El primer ministro de Italia sostuvo que más allá del dolor físico, lo que le duele es el odio que se ha demostrado en su contra, tras haber sufrido un fuerte golpe.
El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, sostuvo que más allá del dolor físico, lo que le duele es el odio que se ha demostrado en su contra, tras haber sufrido ayer un fuerte golpe en la boca que le rompió dos dientes y una fractura parcial de la nariz.
Así lo dio a conocer el presidente del Senado y dirigente de su partido, Renato Schifani: "más allá del dolor físico, lo que hace sufrir a Berlusconi es el odio político que se ha transformado en una agresión", afirmó.
Un clima de tensión que incluso, según desveló el portavoz del primer ministro, Paolo Bonaiuti, había hecho pensar a Berlusconi que le podría pasar algo.
"Paolo, ¿no sientes la tensión?, qué clima de violencia, qué espiral de odio nos rodea. ¿No piensas que puede pasar algo?", comentó Berlusconi antes de llegar ayer al mitin en la Plaza del Duomo de Milán, según aseguró Bonaiuti.
Los correligionarios de Berlusconi coincidieron en que la agresión no es el gesto aislado de Massimo Tartaglia, un hombre de 42 años que sufre de problemas mentales y quien le arrojó la estatuilla que le hirió, sino que se deriva de la creciente atmósfera de "odio" contra el primer ministro que se vive en el país.
"La responsabilidad de la vergonzosa y criminal agresión de Milán no puede ser atribuida sólo a quien ha atacado físicamente a Berlusconi. Las campañas de odio, la agresión periodística, el lenguaje descabellado. Podemos dar nombres, lugares y episodios que han preparado este gesto", según un comunicado de los senadores del Pueblo de la Libertad, partido del primer ministro.
Para el titular de Defensa, Ignazio La Russa, no se trata de un gesto aislado, "porque lo más grave es el clima de odio del que nace".
Según los conservadores, el principal causante de este "clima de odio", es el líder del partido opositor "Italia de los Valores" (IdV), el ex magistrado Antonio Di Pietro, quien condenó la agresión, pero añadió que Berlusconi con su comportamiento y con su actitud "instiga la violencia".
Aunque todos los representantes de la oposición declararon su solidaridad a Berlusconi, también desataron la polémica las declaraciones de Rosy Bindi, presidenta del primer grupo opositor, el Partido Demócrata (PD), quien consideró que Berlusconi y su Gobierno deben "se tienen que sentir responsables" del supuesto clima de odio.
"Berlusconi es víctima del gesto aislado de una persona psicológicamente frágil y es evidente que no existe algún instigador. Si se quiere hacer una honesta reflexión sobre el clima político todos se tienen que sentir responsables, incluidos el presidente del Gobierno y su mayoría", dijo Bindi.
Para el ministro del Interior, Roberto Maroni, el "clima de intolerancia" que se vive en Italia ha sido una de las causas de la agresión a Berlusconi y señaló que "le podían haber matado". EFE
Así lo dio a conocer el presidente del Senado y dirigente de su partido, Renato Schifani: "más allá del dolor físico, lo que hace sufrir a Berlusconi es el odio político que se ha transformado en una agresión", afirmó.
Un clima de tensión que incluso, según desveló el portavoz del primer ministro, Paolo Bonaiuti, había hecho pensar a Berlusconi que le podría pasar algo.
"Paolo, ¿no sientes la tensión?, qué clima de violencia, qué espiral de odio nos rodea. ¿No piensas que puede pasar algo?", comentó Berlusconi antes de llegar ayer al mitin en la Plaza del Duomo de Milán, según aseguró Bonaiuti.
Los correligionarios de Berlusconi coincidieron en que la agresión no es el gesto aislado de Massimo Tartaglia, un hombre de 42 años que sufre de problemas mentales y quien le arrojó la estatuilla que le hirió, sino que se deriva de la creciente atmósfera de "odio" contra el primer ministro que se vive en el país.
"La responsabilidad de la vergonzosa y criminal agresión de Milán no puede ser atribuida sólo a quien ha atacado físicamente a Berlusconi. Las campañas de odio, la agresión periodística, el lenguaje descabellado. Podemos dar nombres, lugares y episodios que han preparado este gesto", según un comunicado de los senadores del Pueblo de la Libertad, partido del primer ministro.
Para el titular de Defensa, Ignazio La Russa, no se trata de un gesto aislado, "porque lo más grave es el clima de odio del que nace".
Según los conservadores, el principal causante de este "clima de odio", es el líder del partido opositor "Italia de los Valores" (IdV), el ex magistrado Antonio Di Pietro, quien condenó la agresión, pero añadió que Berlusconi con su comportamiento y con su actitud "instiga la violencia".
Aunque todos los representantes de la oposición declararon su solidaridad a Berlusconi, también desataron la polémica las declaraciones de Rosy Bindi, presidenta del primer grupo opositor, el Partido Demócrata (PD), quien consideró que Berlusconi y su Gobierno deben "se tienen que sentir responsables" del supuesto clima de odio.
"Berlusconi es víctima del gesto aislado de una persona psicológicamente frágil y es evidente que no existe algún instigador. Si se quiere hacer una honesta reflexión sobre el clima político todos se tienen que sentir responsables, incluidos el presidente del Gobierno y su mayoría", dijo Bindi.
Para el ministro del Interior, Roberto Maroni, el "clima de intolerancia" que se vive en Italia ha sido una de las causas de la agresión a Berlusconi y señaló que "le podían haber matado". EFE
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