El presidente chileno, Sebastián Piñera, expresó el compromiso de su Gobierno de buscar y sancionar a los responsables de que haya ocurrido el derrumbe en el yacimiento San José.
Treinta y tres mineros chilenos cumplieron 120 horas bajo tierra sin que sus familiares ni las autoridades sepan si están vivos o muertos, mientras en la superficie se busca a los culpables que permitieron que el antiguo yacimiento siguiera abierto.
El ex director de Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), Anton Hraste, que ordenó el cierre del yacimiento San José en 2007, lugar de la tragedia, dijo que la mina de la empresa San Esteban "no debió haberse abierto nunca más".
"Yo no lo hubiese reabierto jamás, creo que se equivocaron en seguir explotando el mismo sector que ya estaba bastante agrietado y en no hacer un nuevo proyecto", indicó Hraste a radio Cooperativa.
Afirmó que en el caso del yacimiento San José, éste se paralizó por una situación muy compleja.
"Ocurrió una explosión de roca que causó la muerte al ayudante del geólogo, es una situación anómala que no es común", expresó Hraste quién agregó que una consultora altamente especializada certificó la explosión.
"Me convencí que esta mina, que es muy antigua y con sectores abandonados, tenía una tecnología muy deficiente, que no daba ningún grado de seguridad", añadió el ex director de Sernageomin, quien reconoció que debió enfrentar presiones por parte de muchos sectores para cambiar su dictamen.
En esta misma línea, los obreros presentaron en 2003, un recurso de protección en los tribunales para detener los trabajos en la San José, aunque la iniciativa no prosperó.
Tres trabajadores han fallecido en los últimos años: Pedro González, en 2003; Fernando Contreras, en 2005 en la vecina mina San Antonio, también de la empresa San Esteban y que ya se hundió, y Manuel Villagrán, en 2010, en la San José de nuevo.
Hace apenas treinta días, Gino Cortés, al que conocen por el apodo de "el Bichi" Borghi por sus habilidades futbolísticas, sufrió la amputación de una pierna en otro accidente en esa mina.
En tanto, la Cámara de Diputados determinó este martes que una comisión investigue las irregularidades cometidas en la reapertura de la mina en la que se encuentran atrapados los 33 obreros "hasta las últimas consecuencias".
El presidente de la comisión minera de la cámara baja, Alejandro García-Huidobro, indicó que se analizarán los antecedentes que determinaron el cierre de San José en 2007 y las razones de su reapertura el 2008.
"Vamos a investigar hasta las últimas consecuencias y las responsabilidades las van a tener que asumir quienes tomaron la decisión de reabrir esta mina. Nos tendrán que demostrar con argumentos los motivos por los cuales se tomó esta decisión", sostuvo
El accidente se produjo alrededor de las 14.00 horas (18.00 GMT) del pasado jueves, en la norteña región de Atacama, cuyo primer intento de rescate a través de un conducto de aire fracasó el pasado sábado.
Por su parte, el ex parlamentario Antonio Leal afirmó que "los principales responsables de esta tragedia son los dueños de la Compañía Minera San Esteban, Marcelo Kemeny y Alejandro Bohn, este último propietario del 70 por ciento del mineral".
Sostuvo "que (ambos) han infringido permanente la ley pese a los accidentes que se han producido en las faenas de este mineral entre el 2003 y el 2010 y que han costado la vida a tres mineros y dejado gravemente lesionados a otros dos".
Por su parte, el ministro de Minería, Laurence Golborne, confirmó a los periodistas que paralelo a los trabajos de rescate se realiza un sumario a la empresa minera San Esteban "aunque por ahora la prioridad es rescatar a los mineros", apostilló.
En tanto, el presidente Sebastián Piñera fue coincidente con las las palabras de Golborne al señalar que ya vendrá el tiempo de buscar las responsabilidades "y, de hecho, nuestro gobierno se comprometió en buscar las responsabilidades y sancionar a los responsables".
Hasta ahora la peor tragedia minera ocurrida en Chile ocurrió el 19 de junio de 1945 en los piques de Sewell, a 60 kilómetros de la ciudad de Rancagua y en pleno corazón de la Cordillera de Los Andes, cuando un incendio en una bodega de materiales dejó un saldo de 354 mineros muertos.
EFE
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