Jefes de Estado deliberarán a partir de hoy y por 11 días en Dinamarca, para acordar la transición hacia una sociedad descarbonizada.
Países industrializados y gigantes emergentes son los dos grandes grupos que encuadran a una serie de actores clave en las conversaciones sobre el cambio climático, que también estarán presentes en la cumbre de la ONU de Copenhague, del 7 al 18 de diciembre.
GRUPO DE LOS 77 Y CHINA:
El bloque de los países en vías de desarrollo insiste en que los países ricos -a los que culpa del actual cambio climático- se comprometan legalmente a reducir sus emisiones de gases contaminantes en un 40% hasta 2020, hasta los niveles de 1990.
Sin embargo, se niegan a fijarse para ellos mismos reducciones de emisiones afirmando que necesitan tener acceso a los combustibles fósiles, que son más baratos que otras nuevas formas de energía, para salir de la pobreza.
Algunos países, no obstante, han anunciado medidas voluntarias para frenar el crecimiento de sus emisiones de gases para 2020.
También piden que los países ricos les ayuden financieramente a reducir sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) con un 1% de sus Productos Internos Brutos (PIB) equivalente a unos 270.000 millones de euros.
GIGANTES EMERGENTES:
Los países industrializados presionan a los gigantes emergentes como China, India y Brasil para que pongan límites a sus emisiones de gases con efecto invernadero.
China, el mayor emisor del mundo de CO2, ha afirmado que recortará la intensidad de sus emisiones de CO2 por unidad de PIB entre un 40 y un 45% para 2020, desde los niveles de 2005.
Brasil ha prometido una reducción voluntaria de entre un 36 y un 39% para 2020, sobre todo para luchar contra la deforestación amazónica.
Indonesia ha señalado que, con la ayuda internacional, podría reducir sus emisiones en un 26% para 2020 para luchar contra la deforestación.
Corea del Sur ha prometido un 30% de reducción para 2020 e India, al igual que Sudáfrica, aún tiene que hacer propuestas específicas al respecto.
PAISES INDUSTRIALIZADOS:
Los países industrializados se encuentran divididos entre los que desean que la reducción de gases con efectos invernadero sean legalmente vinculantes y aquéllos otros que quieren mantenerlas sólo en el nivel de iniciativa voluntaria.
Estados Unidos, la primera economía del planeta y segundo emisor de CO2 mundial, está fuera del Protocolo de Kyoto y se muestra favorable a un acuerdo diferente.
Basándose en sus emisiones de 2005, Washington está dispuesto a reducirlas en un 17% para 2020, un 30% para 2025, un 42% para 2030 y un 83% para 2050.
Pero el objetivo estadounidense para 2020 significa sólo cuatro puntos porcentuales comparados a las emisiones de 1990, que son las que toma en consideración la ONU.
La Unión Europea (UE), que salvó Kyoto tras el abandono estadounidense en 2001, ha acordado unilateralmente reducir sus emisiones en un 20% para 2020 en comparación a los niveles de 1990.
Japón está dispuesto a hacerlo en un 25%, pero pone varias condiciones.
Canadá contempla una reducción del 20% para 2020 respecto a 2006, lo que equivale a una disminución de un 3%.
El parlamento australiano está debatiendo una ley para reducir las emisiones de CO2 entre un 5 y un 25% para 2020 con respecto a su nivel de 2000.
Rusia aún no anunció su compromiso.
AFP
GRUPO DE LOS 77 Y CHINA:
El bloque de los países en vías de desarrollo insiste en que los países ricos -a los que culpa del actual cambio climático- se comprometan legalmente a reducir sus emisiones de gases contaminantes en un 40% hasta 2020, hasta los niveles de 1990.
Sin embargo, se niegan a fijarse para ellos mismos reducciones de emisiones afirmando que necesitan tener acceso a los combustibles fósiles, que son más baratos que otras nuevas formas de energía, para salir de la pobreza.
Algunos países, no obstante, han anunciado medidas voluntarias para frenar el crecimiento de sus emisiones de gases para 2020.
También piden que los países ricos les ayuden financieramente a reducir sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) con un 1% de sus Productos Internos Brutos (PIB) equivalente a unos 270.000 millones de euros.
GIGANTES EMERGENTES:
Los países industrializados presionan a los gigantes emergentes como China, India y Brasil para que pongan límites a sus emisiones de gases con efecto invernadero.
China, el mayor emisor del mundo de CO2, ha afirmado que recortará la intensidad de sus emisiones de CO2 por unidad de PIB entre un 40 y un 45% para 2020, desde los niveles de 2005.
Brasil ha prometido una reducción voluntaria de entre un 36 y un 39% para 2020, sobre todo para luchar contra la deforestación amazónica.
Indonesia ha señalado que, con la ayuda internacional, podría reducir sus emisiones en un 26% para 2020 para luchar contra la deforestación.
Corea del Sur ha prometido un 30% de reducción para 2020 e India, al igual que Sudáfrica, aún tiene que hacer propuestas específicas al respecto.
PAISES INDUSTRIALIZADOS:
Los países industrializados se encuentran divididos entre los que desean que la reducción de gases con efectos invernadero sean legalmente vinculantes y aquéllos otros que quieren mantenerlas sólo en el nivel de iniciativa voluntaria.
Estados Unidos, la primera economía del planeta y segundo emisor de CO2 mundial, está fuera del Protocolo de Kyoto y se muestra favorable a un acuerdo diferente.
Basándose en sus emisiones de 2005, Washington está dispuesto a reducirlas en un 17% para 2020, un 30% para 2025, un 42% para 2030 y un 83% para 2050.
Pero el objetivo estadounidense para 2020 significa sólo cuatro puntos porcentuales comparados a las emisiones de 1990, que son las que toma en consideración la ONU.
La Unión Europea (UE), que salvó Kyoto tras el abandono estadounidense en 2001, ha acordado unilateralmente reducir sus emisiones en un 20% para 2020 en comparación a los niveles de 1990.
Japón está dispuesto a hacerlo en un 25%, pero pone varias condiciones.
Canadá contempla una reducción del 20% para 2020 respecto a 2006, lo que equivale a una disminución de un 3%.
El parlamento australiano está debatiendo una ley para reducir las emisiones de CO2 entre un 5 y un 25% para 2020 con respecto a su nivel de 2000.
Rusia aún no anunció su compromiso.
AFP
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