Podrían recibir hasta 870 euros como compensación si toman acciones legales, estimó el abogado Geoffrey Robertson, especialista en derechos humanos.
Cientos de británicos podrían ser compensados con hasta 750 libras (870 euros) por no haber podido ejercer su derecho al voto en las elecciones generales del jueves en el Reino Unido tras una espera en algunos casos de hasta tres horas.
Según un abogado especializado en derechos humanos consultado por el diario The Times, Geoffrey Robertson, los ciudadanos a los que se les negó el derecho a depositar su voto en las urnas podrían recibir esa cuantía como compensación si tomaran acciones legales.
Los 50.000 colegios electorales instalados en el país debían cerrar sus puertas a las diez de la noche hora local del jueves, momento en el que todavía muchos votantes aguardaban en vano su turno para depositar la papeleta, en unos comicios con un índice de participación que alcanzó el 65,1 por ciento.
Las largas esperas, provocadas especialmente por una tardía asistencia de votantes jóvenes, se registraron sobre todo en colegios de la capital y las ciudades inglesas de Sheffield, Manchester, Birmingham, Liverpool, Newscastle y Leeds.
Muchos no consiguieron votar porque su centro cumplió la ley electoral y cerró sus puertas a la hora prevista, mientras que otros siguieron recibiendo algunos votos pasadas las diez de la noche.
Todas las personas que no consiguieron emitir su sufragio "tienen el derecho a demandar. En mi opinión, conseguirán al menos 750 libras de la Comisión, que parece que tiene que supervisar" el sistema empleado en las últimas elecciones, estimó el abogado Robertson.
Liberty, el grupo más antiguo de derechos humanos del Reino Unido, calificó de "vergonzosas" las escenas de cientos de personas a la espera de votar sin lograrlo al final, algo que "no es digno de una democracia madura".
Este escándalo debe de ser investigado, añadió la organización, fundada entre otros por el escritor HG Wells hace 76 años.
Mientras, algunos analistas creen que este caos podría derivar en la adopción de un nuevo sistema para celebrar las elecciones generales en Reino Unido, una necesidad reconocida por la Comisión Electoral.
Actualmente, los colegios británicos cuentan con sólo dos personas: una de ellas revisa el nombre de cada elector antes de que éste deposite su voto, mientras otra reparte las papeletas.
Después del caos registrado en la última jornada electoral, las prensa recoge hoy muchas opiniones sobre la necesidad de incorporar un registro electrónico, que permitiría acelerar el proceso de votación y evitar esperas como las del jueves provocadas por el que denominan un sistema "victoriano", aunque requeriría inversión.
Desde ese día se han puesto en cuestión además el número de colegios electorales abiertos y si uno por cada 2.500 habitantes es suficiente.
La participación del 65,1 por ciento de los británicos en estas últimas elecciones generales, que otorgaron la victoria sin una mayoría absoluta al Partido Conservador de David Cameron, superó la del 61,4 por ciento registrada en 2005 y la del 59,4 por ciento en 2001.
-EFE-
Según un abogado especializado en derechos humanos consultado por el diario The Times, Geoffrey Robertson, los ciudadanos a los que se les negó el derecho a depositar su voto en las urnas podrían recibir esa cuantía como compensación si tomaran acciones legales.
Los 50.000 colegios electorales instalados en el país debían cerrar sus puertas a las diez de la noche hora local del jueves, momento en el que todavía muchos votantes aguardaban en vano su turno para depositar la papeleta, en unos comicios con un índice de participación que alcanzó el 65,1 por ciento.
Las largas esperas, provocadas especialmente por una tardía asistencia de votantes jóvenes, se registraron sobre todo en colegios de la capital y las ciudades inglesas de Sheffield, Manchester, Birmingham, Liverpool, Newscastle y Leeds.
Muchos no consiguieron votar porque su centro cumplió la ley electoral y cerró sus puertas a la hora prevista, mientras que otros siguieron recibiendo algunos votos pasadas las diez de la noche.
Todas las personas que no consiguieron emitir su sufragio "tienen el derecho a demandar. En mi opinión, conseguirán al menos 750 libras de la Comisión, que parece que tiene que supervisar" el sistema empleado en las últimas elecciones, estimó el abogado Robertson.
Liberty, el grupo más antiguo de derechos humanos del Reino Unido, calificó de "vergonzosas" las escenas de cientos de personas a la espera de votar sin lograrlo al final, algo que "no es digno de una democracia madura".
Este escándalo debe de ser investigado, añadió la organización, fundada entre otros por el escritor HG Wells hace 76 años.
Mientras, algunos analistas creen que este caos podría derivar en la adopción de un nuevo sistema para celebrar las elecciones generales en Reino Unido, una necesidad reconocida por la Comisión Electoral.
Actualmente, los colegios británicos cuentan con sólo dos personas: una de ellas revisa el nombre de cada elector antes de que éste deposite su voto, mientras otra reparte las papeletas.
Después del caos registrado en la última jornada electoral, las prensa recoge hoy muchas opiniones sobre la necesidad de incorporar un registro electrónico, que permitiría acelerar el proceso de votación y evitar esperas como las del jueves provocadas por el que denominan un sistema "victoriano", aunque requeriría inversión.
Desde ese día se han puesto en cuestión además el número de colegios electorales abiertos y si uno por cada 2.500 habitantes es suficiente.
La participación del 65,1 por ciento de los británicos en estas últimas elecciones generales, que otorgaron la victoria sin una mayoría absoluta al Partido Conservador de David Cameron, superó la del 61,4 por ciento registrada en 2005 y la del 59,4 por ciento en 2001.
-EFE-
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