Areema Nasreen, de 36 años, no presentaba patologías previas y tenía más de 16 años trabajando en el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido.
Areema Nasreen, una enfermera del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido de sólo 36 años ha muerto a causa del COVID-19, en el hospital Walsall Manor, en la ciudad de West Midlands. La joven madre ha dejado en la orfandad a tres pequeños, apenas dos semanas después de contraer el virus.
Nasreen, quien llevaba más de 16 años trabajando para el sistema de salud del país, fue diagnosticada con el coronavirus el 23 de marzo. Les dijo a los médicos que no tenían problemas de salud previos y su familia la describió como “saludable”. Al empeorar con los días fue conectada a un ventilador mecánico en el mismo hospital en el que trabajaba.
“Las personas no se están tomando esto lo suficientemente en serio. Ella es joven, no solo los adultos mayores están en riesgo”, dijo su hermana antes de su muerte. “Quiero que todos sepan cuán peligroso es esto”, añadió en declaraciones a The Independent.
Por su parte, sus colegas de trabajo y amigos la recuerdan en las redes sociales como una persona cariñosa, genuina y dedicada a su trabajo. “Siempre iba más allá con cada paciente”, relatan.
Este jueves, otra enfermera también falleció producto del COVID-19, en un hospital en Kent. Aimee O’Rourke, de 38 años, y también madre de tres niños, falleció, luego de permanecer internada por varios días en la Unidad de Cuidados Intensivos.
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