El presidente Barack Obama afirmó que hay personas que quieren utilizar el dolor por los ataques del 11 de septiembre para extender el odio y crear divisiones.
La fama mundial que ha obtenido de manera repentina esta semana Terry Jones, un pastor evangélico que apenas tiene 50 feligreses y que causó la ira del mundo musulmán al proponer la quema del Corán, ha animado a otros a seguir su ejemplo.
En un efecto indeseado y temido por las autoridades estadounidenses, en Tennessee, Kansas y Wyoming han aparecido otros imitadores que, ante la decisión de Jones de cancelar la polémica iniciativa, quieren ellos mismos incendiar el libro sagrado del Islám.
Uno de ellos es el pastor Bob Old, de Springfield, en Tennessee, quien asegura que su ansia pirómana no responde a los motivos del pastor de Florida -la construcción de una mezquita junto a la zona cero de Nueva York- sino que tiene otras razones.
"A la iglesia musulmana le voy a decir por qué voy a hacer esto (quemar el Corán), porque creo que veneran a un dios falso. Tienen un texto falso, un falso profeta y unas escrituras falsas", aseguró a una emisora de televisión local, el canal 5.
En los últimos dos días, el presidente estadounidense Barack Obama se ha dirigido a la población en varias ocasiones para pedir un esfuerzo de tolerancia religiosa y para condenar abiertamente las iniciativas como la del pastor Jones, que ha polarizado al país.
Hoy, aprovechando la celebración del 11-S, el presidente afirmó que hay personas que quieren utilizar el dolor por los ataques del 11 de septiembre "para extender el odio y crear divisiones", y pidió que se respete la libertad religiosa.
El Gobierno de Barack Obama ha ejercido una gran presión pública sobre el pastor de Florida, a quien incluso llamó el secretario de Defensa, Robert Gates, para pedirle que desistiera del intento por el riesgo al que iba a someter a las tropas estadounidenses que combaten en países con población musulmana.
Barack Obama logró su objetivo y el pastor canceló la convocatoria, aunque algunos expertos alertaron del peligro de que, dada la importancia que le dio el Gobierno, aparecerían pronto imitadores.
Apenas unas horas después de que el pastor Jones saltará a las televisiones de todo el mundo, pastores de pequeñas congregaciones y líderes de grupos minoritarios comenzaron a buscar la atención de los medios con un mensaje similar de odio al Corán, a veces disfrazado de patriotismo.
Éste es el caso de Bon Old que, según dice, quiere con la quema del Corán dar una lección a los estadounidenses sobre sus derechos constitucionales y hacerles mejores cristianos.
Además, rechaza que esté promoviendo el odio religioso. "¿Como va a ser esto un acto de odio cuando lo que estoy intentando es salvar sus almas?", afirmó.
Cerca de donde vive este pastor, otro hombre, Danny Allen, se dirigió a la prensa para anunciar que él también conmemoraría los ataques del 11 de septiembre con la quema del libro sagrado musulmán, aunque no obtuvo mucha atención mediática.
En Kansas, una iglesia denominada "Westboro Baptist Church", cuyos feligreses tienen por costumbre acudir a funerales de soldados estadounidenses para difundir su mensaje de que Dios está castigando al país por ser tolerante con los homosexuales, también se quiere sumar a la iniciativa.
La iglesia ha colgado en su página web "www.godhatesfags.com" (Dios Odia a los Maricas), un vídeo en el que su anciano pastor, Fred W. Phelps, invita a la comunidad a sumarse al evento contra la "pervertida religión musulmana".
En Wyoming, Ducan Philp, que dirige un grupo denominado Equipo de Respuesta a la Tiranía, ha decidido también incinerar unas copias del libro sagrado del Islám, pero en las escalinatas del Capitolio legislativo estatal.
Su motivo, como el del pastor Jones, era protestar por la futura construcción de una mezquita cerca de la "zona cero" y por el apoyo que ha dado al proyecto el presidente Obama.
Todos estos grupos tenían intención de realizar la quema del Corán a lo largo del sábado, coincidiendo con el aniversario de los ataques del 11 de septiembre, aunque para su disgusto y satisfacción de las autoridades, las cámaras no estuvieron allí para comprobarlo.
EFE
En un efecto indeseado y temido por las autoridades estadounidenses, en Tennessee, Kansas y Wyoming han aparecido otros imitadores que, ante la decisión de Jones de cancelar la polémica iniciativa, quieren ellos mismos incendiar el libro sagrado del Islám.
Uno de ellos es el pastor Bob Old, de Springfield, en Tennessee, quien asegura que su ansia pirómana no responde a los motivos del pastor de Florida -la construcción de una mezquita junto a la zona cero de Nueva York- sino que tiene otras razones.
"A la iglesia musulmana le voy a decir por qué voy a hacer esto (quemar el Corán), porque creo que veneran a un dios falso. Tienen un texto falso, un falso profeta y unas escrituras falsas", aseguró a una emisora de televisión local, el canal 5.
En los últimos dos días, el presidente estadounidense Barack Obama se ha dirigido a la población en varias ocasiones para pedir un esfuerzo de tolerancia religiosa y para condenar abiertamente las iniciativas como la del pastor Jones, que ha polarizado al país.
Hoy, aprovechando la celebración del 11-S, el presidente afirmó que hay personas que quieren utilizar el dolor por los ataques del 11 de septiembre "para extender el odio y crear divisiones", y pidió que se respete la libertad religiosa.
El Gobierno de Barack Obama ha ejercido una gran presión pública sobre el pastor de Florida, a quien incluso llamó el secretario de Defensa, Robert Gates, para pedirle que desistiera del intento por el riesgo al que iba a someter a las tropas estadounidenses que combaten en países con población musulmana.
Barack Obama logró su objetivo y el pastor canceló la convocatoria, aunque algunos expertos alertaron del peligro de que, dada la importancia que le dio el Gobierno, aparecerían pronto imitadores.
Apenas unas horas después de que el pastor Jones saltará a las televisiones de todo el mundo, pastores de pequeñas congregaciones y líderes de grupos minoritarios comenzaron a buscar la atención de los medios con un mensaje similar de odio al Corán, a veces disfrazado de patriotismo.
Éste es el caso de Bon Old que, según dice, quiere con la quema del Corán dar una lección a los estadounidenses sobre sus derechos constitucionales y hacerles mejores cristianos.
Además, rechaza que esté promoviendo el odio religioso. "¿Como va a ser esto un acto de odio cuando lo que estoy intentando es salvar sus almas?", afirmó.
Cerca de donde vive este pastor, otro hombre, Danny Allen, se dirigió a la prensa para anunciar que él también conmemoraría los ataques del 11 de septiembre con la quema del libro sagrado musulmán, aunque no obtuvo mucha atención mediática.
En Kansas, una iglesia denominada "Westboro Baptist Church", cuyos feligreses tienen por costumbre acudir a funerales de soldados estadounidenses para difundir su mensaje de que Dios está castigando al país por ser tolerante con los homosexuales, también se quiere sumar a la iniciativa.
La iglesia ha colgado en su página web "www.godhatesfags.com" (Dios Odia a los Maricas), un vídeo en el que su anciano pastor, Fred W. Phelps, invita a la comunidad a sumarse al evento contra la "pervertida religión musulmana".
En Wyoming, Ducan Philp, que dirige un grupo denominado Equipo de Respuesta a la Tiranía, ha decidido también incinerar unas copias del libro sagrado del Islám, pero en las escalinatas del Capitolio legislativo estatal.
Su motivo, como el del pastor Jones, era protestar por la futura construcción de una mezquita cerca de la "zona cero" y por el apoyo que ha dado al proyecto el presidente Obama.
Todos estos grupos tenían intención de realizar la quema del Corán a lo largo del sábado, coincidiendo con el aniversario de los ataques del 11 de septiembre, aunque para su disgusto y satisfacción de las autoridades, las cámaras no estuvieron allí para comprobarlo.
EFE
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