Su nombre científico es Hippomane mancinella y sus apodos no son gratuitos. Solo tocar su savia puede provocar irritación cutánea y consumir sus frutos es extremadamente peligroso.
Le dicen el ‘árbol de la muerte’, también el ‘manzanillo de la muerte’, y no son apodos gratuitos. Hablamos del Hippomane mancinella, cuyos frutos pueden llevar a una persona hasta perder la vida.
Alerta. Esta planta, nativa de Mesoamérica y las islas del Mar Caribe, crece en las costas desde Florida, EE.UU., hasta Colombia, y en algunos lugares está marcado con cruces rojas o placas de alerta, refiere la BBC en un extenso informe.
Su savia. Una de las principales características de este árbol es su savia lechosa, que contiene el potente irritante de forbol. El mero contacto con la savia puede provocar severas heridas cutáneas. De hecho, hasta protegerse bajo sus ramas en la lluvia puede igual provocar lesiones, ya que su savia diluida puede causar una erupción cutánea extrema.
Su madera. Utilizar la madera del Hippomane mancinella también puede ser peligroso, por la antes mencionada savia. Pero hasta utilizarla como leña no es recomendable, ya que el humo puede cegar temporalmente y causar serios problemas respiratorios.

Sus frutos. No obstante, lo más peligroso de este árbol es su pequeña fruta redonda, parecida a una manzana. Se dice que su sabor es agradable, pero sus efectos pueden ser mortales. Comer esta fruta puede causar vómitos y diarrea “tan severos que deshidratan el cuerpo hasta el punto de no retorno”, alerta la BBC.
Experiencia desagradable. La cadena británica da cuenta de la experiencia de la radióloga británica Nicola Strickland, quien en 1999 ingirió el fruto del Hippomane mancinella. “Mordí la fruta y me supo agradablemente dulce. Momentos más tarde notamos un extraño sabor picante en nuestra boca, que progresó gradualmente a una sensación de ardor y desgarro, y una opresión en la garganta”, contó.
Lo que vivió Nicola. “Los síntomas empeoraron durante las dos horas siguientes hasta que a duras penas podíamos tragar alimentos sólidos pues el dolor era insoportable y por la sensación de un gran nudo que nos obstruía la garganta. (...) Nuestra experiencia provocó un franco terror e incredulidad entre los locales. Tal es la reputación del veneno de la fruta”, añadió.
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