Las operaciones para contener la emergencia por el derrame de petróleo en el Golfo de México, se reaundan tras tres días de fuertes vientos y mar agitado.
Las condiciones climáticas favorables de este lunes brindaron nuevas esperanzas a los equipos de trabajo que intentan contener la marea negra en el Golfo de México, pero este cambio de la dirección del viento podría poner en peligro a los turistas de las playas de Florida.
Un día después de que el presidente estadounidense Barack Obama visitara la zona donde se produjo el desastre en la costa de Luisiana, el clima finalmente parece colaborar con los equipos de trabajo que buscan contener el derrame de petróleo causado por la explosión y posterior hundimiento de una plataforma petrolera el 22 de abril.
Asimismo, el gigante petrolero British Petroleum (BP) asumió este lunes la total responsabilidad del desastre y el pago de todos los costos, luego de que Obama exhortara a la empresa el domingo.
"BP asume la responsabilidad de la respuesta a la marea negra (...) La limpiaremos", afirma el grupo en un comunicado publicado en un portal de internet dedicado a la gestión de la catástrofe ecológica.
"BP pagará todos los costos necesarios y apropiados de limpieza", agrega.
El pozo perforado bajo la plataforma deja escapar al mar 800.000 litros de petróleo diarios y de no ser controlado, podría superar los 16 millones por día.
Luego de tres días de tormentas, los fuertes vientos y un mar agitado obligaron el sábado a los barcos a interrumpir las tareas tendientes a contener la emergencia.
Pero el clima mejoró finalmente y unas 2.500 personas esperan poder continuar las operaciones e incluso reanudar la quema de partes de la mancha de petróleo.
"Las predicciones climáticas anuncian menos viento, proveniente del sudoeste, y mareas menos agitadas", anunció el último informe de la Guardia Costera de Estados Unidos.
Pero los cambios en la dirección del viento ponen en peligro las playas turísticas de Florida y las autoridades planean abrir una segunda base aérea para salidas de emergencia.
"Es tan sólo una medida de precaución para poder atacar ese frente de ser necesario", dijo el oficial de la Guardia Costera, Curtis Thomas.
El informe también señala que el petróleo no ha alcanzado hasta el momento las costas estadounidenses, aunque este fin de semana no se pudo sobrevolar el territorio debido a las condiciones climáticas desfavorables.
El presidente Obama habló el domingo de un "desastre ambiental sin precedentes" y señaló que esto podría dañar seriamente la economía y el medioambiente de los Estados del Golfo.
El gobierno estadounidense prohibió el domingo durante diez días la venta de pescado en la zona afectada del Golfo de México debido a los riesgos sanitarios.
La industria de mariscos y crustáceos en Luisiana representa un tercio de la producción anual del país.
Sus humedales costeros, una etapa obligada para las aves migratorias, también constituyen una reserva de fauna excepcional.
El gigante BP ya se puso a trabajar para detener la fuga utilizando seis robots submarinos que intentan cerrar la válvula del pozo submarino.
Asimismo la compañía comenzó a perforar pozos de seguridad para reducir la presión e inyectar un revestimiento para tapar definitivamente el pozo.
La primera operación ha fracasado por el momento y la segunda podría llevar tres meses.
BP se propuso fabricar una enorme cúpula de 70 toneladas para depositarla en el fondo del mar y detener la salida de petróleo del pozo.
El presidente de la filial estadounidense de BP, Lamar McKay, dijo que está casi terminada.
AFP
Un día después de que el presidente estadounidense Barack Obama visitara la zona donde se produjo el desastre en la costa de Luisiana, el clima finalmente parece colaborar con los equipos de trabajo que buscan contener el derrame de petróleo causado por la explosión y posterior hundimiento de una plataforma petrolera el 22 de abril.
Asimismo, el gigante petrolero British Petroleum (BP) asumió este lunes la total responsabilidad del desastre y el pago de todos los costos, luego de que Obama exhortara a la empresa el domingo.
"BP asume la responsabilidad de la respuesta a la marea negra (...) La limpiaremos", afirma el grupo en un comunicado publicado en un portal de internet dedicado a la gestión de la catástrofe ecológica.
"BP pagará todos los costos necesarios y apropiados de limpieza", agrega.
El pozo perforado bajo la plataforma deja escapar al mar 800.000 litros de petróleo diarios y de no ser controlado, podría superar los 16 millones por día.
Luego de tres días de tormentas, los fuertes vientos y un mar agitado obligaron el sábado a los barcos a interrumpir las tareas tendientes a contener la emergencia.
Pero el clima mejoró finalmente y unas 2.500 personas esperan poder continuar las operaciones e incluso reanudar la quema de partes de la mancha de petróleo.
"Las predicciones climáticas anuncian menos viento, proveniente del sudoeste, y mareas menos agitadas", anunció el último informe de la Guardia Costera de Estados Unidos.
Pero los cambios en la dirección del viento ponen en peligro las playas turísticas de Florida y las autoridades planean abrir una segunda base aérea para salidas de emergencia.
"Es tan sólo una medida de precaución para poder atacar ese frente de ser necesario", dijo el oficial de la Guardia Costera, Curtis Thomas.
El informe también señala que el petróleo no ha alcanzado hasta el momento las costas estadounidenses, aunque este fin de semana no se pudo sobrevolar el territorio debido a las condiciones climáticas desfavorables.
El presidente Obama habló el domingo de un "desastre ambiental sin precedentes" y señaló que esto podría dañar seriamente la economía y el medioambiente de los Estados del Golfo.
El gobierno estadounidense prohibió el domingo durante diez días la venta de pescado en la zona afectada del Golfo de México debido a los riesgos sanitarios.
La industria de mariscos y crustáceos en Luisiana representa un tercio de la producción anual del país.
Sus humedales costeros, una etapa obligada para las aves migratorias, también constituyen una reserva de fauna excepcional.
El gigante BP ya se puso a trabajar para detener la fuga utilizando seis robots submarinos que intentan cerrar la válvula del pozo submarino.
Asimismo la compañía comenzó a perforar pozos de seguridad para reducir la presión e inyectar un revestimiento para tapar definitivamente el pozo.
La primera operación ha fracasado por el momento y la segunda podría llevar tres meses.
BP se propuso fabricar una enorme cúpula de 70 toneladas para depositarla en el fondo del mar y detener la salida de petróleo del pozo.
El presidente de la filial estadounidense de BP, Lamar McKay, dijo que está casi terminada.
AFP
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