Los países en desarrollo son los que más sufren el proteccionismo, afirmó Pascal Lamy, director general de la entidad.
El comercio mundial caerá en 2009 más del 10% a raíz de la crisis económica y financiera, lo que constituye una cifra "sin precedentes", advirtió el lunes en Seúl el director general de la OMC, Pascal Lamy.
Ante esta coyuntura, Lamy instó a resistir las presiones proteccionistas y reiteró que las esperanzas de destrabar las negociaciones sobre la Ronda de Doha de liberalización del comercio mundial el año próximo son inciertas.
"En febrero de este año, la recesión tuvo su punto más fuerte", dijo el director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en un foro en Seúl.
"Menos de un año después, se ha hecho progreso pero todavía no salimos de la crisis", agregó.
"El proceso de limpieza se encuentra a medio camino, pero los progresos son aún demasiado lentos", continuó Lamy, para quien "las presiones para la adopción de medidas proteccionistas con sus ganancias ilusorias para las economías nacionales no van a desaparecer tan pronto".
En cuanto a la caída de algo más del 10% en el comercio mundial, el director general de la OMC indicó que se trataba de una cifra "sin precedentes en tiempos modernos".
Durante su discurso y posterior conferencia de prensa, Lamy se refirió a las negociaciones de la estancada Ronda de Doha e insistió en que su conclusión es vital para restaurar la confianza de los consumidores y los empresarios y reforzar a los gobiernos en su lucha contra el proteccionismo.
Pero un acuerdo no tendrá lugar "si no hay esfuerzos serios de cada una de las partes", dijo Lamy.
Los países miembros de la OMC cerraron la semana pasada en Ginebra su conferencia ministerial sin destrabar la Ronda, cuya conclusión en 2010 depende ahora de un avance concreto hasta marzo próximo.
En la ministerial, Lamy constató que siguen las "diferencias" para cerrar esta ronda de liberalización del comercio mundial, lanzada en 2001 con la pretensión de concluirla en 2005 y bloqueada desde el año pasado tras infructuosas negociaciones.
En efecto, potencias emergentes y países en desarrollo insisten en la necesidad de un compromiso firme de Estados Unidos como único modo de poder concluir la Ronda, mientras que Washington exige a su vez mayores esfuerzos de los primeros.
La conclusión de Doha podría aportar hasta 700.000 millones de dólares a la economía global, que se debate por salir de la crisis, gracias al levantamiento de las barreras arancelarias de miles de productos y el fin a las subvenciones agrícolas de Europa y Estados Unidos, según ciertos estudios.
En Seúl, Lamy señaló que los países en desarrollo, que representan más de dos tercios de los 153 miembros de la OMC, son los que más sufren el proteccionismo.
"Nuestros miembros pobres han sido afectados por el recorte del comercio", afirmó, explicando que estos países "dependen mucho más que los otros del comercio para el crecimiento de sus economía y la reducción de la pobreza".
-AFP-
Ante esta coyuntura, Lamy instó a resistir las presiones proteccionistas y reiteró que las esperanzas de destrabar las negociaciones sobre la Ronda de Doha de liberalización del comercio mundial el año próximo son inciertas.
"En febrero de este año, la recesión tuvo su punto más fuerte", dijo el director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en un foro en Seúl.
"Menos de un año después, se ha hecho progreso pero todavía no salimos de la crisis", agregó.
"El proceso de limpieza se encuentra a medio camino, pero los progresos son aún demasiado lentos", continuó Lamy, para quien "las presiones para la adopción de medidas proteccionistas con sus ganancias ilusorias para las economías nacionales no van a desaparecer tan pronto".
En cuanto a la caída de algo más del 10% en el comercio mundial, el director general de la OMC indicó que se trataba de una cifra "sin precedentes en tiempos modernos".
Durante su discurso y posterior conferencia de prensa, Lamy se refirió a las negociaciones de la estancada Ronda de Doha e insistió en que su conclusión es vital para restaurar la confianza de los consumidores y los empresarios y reforzar a los gobiernos en su lucha contra el proteccionismo.
Pero un acuerdo no tendrá lugar "si no hay esfuerzos serios de cada una de las partes", dijo Lamy.
Los países miembros de la OMC cerraron la semana pasada en Ginebra su conferencia ministerial sin destrabar la Ronda, cuya conclusión en 2010 depende ahora de un avance concreto hasta marzo próximo.
En la ministerial, Lamy constató que siguen las "diferencias" para cerrar esta ronda de liberalización del comercio mundial, lanzada en 2001 con la pretensión de concluirla en 2005 y bloqueada desde el año pasado tras infructuosas negociaciones.
En efecto, potencias emergentes y países en desarrollo insisten en la necesidad de un compromiso firme de Estados Unidos como único modo de poder concluir la Ronda, mientras que Washington exige a su vez mayores esfuerzos de los primeros.
La conclusión de Doha podría aportar hasta 700.000 millones de dólares a la economía global, que se debate por salir de la crisis, gracias al levantamiento de las barreras arancelarias de miles de productos y el fin a las subvenciones agrícolas de Europa y Estados Unidos, según ciertos estudios.
En Seúl, Lamy señaló que los países en desarrollo, que representan más de dos tercios de los 153 miembros de la OMC, son los que más sufren el proteccionismo.
"Nuestros miembros pobres han sido afectados por el recorte del comercio", afirmó, explicando que estos países "dependen mucho más que los otros del comercio para el crecimiento de sus economía y la reducción de la pobreza".
-AFP-
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