´Esta situación me enfurece porque demuestra que alguien no pensó en las consecuencias de sus acciones´, dijo el presidente estadounidense.
El presidente estadounidense Barack Obama dijo sentirse furioso por la contaminación en el Golfo de México, mientras su gobierno alista la primera factura para la petrolera BP, responsable del peor desastre ecológico en la historia de Estados Unidos.
"Esta situación me enfurece porque demuestra que alguien no pensó en las consecuencias de sus acciones. (La contaminación), no solamente pone en riesgo a unas cuantas personas. Pone en peligro todo un estilo de vida en una región entera, y podría durar años", expresó Obama.
De esa manera Obama respondió a la cadena CNN, que lo interrogó sobre su aparente calma ante la catástrofe ecológica y las críticas que ha recibido al respecto.
No obstante, Obama indicó que prefiere, antes que gritar, concentrarse en hallar una solución, aunque enfatizó en que la petrolera ya sintió su ira.
"Sin embargo no vi la reacción rápida que me hubiera gustado", afirmó Obama, y destacó que ahora la petrolera quiere resolver "el problema porque les cuesta mucho dinero".
"Me gustaría pasar el tiempo gritando a la gente, pero para eso no fui elegido. Mi trabajo es resolver el problema", dijo.
El portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs indicó que Washington iba a presentar el jueves una primera factura de 69 millones de dólares a BP "para reembolsar a los contribuyentes", conforme a la ley estadounidense contaminador-pagador.
Hasta ahora, el grupo BP, que ya pagó 1.000 millones de dólares por la marea negra, sólo ha acumulado fracasos en sus intentos de detener el escape de crudo desde el 22 de abril.
Sin embargo emprendió un nuevo intento que revivió la esperanza al lograr cortar el ducto subterráneo del pozo dañado que origina la fuga.
Esta delicada operación realizada a 1.500 metros bajo el nivel del mar, gracias a "tijeras gigantes" accionadas por robots, podría permitir la colocación de un embudo capaz de recuperar el crudo que sigue fluyendo, para luego llevarlo a un barco en la superficie.
El director de BP, Tony Hayward, indicó el jueves que el grupo podría saber "de aquí a entre 12 y 24 horas" si la maniobra fue exitosa, insistiendo en que existía "todavía un riesgo".
El derrame de petróleo ya casi triplicó su tamaño en un mes y tiene una dimensión total de 24.400 km2, similar a la superficie de El Salvador (21.040 km2) o más del doble que la isla de Jamaica (10.990 km2), según imágenes satelitales difundidas en Miami.
La Casa Blanca anunció que el presidente Obama haría el viernes su tercera visita a la región del Golfo de México desde la catástrofe.
El mandatario irá a la costa de Luisiana (sur), ya contaminada.
Entretanto, el derrame se acerca ahora a las playas de Florida y obligó a clausurar la pesca en un tercio del Golfo de México.
Algunas manchas de petróleo se divisaron en las últimas horas en el mar, a una decena de kilómetros de la playa de Pensacola, importante centro turístico de Florida, y los meteorólogos ya dijeron que es casi seguro que la mancha llegue a las costas estos días.
La mancha "podría alcanzar las costas del estado en las próximas horas", dijo un funcionario de la Agencia de Protección del Medioambiente de Florida, en momentos en que falta poco para que empiece la temporada de verano del hemisferio norte.
"Los teléfonos dejaron de sonar en busca de reservas", dijo a la AFP Laura Lee, que trabaja para Visita Pensacola, la oficina de turismo local.
La frustración ante los repetidos fracasos de BP que algunos hasta mencionan la opción de hacer estallar una bomba atómica limitada en el pozo.
Pero esta hipótesis extrema, que el diario The New York Times presentó en su portada el jueves, es rechazada por las autoridades.
"Antes de considerar esa opción, hay muchas otras cosas a probar", dijo el almirante la Guardia Costera estadounidense Thado Allen.
Las agencias de calificación financiera Fitch y Moody"s rebajaron este jueves la nota de BP aduciendo riesgos financieros por el derrame.
AFP
"Esta situación me enfurece porque demuestra que alguien no pensó en las consecuencias de sus acciones. (La contaminación), no solamente pone en riesgo a unas cuantas personas. Pone en peligro todo un estilo de vida en una región entera, y podría durar años", expresó Obama.
De esa manera Obama respondió a la cadena CNN, que lo interrogó sobre su aparente calma ante la catástrofe ecológica y las críticas que ha recibido al respecto.
No obstante, Obama indicó que prefiere, antes que gritar, concentrarse en hallar una solución, aunque enfatizó en que la petrolera ya sintió su ira.
"Sin embargo no vi la reacción rápida que me hubiera gustado", afirmó Obama, y destacó que ahora la petrolera quiere resolver "el problema porque les cuesta mucho dinero".
"Me gustaría pasar el tiempo gritando a la gente, pero para eso no fui elegido. Mi trabajo es resolver el problema", dijo.
El portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs indicó que Washington iba a presentar el jueves una primera factura de 69 millones de dólares a BP "para reembolsar a los contribuyentes", conforme a la ley estadounidense contaminador-pagador.
Hasta ahora, el grupo BP, que ya pagó 1.000 millones de dólares por la marea negra, sólo ha acumulado fracasos en sus intentos de detener el escape de crudo desde el 22 de abril.
Sin embargo emprendió un nuevo intento que revivió la esperanza al lograr cortar el ducto subterráneo del pozo dañado que origina la fuga.
Esta delicada operación realizada a 1.500 metros bajo el nivel del mar, gracias a "tijeras gigantes" accionadas por robots, podría permitir la colocación de un embudo capaz de recuperar el crudo que sigue fluyendo, para luego llevarlo a un barco en la superficie.
El director de BP, Tony Hayward, indicó el jueves que el grupo podría saber "de aquí a entre 12 y 24 horas" si la maniobra fue exitosa, insistiendo en que existía "todavía un riesgo".
El derrame de petróleo ya casi triplicó su tamaño en un mes y tiene una dimensión total de 24.400 km2, similar a la superficie de El Salvador (21.040 km2) o más del doble que la isla de Jamaica (10.990 km2), según imágenes satelitales difundidas en Miami.
La Casa Blanca anunció que el presidente Obama haría el viernes su tercera visita a la región del Golfo de México desde la catástrofe.
El mandatario irá a la costa de Luisiana (sur), ya contaminada.
Entretanto, el derrame se acerca ahora a las playas de Florida y obligó a clausurar la pesca en un tercio del Golfo de México.
Algunas manchas de petróleo se divisaron en las últimas horas en el mar, a una decena de kilómetros de la playa de Pensacola, importante centro turístico de Florida, y los meteorólogos ya dijeron que es casi seguro que la mancha llegue a las costas estos días.
La mancha "podría alcanzar las costas del estado en las próximas horas", dijo un funcionario de la Agencia de Protección del Medioambiente de Florida, en momentos en que falta poco para que empiece la temporada de verano del hemisferio norte.
"Los teléfonos dejaron de sonar en busca de reservas", dijo a la AFP Laura Lee, que trabaja para Visita Pensacola, la oficina de turismo local.
La frustración ante los repetidos fracasos de BP que algunos hasta mencionan la opción de hacer estallar una bomba atómica limitada en el pozo.
Pero esta hipótesis extrema, que el diario The New York Times presentó en su portada el jueves, es rechazada por las autoridades.
"Antes de considerar esa opción, hay muchas otras cosas a probar", dijo el almirante la Guardia Costera estadounidense Thado Allen.
Las agencias de calificación financiera Fitch y Moody"s rebajaron este jueves la nota de BP aduciendo riesgos financieros por el derrame.
AFP
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