Si la ejecución se lleva a cabo, será la primera vez que China acabe con la vida de un japonés desde que los dos países normalizaron sus relaciones diplomáticas en 1972.
China ha informado a Japón de que tiene previsto ejecutar en los próximos días a un ciudadano japonés condenado a muerte por tráfico de drogas, según fuentes del Gobierno nipón citadas hoy por la agencia local de noticias Kyodo.
El Ministerio nipón de Exteriores no ha confirmado oficialmente esta notificación, si bien Kyodo asegura que la sentencia podría ejecutarse a partir del próximo lunes, 5 de abril.
Si la ejecución es llevada a cabo, será la primera vez que China acabe con la vida de un condenado japonés desde que los dos países normalizaron sus relaciones diplomáticas en 1972.
El pasado diciembre, China ejecutó a un ciudadano británico por tráfico de drogas, lo que fue duramente criticado por el primer ministro Gordon Brown y los grupos de derechos humanos.
Makoto Taranaka, secretario general de Amnistía Internacional (AI) en Japón, dijo hoy que "el secretismo chino sobre la pena de muerte es algo muy grave. Creemos que el pasado año ejecutaron a varios miles de condenados, pero conocer los datos reales es imposible".
AI en Japón condenó el secretismo con el que el Gobierno chino trata la pena de muerte y aseguró que hay varios casos similares en los que ciudadanos nipones, cuya identidad no ha sido desvelada, se enfrentan a la pena capital en China.
Según Kyodo, en la actualidad otros tres ciudadanos japoneses han sido condenados a muerte en China, todos ellos por casos relacionados con el tráfico de estupefacientes.
La información sobre el detenido japonés que permanece en el corredor de la muerte en China es escueta y apenas se sabe que es un hombre que quiso pasar 2,5 kilos de estimulantes a Japón desde el aeropuerto de Dalian en China en 2006 y fue condenado en 2009 tras ser rechazada la apelación de su defensa.
La notificación del Gobierno de Pekín coincide con la presentación ayer mismo de un informe de AI sobre la pena de muerte en el que critica especialmente a China por no revelar el número de personas que ejecuta anualmente.
Asimismo, el anuncio de Pekín a Tokio se produce poco después de que la policía china detuviera a un sospechoso por su implicación en un caso de empanadillas en mal estado que intoxicaron a unos diez japoneses entre 2007 y 2008.
EFE
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