Los médicos relataron lo ocurrido durante un congreso internacional de anestesistas. El hecho se registró una sala de operaciones de un hospital en Australia.
(Agencia N+1 / Yena Berman). Durante el congreso europeo para anestesistas Euroanaesthesia 2019, un equipo médico de Australia presentó un reporte sobre un caso muy raro. Cuando hicieron una cirugía de disección aórtica, en el pecho de su paciente se produjo un incendio (si, leíste bien). De acuerdo con la descripción de ese caso en Gizmodo, lograron extinguirlo rápidamente y coser una arteria.
En agosto de 2018, un hombre de 60 años ingresó al Hospital Austin en Melbourne. Le diagnosticaron disección aórtica, y necesitaba una operación de urgencia para reparar el daño producido en la aorta ascendente, donde se rompió la capa interna. Además de los problemas con la aorta, el paciente había sufrido de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, EPOC. Esta es una patología inflamatoria de los pulmones que obstruye el flujo de aire desde ellos. Entre los pacientes expuestos a esa enfermedad frecuentemente tienen bulas pulmonares — espacios que contienen aire dentro del órgano.
Fuego en el quirófano
Para tener acceso al corazón, los cirujanos, liderados por Ruth Shaylor, se vieron obligados a abrir el esternón, un hueso central del tórax que ayuda a proteger al corazón y los pulmones de influencias externas. Durante esta parte de operación, un área del pulmón derecho con varias bulas se pegó al esternón. Cuando los cirujanos intentaron separar el tejido pulmonar del hueso, dañaron la pared de una bula, lo cual causó la pérdida del aire de los pulmones. Para evitar la insuficiencia respiratoria, los médicos utilizaron oxígeno puro.
En el curso de la operación, los médicos utilizaron la electrocirugía, es decir, un dispositivo con corriente eléctrica que les permitió diseccionar los tejidos blandos y parar la hemorragia de pequeños vasos sanguíneos. Durante la electrocirugía colocaron un hisopo estéril en la cavidad torácica del paciente. Pero cuando el paciente comenzó a recibir oxígeno, una chispa de dispositivo incendió el tampón. El fuego no produjo ningún daño al paciente, puesto que los médicos lo apagaron inmediatamente. Después la operación se llevó a cabo sin incidentes y los médicos lograron coser la aorta del paciente.
Shaylor y sus colegas estaban muy interesados en este caso tan raros. Pero cuando empezaron a buscar incidentes similares en la literatura científica, solo encontraron los seis. En tres de ellos, los pacientes tuvieron una cirugía de revascularización coronaria, y en tres otros la cirugía torácica. Todos los casos estaban relacionados con la presencia de bolsas quirúrgicas secas, electrocirugía o aumento de la concentración de oxígeno recibido por los pacientes. En todos los casos, tenían enfermedades pulmonares, incluso a EPOC.
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.
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