Los dromaeosaurios son un grupo de dinosaurios depredadores, estrechamente relacionados con las aves, cuyos huesos son a menudo pequeños y delicados y rara vez se conservan bien.
Un pequeño trozo de mandíbula fósil hallado en Alaska representa un raro ejemplo de restos de dinosaurios dromaeosaurios juveniles del Ártico, según un estudio publicado en la revista 'PLOS ONE' por investigadores del Imperial College de Londres (Reino Unido).
Los dromaeosaurios son un grupo de dinosaurios depredadores estrechamente relacionados con las aves, cuyos miembros incluyen especies conocidas como el deinonychus y el velociraptor.
Estos dinosaurios vivieron en todo el mundo, pero sus huesos son a menudo pequeños y delicados y rara vez se conservan bien en el registro fósil, lo que complica los esfuerzos para comprender los caminos que tomaron a medida que se dispersaron entre los continentes.
La formación Prince Creek del norte de Alaska conserva la mayor colección de fósiles de dinosaurios polares del mundo, que data de hace unos 70 millones de años, pero los únicos restos de dromaeosauridos encontrados hasta ahora habían sido dientes aislados.
El fósil de la mandíbula descrito en este estudio tiene solo 14 milímetros de largo y conserva solo la punta de la mandíbula inferior, pero es el primer fósil de dromaeosaurio no dental conocido del Ártico. El análisis estadístico indica que este hueso pertenece a un pariente cercano de las Saurornitholestes norteamericanas.
Se cree que los dromaeosáuridos de América del Norte tienen su origen en Asia, y Alaska habría sido una región clave para la dispersión de sus antepasados. Este nuevo fósil es una pista tentadora para comprender qué tipos de dromeosaurios habitaban en esta región crucial.
Además, la etapa temprana de desarrollo del hueso sugiere que este individuo aún era joven y probablemente nació cerca. Frente a las sugerencias anteriores de que esta parte de Alaska era exclusivamente una ruta migratoria para muchos dinosaurios, esta es una fuerte evidencia de que algunos dinosaurios anidaban allí. Los autores sugieren que los hallazgos futuros pueden permitir una comprensión más completa de estos misteriosos dromaeosauridos árticos.
"Hay lugares donde los fósiles de dinosaurios son tan comunes que un trozo de hueso, en la mayoría de los casos, ya no puede agregar nada científicamente informativo: este no es el caso con este espécimen de Alaska -destaca Alfio Alessandro Chiarenza, del Imperial College de Londres-. Incluso con un fragmento de mandíbula tan incompleto, nuestro El equipo no solo fue capaz de resolver las relaciones evolutivas de este dinosaurio, sino también de imaginar algo más sobre la biología de estos animales, en última instancia, obtener más información sobre este ecosistema del Ártico Antiguo".
"Hace años -agrega Anthony R. Fiorillo, también del Imperial College de Londres-, cuando los dinosaurios se encontraron por primera vez en el extremo norte, la idea desafió lo que creemos saber sobre los dinosaurios. Durante algún tiempo después, hubo un gran debate sobre si esos dinosaurios árticos migraron o no en el norte durante todo el año, todos esos argumentos eran de naturaleza especulativa".
Según destaca, "este estudio de una mandíbula de dinosaurio depredador de un bebé proporciona la primera prueba física de que al menos algunos dinosaurios no solo vivieron en el extremo norte, sino que prosperaron allí. Incluso podría decirse, nuestro estudio muestra que el antiguo norte era un gran lugar para criar una familia y ahora tenemos que descubrir por qué".
(Con información de Europa Press)
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