El multimillonario empresario Sebastián Piñera y el senador democristiano Eduardo Frei se disputan en segunda vuelta electoral el cargo presidencial.
Por tercera vez en su historia, los chilenos elegirán mañana domingo en segunda vuelta al próximo presidente del país, un cargo al que aspiran el derechista Sebastián Piñera y el oficialista Eduardo Frei.
Piñera, multimillonario empresario y candidato de la Coalición por el Cambio, figura favorito en las encuestas y puede lograr que la derecha ocupe el sillón presidencial por primera vez tras el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
En tanto, el senador democristiano Eduardo Frei, que ya fue presidente entre 1994 y 2000, encabeza de nuevo las aspiraciones de la Concertación, la coalición de centroizquierda que ha sufrido un progresivo desgaste en estos veinte años en el poder.
Frei logró en la primera vuelta, celebrada el pasado 13 de diciembre, un 29,6% de los votos, lo que supone el peor resultado obtenido por un candidato presidencial de la Concertación, superado de lejos por Piñera, que recabó el 44,03% de los sufragios.
En esa primera cita electoral también compitieron el independiente Marco Enríquez-Ominami, escindido de las filas de la Concertación, que logró un 20,13% de los votos, y el candidato de la izquierda extraparlamentaria, Jorge Arrate, que recibió el 6,21%.
Enríquez-Ominami dio libertad de voto a sus seguidores, aunque este miércoles anunció que él marcará el nombre de Frei en su papeleta.
Frei cuenta además con el respaldo de la izquierda extraparlamentaria, agrupada en el pacto Juntos Podemos.
"Es la primera vez que la Concertación llegó dividida a la primera vuelta. Nunca había experimentado la tensión de tener una competencia interna tan fuerte, y por eso el candidato de la Concertación no llegó primero", explicó a Efe el analista Santiago Escobar.
"Por primera vez se sabía con mucha antelación que iba a haber una segunda vuelta. Por primera vez, la Concertación no tiene todas las preferencias en esta segunda vuelta", señaló José Jara, director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
La única encuesta realizada a nivel nacional, publicada este miércoles y elaborada por la consultora privada MORI, otorga a Piñera un 40,8% y a Frei un 39,4%, una diferencia inferior al margen de error, que es del 3 por ciento.
Según ese mismo sondeo, los nulos y blancos suman un 7% y quienes no saben o no respondieron la pregunta son el 12,8%.
Tras la respectiva proyección de esas cifras, Piñera alcanzaría un 50,9% de los votos y Frei un 49,1%.
"Los antecedentes electorales de los chilenos demuestran más estabilidad que cambio, y eso puede jugar en favor de la Concertación llegado el minuto", apuntó Mauricio Morales, director del Observatorio Electoral de la Universidad Diego Portales.
Morales señaló también que "cuantos menos votos nulos y blancos haya, más sufragios logrará Frei".
Sin embargo, José Jara advirtió de que "hay muchas personas que no tienen una inclinación ni por Frei ni por Piñera, y probablemente no van a votar o van a votar nulo o blanco".
"Es una elección bastante reñida. Probablemente la diferencia está en el margen de error y cualquiera de los dos puede ganar", estimó.
En el caso de que sea Piñera quien llegue al Palacio de La Moneda, Mauricio Morales advirtió de dos consecuencias.
"Piñera ha generado muchas expectativas, y eso en algún momento le puede pasar la cuenta. Lo primero que va a tener que hacer es una reducción de las expectativas que él mismo generó", explicó.
Además, "habrá cambios en la composición de los partidos políticos, sobre todo en los de la Concertación", añadió.
Por su parte, José Jara consideró que el cambio no será "tan extremo".
"Las instituciones son bastante sólidas y en el Parlamento las fuerzas están empatadas; por lo tanto, ninguna de las dos coaliciones puede hacer un cambio radical en la política económica y social", explicó este politólogo.
En cambio, el analista Santiago Escobar difiere de esta opinión al señalar que "la Constitución de 1980, que está diseñada para un régimen presidencial autoritario, fue administrada por la Concertación con talante democrático, pero la derecha no tiene ese mismo talante", asegura.
"Van a tratar de manejar el país como una empresa", opina Escobar, quien asegura tener "la sensación de que la derecha va a recurrir a golpes crecientes de autoridad y de fuerza porque carece de la paciencia para generar acuerdos que tuvo la Concertación". EFE
Piñera, multimillonario empresario y candidato de la Coalición por el Cambio, figura favorito en las encuestas y puede lograr que la derecha ocupe el sillón presidencial por primera vez tras el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
En tanto, el senador democristiano Eduardo Frei, que ya fue presidente entre 1994 y 2000, encabeza de nuevo las aspiraciones de la Concertación, la coalición de centroizquierda que ha sufrido un progresivo desgaste en estos veinte años en el poder.
Frei logró en la primera vuelta, celebrada el pasado 13 de diciembre, un 29,6% de los votos, lo que supone el peor resultado obtenido por un candidato presidencial de la Concertación, superado de lejos por Piñera, que recabó el 44,03% de los sufragios.
En esa primera cita electoral también compitieron el independiente Marco Enríquez-Ominami, escindido de las filas de la Concertación, que logró un 20,13% de los votos, y el candidato de la izquierda extraparlamentaria, Jorge Arrate, que recibió el 6,21%.
Enríquez-Ominami dio libertad de voto a sus seguidores, aunque este miércoles anunció que él marcará el nombre de Frei en su papeleta.
Frei cuenta además con el respaldo de la izquierda extraparlamentaria, agrupada en el pacto Juntos Podemos.
"Es la primera vez que la Concertación llegó dividida a la primera vuelta. Nunca había experimentado la tensión de tener una competencia interna tan fuerte, y por eso el candidato de la Concertación no llegó primero", explicó a Efe el analista Santiago Escobar.
"Por primera vez se sabía con mucha antelación que iba a haber una segunda vuelta. Por primera vez, la Concertación no tiene todas las preferencias en esta segunda vuelta", señaló José Jara, director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
La única encuesta realizada a nivel nacional, publicada este miércoles y elaborada por la consultora privada MORI, otorga a Piñera un 40,8% y a Frei un 39,4%, una diferencia inferior al margen de error, que es del 3 por ciento.
Según ese mismo sondeo, los nulos y blancos suman un 7% y quienes no saben o no respondieron la pregunta son el 12,8%.
Tras la respectiva proyección de esas cifras, Piñera alcanzaría un 50,9% de los votos y Frei un 49,1%.
"Los antecedentes electorales de los chilenos demuestran más estabilidad que cambio, y eso puede jugar en favor de la Concertación llegado el minuto", apuntó Mauricio Morales, director del Observatorio Electoral de la Universidad Diego Portales.
Morales señaló también que "cuantos menos votos nulos y blancos haya, más sufragios logrará Frei".
Sin embargo, José Jara advirtió de que "hay muchas personas que no tienen una inclinación ni por Frei ni por Piñera, y probablemente no van a votar o van a votar nulo o blanco".
"Es una elección bastante reñida. Probablemente la diferencia está en el margen de error y cualquiera de los dos puede ganar", estimó.
En el caso de que sea Piñera quien llegue al Palacio de La Moneda, Mauricio Morales advirtió de dos consecuencias.
"Piñera ha generado muchas expectativas, y eso en algún momento le puede pasar la cuenta. Lo primero que va a tener que hacer es una reducción de las expectativas que él mismo generó", explicó.
Además, "habrá cambios en la composición de los partidos políticos, sobre todo en los de la Concertación", añadió.
Por su parte, José Jara consideró que el cambio no será "tan extremo".
"Las instituciones son bastante sólidas y en el Parlamento las fuerzas están empatadas; por lo tanto, ninguna de las dos coaliciones puede hacer un cambio radical en la política económica y social", explicó este politólogo.
En cambio, el analista Santiago Escobar difiere de esta opinión al señalar que "la Constitución de 1980, que está diseñada para un régimen presidencial autoritario, fue administrada por la Concertación con talante democrático, pero la derecha no tiene ese mismo talante", asegura.
"Van a tratar de manejar el país como una empresa", opina Escobar, quien asegura tener "la sensación de que la derecha va a recurrir a golpes crecientes de autoridad y de fuerza porque carece de la paciencia para generar acuerdos que tuvo la Concertación". EFE
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