Cristina Fernández se retira tras velar a su esposo durante doce horas

La mandataria argentina, Cristina Fernández, se retiró a la quinta oficial de Olivos tras encabezar el velatorio de los restos de su esposo, el ex presidente Néstor Kirchner, durante cerca de doce horas en la Casa Rosada.

Fernández llegó a la sede de la Casa de Gobierno una hora después de que se abrieran las puertas para rendir homenaje al ex presidente y permaneció junto al féretro hasta bien entrada la noche.

De riguroso luto y con grandes gafas oscuras, la presidenta se ha mantenido entera durante toda la jornada, aunque ha habido momentos de especial emotividad en los que se ha abrazado a sus hijos, a amigos y simpatizantes, se ha llevado las manos al pecho y ha acariciado insistentemente el féretro cerrado con los restos de su esposo.

Arropada en todo momento por sus hijos, Máximo y Florencia, sus familiares más cercanos y buena parte de su Gobierno, la presidenta recibió las visitas de varios mandatarios de la región.

Los últimos, los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, Colombia, Juan Manuel Santos, Paraguay, Fernando Lugo, y Venezuela, Hugo Chávez, que coincidieron en la capilla ardiente para despedir a quien fuera también secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

Hasta la Casa Rosada llegaron también horas antes los lideres de Bolivia, Evo Morales, Chile, Sebastián Piñera, y Uruguay, José Mujica.

Las puertas de la Casa Rosada seguirán abiertas durante toda la noche para que la multitud que aguarda desde hace horas pueda despedirse del líder del Partido Justicialista (PJ, peronista).

El velatorio concluirá mañana a las 10.00 hora local (13.00 GMT) y dará paso a un último recorrido por Buenos Aires en dirección al aeropuerto de Aeroparque, desde donde los restos de Néstor Kirchner serán trasladados a su ciudad natal, Río Gallegos, donde serán sepultados.

Kirchner, de 60 años, murió el miércoles a consecuencia de un paro cardiaco cuando descansaba con su esposa en la sureña localidad de El Calafate.

EFE