Rebeldes maoístas mataron entre miércoles y jueves a 18 personas, entre éstas 10 paramilitares desplegados para velar por seguridad de elecciones legislativas.
India, la mayor democracia del mundo con 714 millones de electores, golpeada por la crisis económica mundial y el terrorismo del sudeste asiático, inició este jueves en 15 estados y dos territorios unas elecciones legislativas que durarán un mes.
Calificados como el "mayor ejercicio democrático del mundo", los comicios se desarrollarán en cinco fases, hasta el 13 de mayo.
En estas elecciones, los indios elegirán 543 diputados de la Asamblea del Pueblo, que representa a los
28 estados y siete territorios de la Unión India.
Este jueves, en la primera etapa, que terminó a las 17H00 locales (11H30 GMT), un total de 143 millones de votantes fueron llamados a votar en los colegios electorales en 124 circunscripciones de 15 estados y dos territorios del norte, este y sur.
En esta primera jornada de elecciones, la Bolsa de Bombay cayó 2,99%, después de ocho días seguidos de alza.
Justamente, en el este de la India, rebeldes maoístas mataron entre miércoles y jueves a 18 personas, entre éstas 10 paramilitares desplegados para velar por la seguridad de las elecciones legislativas, anunciaron responsables oficiales.
Una parte de la Cachemira india -de mayoría musulmana y donde desde 1989 está activa una insurrección separatista de grupos islamistas armados procedentes de la Cachemira paquistaní- votó en medio de importantes medidas de seguridad por temor a represalias de grupos musulmanes separatistas.
En este país de 1.170 millones de habitantes se desplegarán 828.000 colegios electorales desde Bombay hasta la frontera birmana y Cachemira, en el norte, hasta el extremo sur de Kerala, vigilados por 6,1 millones de policías, soldados y observadores civiles.
En una India totalmente fragmentada, el primer ministro Manmohan Singh, un sij de 76 años que dirige una coalición de centroizquierda, encarna la mezcla de etnias y castas de un país que cuenta con 18 lenguas oficiales y conforma la sociedad más compleja del planeta.
En 62 años de independencia, India se convirtió en una potencia atómica y en la décima economía mundial pese a las desigualdades sociales y tensiones religiosas entre hindúes (80,5%), musulmanes (13,5%), cristianos (2,3%) y sijs (1,9%).
En el mapa político ultradividido, ni el Partido del Congreso (centroizquierda) de Singh -presidido por Sonia Gandhi, la influyente heredera de la dinastía de Nehru-Gandhi y su hijo Rahul- ni la oposición de la derecha nacionalista hindú del Partido del Pueblo Indio (BJP) de Lal Krishna Advani, de 81 años, lograrán suficientes escaños para gobernar en solitario.
Las últimas encuestas sobre intenciones de voto daban ventaja al BJP.
Los resultados, que se conocerán el 16 de mayo, son de momento inciertos aunque podrían desembocar en un gobierno de coalición formado en base a alianzas postelectorales "puramente circunstanciales y sin coherencia ideológica" entre partidos nacionales y formaciones regionales, auguran los analistas.
En ese contexto, el jefe del gobierno del estado septentrional de Uttar Pradesh (182 millones de habitantes y 80 escaños en la Asamblea), el hindú "intocable" Mayawati Kumari y su Partido de la Sociedad Dalit, podría convertirse en árbitro de las elecciones para el Partido del Congreso o para el BJP, e incluso en primer ministro al frente de un grupo heteróclito de pequeños partidos.
"Todo se jugará en una ""decimosexta fase" después del 16 de mayo", pronosticó Yogendra Yadav, del Centro para el Estudio de Sociedades en Desarrollo de Nueva Delhi.
La lucha contra la pobreza, la recesión en Occidente, la educación o la lucha contra el terrorismo centraron las campañas del Congreso y del BJP pero, según los politólogos, el resultado de las elecciones lo determinarán los
asuntos locales y regionales.
Calificados como el "mayor ejercicio democrático del mundo", los comicios se desarrollarán en cinco fases, hasta el 13 de mayo.
En estas elecciones, los indios elegirán 543 diputados de la Asamblea del Pueblo, que representa a los
28 estados y siete territorios de la Unión India.
Este jueves, en la primera etapa, que terminó a las 17H00 locales (11H30 GMT), un total de 143 millones de votantes fueron llamados a votar en los colegios electorales en 124 circunscripciones de 15 estados y dos territorios del norte, este y sur.
En esta primera jornada de elecciones, la Bolsa de Bombay cayó 2,99%, después de ocho días seguidos de alza.
Justamente, en el este de la India, rebeldes maoístas mataron entre miércoles y jueves a 18 personas, entre éstas 10 paramilitares desplegados para velar por la seguridad de las elecciones legislativas, anunciaron responsables oficiales.
Una parte de la Cachemira india -de mayoría musulmana y donde desde 1989 está activa una insurrección separatista de grupos islamistas armados procedentes de la Cachemira paquistaní- votó en medio de importantes medidas de seguridad por temor a represalias de grupos musulmanes separatistas.
En este país de 1.170 millones de habitantes se desplegarán 828.000 colegios electorales desde Bombay hasta la frontera birmana y Cachemira, en el norte, hasta el extremo sur de Kerala, vigilados por 6,1 millones de policías, soldados y observadores civiles.
En una India totalmente fragmentada, el primer ministro Manmohan Singh, un sij de 76 años que dirige una coalición de centroizquierda, encarna la mezcla de etnias y castas de un país que cuenta con 18 lenguas oficiales y conforma la sociedad más compleja del planeta.
En 62 años de independencia, India se convirtió en una potencia atómica y en la décima economía mundial pese a las desigualdades sociales y tensiones religiosas entre hindúes (80,5%), musulmanes (13,5%), cristianos (2,3%) y sijs (1,9%).
En el mapa político ultradividido, ni el Partido del Congreso (centroizquierda) de Singh -presidido por Sonia Gandhi, la influyente heredera de la dinastía de Nehru-Gandhi y su hijo Rahul- ni la oposición de la derecha nacionalista hindú del Partido del Pueblo Indio (BJP) de Lal Krishna Advani, de 81 años, lograrán suficientes escaños para gobernar en solitario.
Las últimas encuestas sobre intenciones de voto daban ventaja al BJP.
Los resultados, que se conocerán el 16 de mayo, son de momento inciertos aunque podrían desembocar en un gobierno de coalición formado en base a alianzas postelectorales "puramente circunstanciales y sin coherencia ideológica" entre partidos nacionales y formaciones regionales, auguran los analistas.
En ese contexto, el jefe del gobierno del estado septentrional de Uttar Pradesh (182 millones de habitantes y 80 escaños en la Asamblea), el hindú "intocable" Mayawati Kumari y su Partido de la Sociedad Dalit, podría convertirse en árbitro de las elecciones para el Partido del Congreso o para el BJP, e incluso en primer ministro al frente de un grupo heteróclito de pequeños partidos.
"Todo se jugará en una ""decimosexta fase" después del 16 de mayo", pronosticó Yogendra Yadav, del Centro para el Estudio de Sociedades en Desarrollo de Nueva Delhi.
La lucha contra la pobreza, la recesión en Occidente, la educación o la lucha contra el terrorismo centraron las campañas del Congreso y del BJP pero, según los politólogos, el resultado de las elecciones lo determinarán los
asuntos locales y regionales.
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