Un tribunal alemán condenó a cadena perpetua por torturas al antiguo alto mando de los servicios secretos sirios Anwar Raslan, procesado en el primer juicio internacional contra presuntos responsables de crímenes del régimen del presidente Bachar al Asad.
Un excoronel de los servicios de inteligencia sirios fue condenado el jueves en Alemania a cadena perpetua por crímenes contra la humanidad, segundo veredicto dentro de este juicio sin precedentes sobre los abusos cometidos por el régimen de Bashar al Asad.
El Alto Tribunal regional de Coblenza, al oeste de Alemania, declaró a Anwar Raslan, de 58 años, culpable de la muerte de al menos 27 prisioneros y de la tortura de miles de presos en un centro de detención secreto en Damasco, entre 2011 y 2012.
Es la segunda condena que se pronuncia en este juicio histórico, tras la emitida en febrero de 2021 contra un agente de la inteligencia siria de menor grado que Raslan.
El alto responsable militar estaba acusado del asesinato de 58 personas y la tortura de 4.000 en el centro de detención Al Khatib, llamado también "rama 251". Sin embargo, no todos ellos pudieron ser demostrados en el proceso.
"Esto es realmente histórico", dijo el director ejecutivo de Human Rights Watch (HRW), Kenneth Roth, a los reporteros en Ginebra después del veredicto.
Al menos una docena de víctimas asistieron al veredicto. Familias sirias se reunieron desde temprano frente al tribunal, con carteles con el mensaje "¿Dónde están?", en referencia a sus allegados desaparecidos en centros de detención sirios.
Casi 11 años después del inicio del levantamiento popular en Siria, este proceso, que se dividió en dos partes, ha sido la primera vez que un tribunal examina los crímenes imputados al régimen sirio. Previamente, el mismo tribunal había condenado a Eyad Al Gharib, un exmiembro de estos servicios de inteligencia, a cuatro años y medio de cárcel.
Víctimas y desertores
Para estos procesos, Alemania aplica el principio jurídico de competencia universal que permite a un Estado juzgar a los autores de los crímenes más graves, sea cual sea su nacionalidad o el lugar donde fueron cometidos.
En el juicio testimoniaron más de 80 personas, entre ellas 12 desertores. Las víctimas expusieron los maltratos que sufrieron, como descargas eléctricas, golpes con cables, etc.
Algunas, sin embargo, rechazaron comparecer o lo hicieron con el rostro cubierto o usando una peluca por miedo a represalias contra sus familiares todavía en Siria.
Y por primera vez se presentaron en un tribunal fotografías de "César", un exfotógrafo militar que filtró, poniendo en peligro su vida, más de 50.000 imágenes en las que se veían miles de detenidos abocados a la muerte.
Anwar Raslan, en detención provisional desde hace tres años, nunca escondió su pasado desde que encontró refugio en Berlín con su familia en 2014. Sus defensores no dejan de esgrimir que él mismo desertó en 2012 y trató de cuidar a los reclusos.
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