Los menores son blancos de venganzas entre delincuentes o tomados como garantía de pago de deudas por miembros del crimen organizado, denuncian instituciones.
El secuestro de niños en la frontera entre Estados Unidos y México ha aumentado debido a que ahora son blancos de venganzas entre delincuentes o tomados como garantía de pago de deudas, según el Centro de Niños Extraviados y Explotados (NCMEC).
"Estamos muy preocupados ante el aumento de secuestros, especialmente en la frontera", dijo Ernie Allen, director de NCMEC, sin dar cifras.
Allen indicó que en fechas recientes se han registrado numerosos casos de secuestros de menores de edad en Texas, California, Arizona y Nevada por venganzas o como garantía de pago de alguna deuda por miembros del crimen organizado.
"Hemos encontrado que estos casos no siempre son reportados a las autoridades", dijo Allen.
Según datos de esta organización, anualmente se dan aproximadamente 200 secuestros (niños y adultos) en el sector estadounidense de la frontera relacionados con el crimen organizado y un promedio de cuatro a seis semanales en territorio mexicano.
Adicionalmente, dijo, 20.000 inmigrantes que viajan de Centroamérica a Estados Unidos son secuestrados anualmente en México y son extorsionados, asaltados y víctimas de abusos.
El NCMEC no cuenta con estadísticas anuales, pero Allen afirmó que mientras en México se reportan 45.000 niños extraviados al año, en Estados Unidos la cifra es de 800.000.
Allen señaló que debido a la alta incidencia de niños secuestrados en territorios estadounidenses y trasladados ilícitamente a México o viceversa, el centro realiza gestiones para extender la Alerta Ámbar que rige en EE.UU. a ciudades fronterizas mexicanas.
Esta Alerta Ámbar binacional funciona ya en el área de California-Baja California, en donde se ha logrado en el último año la recuperación de 20 menores.
La alerta se activa a los pocos minutos del secuestro de un menor y las autoridades locales dan aviso a los medios de comunicación electrónicos que a su vez inicien transmisiones urgentes que dan a conocer a la ciudadanía la desaparición y la descripción del niño.
El directivo del NCMEC afirmó que esta alerta es necesaria especialmente en ciudades fronterizas como Ciudad Juárez, que colinda con El Paso, porque dada la cercanía de los dos países en esos puntos, un niño secuestrado puede ser sacado del país e ingresado a México en los cinco a 15 minutos posteriores al rapto.
"En estos casos, si no hay Alerta Ámbar en México de qué sirve la Alerta Ámbar en El Paso", cuestionó el directivo, quien agregó que después de las tres horas de ocurrido un secuestro, disminuye la posibilidad de que el menor sea encontrado con vida.
Indicó que actualmente se investigan 558 casos de menores sustraídos en Estados Unidos y retenidos en México, en algunos casos por el padre que no tiene la custodia legal.
De acuerdo con el cónsul de México en El Paso, Roberto Rodríguez Hernández, la mayoría de estas investigaciones tiene que ver con la retención ilegal de un menor residente en Estados Unidos en territorio mexicano.
La situación es común, anotó el cónsul, porque gran parte de los residentes fronterizos son mexicanos o tienen fuertes lazos en México y después de una separación o un divorcio alguno de los padres regresa con el niño a territorio mexicano.
Estos casos, dijo el diplomático, son resueltos a través de la Convención de Aspectos civiles de la Sustracción Internacional de Menores, que forma parte del Tratado Internacional de la Haya.
El tratado establece que el menor debe ser devuelto a su lugar de residencia permanente.
Allen indicó que el 45 por ciento de los menores sustraídos ilegalmente de Estados Unidos se encuentra en México y el 38 por ciento de los menores secuestrados en México y llevados al extranjero se encuentra en EE.UU.
"Sería interesante estudiar cómo funciona la Alerta Ámbar en Baja California para estimar la posibilidad de que se extienda a otras ciudades fronterizas mexicanas", dijo Rodríguez. EFE
"Estamos muy preocupados ante el aumento de secuestros, especialmente en la frontera", dijo Ernie Allen, director de NCMEC, sin dar cifras.
Allen indicó que en fechas recientes se han registrado numerosos casos de secuestros de menores de edad en Texas, California, Arizona y Nevada por venganzas o como garantía de pago de alguna deuda por miembros del crimen organizado.
"Hemos encontrado que estos casos no siempre son reportados a las autoridades", dijo Allen.
Según datos de esta organización, anualmente se dan aproximadamente 200 secuestros (niños y adultos) en el sector estadounidense de la frontera relacionados con el crimen organizado y un promedio de cuatro a seis semanales en territorio mexicano.
Adicionalmente, dijo, 20.000 inmigrantes que viajan de Centroamérica a Estados Unidos son secuestrados anualmente en México y son extorsionados, asaltados y víctimas de abusos.
El NCMEC no cuenta con estadísticas anuales, pero Allen afirmó que mientras en México se reportan 45.000 niños extraviados al año, en Estados Unidos la cifra es de 800.000.
Allen señaló que debido a la alta incidencia de niños secuestrados en territorios estadounidenses y trasladados ilícitamente a México o viceversa, el centro realiza gestiones para extender la Alerta Ámbar que rige en EE.UU. a ciudades fronterizas mexicanas.
Esta Alerta Ámbar binacional funciona ya en el área de California-Baja California, en donde se ha logrado en el último año la recuperación de 20 menores.
La alerta se activa a los pocos minutos del secuestro de un menor y las autoridades locales dan aviso a los medios de comunicación electrónicos que a su vez inicien transmisiones urgentes que dan a conocer a la ciudadanía la desaparición y la descripción del niño.
El directivo del NCMEC afirmó que esta alerta es necesaria especialmente en ciudades fronterizas como Ciudad Juárez, que colinda con El Paso, porque dada la cercanía de los dos países en esos puntos, un niño secuestrado puede ser sacado del país e ingresado a México en los cinco a 15 minutos posteriores al rapto.
"En estos casos, si no hay Alerta Ámbar en México de qué sirve la Alerta Ámbar en El Paso", cuestionó el directivo, quien agregó que después de las tres horas de ocurrido un secuestro, disminuye la posibilidad de que el menor sea encontrado con vida.
Indicó que actualmente se investigan 558 casos de menores sustraídos en Estados Unidos y retenidos en México, en algunos casos por el padre que no tiene la custodia legal.
De acuerdo con el cónsul de México en El Paso, Roberto Rodríguez Hernández, la mayoría de estas investigaciones tiene que ver con la retención ilegal de un menor residente en Estados Unidos en territorio mexicano.
La situación es común, anotó el cónsul, porque gran parte de los residentes fronterizos son mexicanos o tienen fuertes lazos en México y después de una separación o un divorcio alguno de los padres regresa con el niño a territorio mexicano.
Estos casos, dijo el diplomático, son resueltos a través de la Convención de Aspectos civiles de la Sustracción Internacional de Menores, que forma parte del Tratado Internacional de la Haya.
El tratado establece que el menor debe ser devuelto a su lugar de residencia permanente.
Allen indicó que el 45 por ciento de los menores sustraídos ilegalmente de Estados Unidos se encuentra en México y el 38 por ciento de los menores secuestrados en México y llevados al extranjero se encuentra en EE.UU.
"Sería interesante estudiar cómo funciona la Alerta Ámbar en Baja California para estimar la posibilidad de que se extienda a otras ciudades fronterizas mexicanas", dijo Rodríguez. EFE
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