Con la cabeza rapada y esposado, Jared Lee Loughner escuchó con expresión tranquila los cargos y sólo intervino para afirmar que los comprendía.
El acusado por la masacre de Tucson (Arizona), Jared Lee Loughner, quedó hoy detenido sin posibilidad de fianza en su primera aparición ante el tribunal que le juzga por el ataque, en el que el sábado murieron seis personas y catorce resultaron heridas.
El juez del tribunal federal de Phoenix leyó a Loughner los cinco cargos de los que se le acusa de momento, por el asesinato de dos personas y el intento de asesinato de otras tres, entre ellas la congresista demócrata Gabrielle Giffords, quien permanece en estado crítico pero estable.
Con la cabeza rapada y esposado, Loughner, que el sábado abrió fuego en un acto de Giffords frente a un supermercado en Tucson, escuchó con expresión tranquila los cargos y sólo intervino para afirmar que los comprendía.
El juez también le preguntó si entendía que podía enfrentarse a pena de muerte o cadena perpetua por los dos cargos de asesinato en primer grado, uno por la muerte del juez federal John Roll, y otro por Gabriel Zimmerman, uno de los directores del equipo de la congresista.
En la acusación, sin embargo, aún no se ha indicado si se buscará la pena de muerte para Loughner.
El joven, de 22 años, se enfrenta, además, a tres cargos por el intento de asesinato de un funcionario público, el de la congresista Giffords y el de dos de los miembros de su equipo que resultaron heridos y permanecen hospitalizados, Pam Simon y Ron Barber.
El proceso federal se limita a juzgar los ataques a personas que ostentan cargos oficiales, y por tanto, no incluye los cargos relacionados con las otras cuatro muertes que se produjeron el sábado, entre ellas la de la niña de 9 años Christina Taylor Green.
Además de ser juzgado también por esos cargos, existe la posibilidad de que Loughner sea procesado bajo la ley que persigue el terrorismo doméstico, según indicó ayer el director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), Robert Mueller.
Durante la audiencia, el acusado evitó el contacto visual directo con los asistentes y sólo intercambió palabras con su abogada, Judy Clarke, quien en ocasiones anteriores ha representado al terrorista "Unabomber", Ted Kaczynski, y al miembro de Al Qaeda, Zacarias Moussaoui. EFE
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