Un agricultor de Huaraz exige a la energética RWE asumir parte de los costos para proteger su ciudad del riesgo de inundación provocado por el deshielo de glaciares en los Andes, en un caso que podría sentar precedente en la justicia climática global.
Saúl Luciano Lliuya, un agricultor peruano de 44 años, compareció este lunes ante un tribunal en Hamm, Alemania, para presentar su denuncia contra RWE, una de las mayores empresas energéticas del mundo.
Lliuya reclama que la compañía, señalada como responsable de un porcentaje significativo de las emisiones globales de carbono, financie medidas de protección contra el deshielo de los glaciares en la región de Áncash, que amenaza con inundaciones a más de 50 000 personas, incluida su comunidad en Huaraz.
Lliuya, oriundo de Huaraz, sostiene que el lago Palcacocha, ubicado a 4500 metros de altitud en la cordillera central de los Andes, representa un peligro creciente debido al derretimiento de los glaciares cercanos.
Según Germanwatch, la ONG que lo respalda, el nivel de esta laguna glaciar ha subido “peligrosamente en varias ocasiones” por el cambio climático.
“Los glaciares están desapareciendo poco a poco. Palcacocha pone en riesgo mi vida y la de miles de personas”, afirmó Lliuya antes de la audiencia.
El agricultor exige que RWE aporte aproximadamente 17,000 euros (18,400 dólares) para construir un dique que reduzca el riesgo de desborde. Su argumento se basa en un estudio de 2014 que atribuye a RWE el 0,47% de las emisiones mundiales de carbono desde la era industrial, lo que lo haría parcialmente responsable de los efectos del deshielo en Perú.

RWE bajo la lupa: ¿Responsabilidad climática transnacional?
RWE, fundada en 1898 y con sede en Essen, Alemania, es una de las principales emisoras de dióxido de carbono a nivel global debido al uso de combustibles fósiles como el carbón y el gas en sus operaciones.
Aunque la empresa nunca ha operado en Perú, Lliuya argumenta que sus emisiones contribuyen al calentamiento global que derrite los glaciares andinos.
“Pido que la empresa se haga cargo de una parte de los costos de protección”, explicó en una rueda de prensa previa a su viaje a Alemania.
Por su parte, RWE considera “jurídicamente inadmisible” que se le responsabilice por daños ambientales en otro continente. Un portavoz de la compañía afirmó que una sentencia a favor de Lliuya podría establecer un precedente peligroso, obligando a empresas a responder legalmente por impactos climáticos globales.
Un proceso judicial de una década
El caso comenzó en 2015, cuando Lliuya presentó su demanda ante un tribunal en Essen, que la desestimó un año después por falta de vínculo directo entre las emisiones de RWE y los daños en Huaraz.
Sin embargo, en 2017, el tribunal superior de Hamm aceptó un recurso de apelación y ordenó la recolección de pruebas. En 2022, peritos y jueces alemanes visitaron Palcacocha para evaluar el impacto del cambio climático, tras un retraso causado por la pandemia. “Nunca pensé que esto tomaría tanto tiempo”, confesó Lliuya a Germanwatch.
La audiencia actual busca determinar si la propiedad del agricultor en Áncash está en riesgo sustancial de inundación. De confirmarse, una futura sesión evaluará la responsabilidad de RWE.
El caso de Lliuya no es solo una batalla local. Según Zero Carbon Analytics, hay 43 litigios por daños climáticos en curso a nivel mundial, y una resolución favorable en Hamm podría revertir el fallo inicial de Essen, marcando un hito en la responsabilidad corporativa frente al cambio climático.
“Es hora de que empresas como RWE contribuyan de forma justa a los daños que han causado”, señaló Francesca Mascha Klein, de Germanwatch.
El bufete Freshfields Bruckhaus Deringer, que representa a RWE, advierte que, aunque la suma en disputa es menor a 20 000 euros, las implicaciones de un precedente podrían ser enormes para la industria energética global.”
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