La tumba de Jesucristo, que se halla en la Iglesia del Santo Sepulcro, es un lugar sagrado para varias facciones del cristianismo, entre ellas los católicos.
Un grupo de científicos abrieron luego de varios siglos la superficie de lo que tradicionalmente se considera la tumba de Jesucristo, ubicada en la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalem, Israel. El hecho fue publicado por la revista National Geographic.
“El mármol que cubría la tumba ha sido sacado y nos sorprendió la cantidad de material de relleno que encontramos”, explicó Fredrik Hiebert, arqueólogo residente de la National Geographic Society. “Será un análisis científico largo, pero al finalmente podremos ver la superficie orginal sobre la que, según la tradición, yació Jesucristo”. El lugar del entierro está contenido dentro de una estructura llamada ‘Edicula’, que fue reconstruida entre 1808 y 1810 tras ser destruida en un incendio, y que actualmente está siendo restaurando por un equipo de la Universidad Técnica de Atenas.
Según explica la National Geographic, el proceso le está dando una oportunidad única a los especialistas para estudiar cómo fue originalmente el que es considerado “el sitio más sagrado para el cristianismo”. El lugar fue identificado como la Tumba de Cristo en el año 326 por la madre del emperador romando Constantino, Helena.
La tradición cuenta que el cuerpo de Jesucristo fue llevado a un sepulcro dentro de una cueva luego de ser crucificado por los romanos en el año 30 o 33. Para los cristianos, el hijo de Dios resucitó tres días después de su muerte, cuando una mujer entró al lugar y no encontró al cuerpo. La Iglesia del Santo Sepulcro, conocida también como la Iglesia de la Resurrección, se erige sobre el lugar y está bajo la custodia de seis iglesias cristianas: la Católica Romana, la Griega Ortodoxa, la Armenia Ortodoxa, la Cóptica, la Etíope Ortodoxa y la Siríaca.
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