El éxito del taponado supone la conclusión de la operación ´static kill´, la más ambiciosa que la petrolera ha emprendido hasta el momento para acabar con la fuga.
La petrolera BP anunció hoy que terminó de taponar con cemento su pozo averiado en el Golfo de México, en una operación iniciada hoy que acerca al Gobierno de Estados Unidos al objetivo de poner punto final al peor desastre ecológico de su historia.
Los equipos terminaron los trabajos de taponado hacia las 14.15 hora local (20.15 GMT), cinco horas después de comenzar a inyectar cemento a través de tuberías conectadas a barcos situados en la superficie, según confirmó la compañía en su página web.
El éxito del taponado supone la conclusión de la operación "static kill" (eliminación estática), la más ambiciosa que la petrolera ha emprendido hasta el momento para acabar con la fuga.
No obstante, el almirante retirado Thad Allen, que coordina la respuesta al vertido por parte del Gobierno, dijo hoy en una conferencia de prensa que este "no es el final" de la catástrofe que ha devastado las aguas del Golfo, sino "un paso clave para asegurar que no se vierte más petróleo al océano".
Allen dio luz verde a BP para proceder con la introducción de cemento en el pozo el miércoles, horas después de que la compañía anunciara el éxito de la primera fase de la estrategia de sellado, que consistía en empujar el petróleo hacia el fondo del depósito con la inyección de más de 2.300 barriles de lodo pesado.
Los ingenieros que trabajan en el sellado de la fuga se inclinaron por proceder al taponado del depósito sin esperar a que concluyan los trabajos de excavación de un pozo auxiliar, que es considerado la solución definitiva al vertido.
El pozo auxiliar, de unos 5.500 metros de profundidad, permitirá clausurar la parte inferior del depósito que produjo la marea negra mediante un procedimiento bautizado como "bottom kill" (eliminación desde el fondo), a través de una nueva inyección de lodo pesado y cemento.
Allen indicó el miércoles que el Gobierno no aceptará "de ninguna manera" que la ejecución del taponado con cemento retrase la excavación del conducto auxiliar.
La cimentación de ese pozo auxiliar, prevista por BP para el 15 de agosto, será el inicio de la verdaderamente última fase de la operación para sellar el pozo, que ha vertido 4,9 millones de barriles de petróleo al océano desde abril, cuando una plataforma de la compañía colapsó y se derrumbó sobre el depósito.
Un 74 por ciento del total de crudo liberado al océano desde entonces se ha recogido, quemado, evaporado o descompuesto por procesos naturales, según un informe científico que presentó el miércoles la asesora de energía de la Casa Blanca, Carol Browner.
Sin embargo, según Browner, las tareas de limpieza y "la ayuda de la madre naturaleza" serán cruciales en los próximos meses para neutralizar el crudo que sigue en las costas y el que flota de manera residual en partículas microscópicas en el océano.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró el miércoles que la lucha por contener el derrame "finalmente está llegando a su fin" y elogió los esfuerzos para frenar la marea negra que "ha puesto de cabeza" la vida de miles de personas.
Más de tres meses después del accidente que produjo la fuga y después de hasta cuatro intentos fallidos para detener el flujo de crudo, el optimismo del Gobierno coincide con el de los equipos de BP.
No obstante, Allen señaló hoy que la administración "continuará los esfuerzos de compensación" a los afectados en los estados del sureste del país y seguirá presionando a BP para que asuma "toda su responsabilidad" en el desastre.
Por otra parte, los ingenieros que llevaron a cabo la inyección de lodo pesado aún deben determinar si existe algún tipo de fuga en el exterior del conducto principal, un proceso que exige complicadas tomas de medida de las fluctuaciones de presión dentro del pozo averiado.
"Parece que el lodo que bombeamos pasó directamente por el conducto", dijo el miércoles Kent Wells, vicepresidente ejecutivo de BP. "Hemos llegado a un buen punto, pero ahora hay que hacerlo permanente", subrayó. EFE
Los equipos terminaron los trabajos de taponado hacia las 14.15 hora local (20.15 GMT), cinco horas después de comenzar a inyectar cemento a través de tuberías conectadas a barcos situados en la superficie, según confirmó la compañía en su página web.
El éxito del taponado supone la conclusión de la operación "static kill" (eliminación estática), la más ambiciosa que la petrolera ha emprendido hasta el momento para acabar con la fuga.
No obstante, el almirante retirado Thad Allen, que coordina la respuesta al vertido por parte del Gobierno, dijo hoy en una conferencia de prensa que este "no es el final" de la catástrofe que ha devastado las aguas del Golfo, sino "un paso clave para asegurar que no se vierte más petróleo al océano".
Allen dio luz verde a BP para proceder con la introducción de cemento en el pozo el miércoles, horas después de que la compañía anunciara el éxito de la primera fase de la estrategia de sellado, que consistía en empujar el petróleo hacia el fondo del depósito con la inyección de más de 2.300 barriles de lodo pesado.
Los ingenieros que trabajan en el sellado de la fuga se inclinaron por proceder al taponado del depósito sin esperar a que concluyan los trabajos de excavación de un pozo auxiliar, que es considerado la solución definitiva al vertido.
El pozo auxiliar, de unos 5.500 metros de profundidad, permitirá clausurar la parte inferior del depósito que produjo la marea negra mediante un procedimiento bautizado como "bottom kill" (eliminación desde el fondo), a través de una nueva inyección de lodo pesado y cemento.
Allen indicó el miércoles que el Gobierno no aceptará "de ninguna manera" que la ejecución del taponado con cemento retrase la excavación del conducto auxiliar.
La cimentación de ese pozo auxiliar, prevista por BP para el 15 de agosto, será el inicio de la verdaderamente última fase de la operación para sellar el pozo, que ha vertido 4,9 millones de barriles de petróleo al océano desde abril, cuando una plataforma de la compañía colapsó y se derrumbó sobre el depósito.
Un 74 por ciento del total de crudo liberado al océano desde entonces se ha recogido, quemado, evaporado o descompuesto por procesos naturales, según un informe científico que presentó el miércoles la asesora de energía de la Casa Blanca, Carol Browner.
Sin embargo, según Browner, las tareas de limpieza y "la ayuda de la madre naturaleza" serán cruciales en los próximos meses para neutralizar el crudo que sigue en las costas y el que flota de manera residual en partículas microscópicas en el océano.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró el miércoles que la lucha por contener el derrame "finalmente está llegando a su fin" y elogió los esfuerzos para frenar la marea negra que "ha puesto de cabeza" la vida de miles de personas.
Más de tres meses después del accidente que produjo la fuga y después de hasta cuatro intentos fallidos para detener el flujo de crudo, el optimismo del Gobierno coincide con el de los equipos de BP.
No obstante, Allen señaló hoy que la administración "continuará los esfuerzos de compensación" a los afectados en los estados del sureste del país y seguirá presionando a BP para que asuma "toda su responsabilidad" en el desastre.
Por otra parte, los ingenieros que llevaron a cabo la inyección de lodo pesado aún deben determinar si existe algún tipo de fuga en el exterior del conducto principal, un proceso que exige complicadas tomas de medida de las fluctuaciones de presión dentro del pozo averiado.
"Parece que el lodo que bombeamos pasó directamente por el conducto", dijo el miércoles Kent Wells, vicepresidente ejecutivo de BP. "Hemos llegado a un buen punto, pero ahora hay que hacerlo permanente", subrayó. EFE
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