La mayoría de estas infracciones ya estaban prohibidas anteriormente en Arabia Saudita, pero no tenían castigos específicos.
El Gobierno saudí ha puesto en marcha un código de conducta pública que, a partir de este sábado, castigará con multas 19 infracciones, como poner la música alta en barrios residenciales, no recoger los excrementos de los animales o escupir en la calle, en un momento en el que el reino ha abierto las puertas a los turistas.
En la lista de 19 infracciones regularizadas también figuran las "actitudes que atentan contra la moral, como las de naturaleza sexual", así como "subir la música en los barrios residenciales" o ponerla en el momento de "la llamada al rezo o durante la oración", dijo el Ministerio de Interior saudí en un comunicado.
Asimismo se castigará también a aquellos que escupan o tiren basura fuera de los lugares especificados, vistan con ropa que tenga frases o imágenes que promuevan el racismo o el consumo de sustancias prohibidas o pornográficas, así como aquellos que se saltan las colas en lugares públicos, entre otros.
El ministerio aseguró que estas infracciones serán castigadas con multas de un mínimo de 50 riales saudíes (13,33 dólares, al cambio actual) a un máximo de 3.000 riales (800 dólares).
La mayoría de estas infracciones ya estaban prohibidas anteriormente en Arabia Saudí, pero no tenían castigos específicos ya que se dejaba a la estimación del juez.
Avances y restricciones
Las autoridades de la ultraconservadora Arabia Saudí dieron ayer un nuevo paso en el proceso de apertura del país, al habilitar por primera vez la concesión de visados de turismo, una opción que de momento cubre a 49 países y que incluso contempla cierta flexibilidad con el atuendo de las turistas.
Las extranjeras no deberán llevar la abaya o túnica islámica, aunque deberán vestir de manera "discreta", anunció el presidente del Consejo de directores de la Comisión Saudí de Turismo, Ahmad Al Khatib.
Todos estos proyectos se engloban dentro de Visión 2030, un proyecto lanzado por el príncipe heredero, Mohamed bin Salman, para tratar de diversificar una economía monodependiente de la venta de hidrocarburos.
EFE
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