar al nuevo astro del atletismo, como ya hizo el 22 de julio de 2008 en Estocolmo (9.88 frente a 9.89). Aquí mismo Powell había establecido un récord del mundo en 2006 (9.77), batiendo por siete centésimas a Tyson Gay.
Había tanto nivel en Zúrich que el vencedor de la serie B, el jamaicano Lerone Clarke, bajó de los diez segundos (9.99).
EFE
Comparte esta noticia