En la provincia de Hakkari, lugar de los hechos, las autoridades encontraron tres mochilas y dos artefactos explosivos, informaron las autoridades locales.
Al menos diez personas han muerto y otras cuatro han resultado heridas al estallar hoy una mina al paso del microbús en el que viajaban en el sureste de Turquía, informaron las autoridades locales.
El gobernador de Hakkari, Muammer Turker, ofreció esta última información indicando que entre las víctimas mortales hay un niño de tres años.
Los cuatro heridos, entre ellos una bebé de seis meses, están en estado crítico y han sido hospitalizados, informó la agencia pública turca Anadolu.
En el lugar de los hechos, las autoridades encontraron tres mochilas y dos artefactos explosivos.
La explosión se produjo cerca de la aldea de Gecitli, en la provincia de Hakkari, fronteriza con Irak e Irán, que ha sido escenario de numerosos ataques del proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Tras la explosión, unos 500 vecinos de la aldea se congregaron en el lugar del siniestro, lo que dio pie a tensiones con agentes del orden, que finalmente dispersaron a los curiosos.
Las autoridades han abierto una investigación sobre el atentado y la sospecha recae en los rebeldes kurdos del PKK, algo que sin embargo ha puesto en cuestión el partido kurdo de la Paz y Democracia (BDP).
El PKK, un grupo armado considerado como organización terrorista por Ankara, Washington y la Unión Europea (UE), ha declarado un alto el fuego del 13 de agosto hasta el 20 de septiembre, con motivo del ayuno musulmán del Ramadán y del referéndum sobre un paquete de enmiendas de la Constitución que se celebró el pasado domingo en Turquía.
Abdullah Öcalan, el encarcelado líder histórico del PKK, advirtió en una entrevista publicada el miércoles en el diario "Aksam" que si el Gobierno turco no abre pronto un diálogo de paz, él se desentenderá de la búsqueda de una salida negociada al conflicto.
"El terrorismo nos hace pagar un precio pero no por ello daremos marcha atrás en nuestra lucha contra el terrorismo", dijo hoy el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, en reacción a la explosión.
El líder del BDP, Selahattin Demirtas, instó hoy al Gobierno a encontrar a los autores del ataque, que calificó de provocación.
"¿Quiénes son esos que tiran bombas aquí y allí? ¿Quién los protege? Si el Gobierno no los encuentra, pensaremos que no son independientes del Gobierno", dijo Demirtas.
El PKK, que se alzó en armas en 1984 y se autoproclamó representante de los 12 millones de kurdos de Turquía, que viven en su mayoría en el sureste del país, ha desechado sus originarias exigencias independentistas para reclamar una mayor autonomía.
Desde 1984, más de 45.000 personas han muerto en una guerra no declarada entre los rebeldes kurdos y las fuerzas de seguridad turcas.
EFE
El gobernador de Hakkari, Muammer Turker, ofreció esta última información indicando que entre las víctimas mortales hay un niño de tres años.
Los cuatro heridos, entre ellos una bebé de seis meses, están en estado crítico y han sido hospitalizados, informó la agencia pública turca Anadolu.
En el lugar de los hechos, las autoridades encontraron tres mochilas y dos artefactos explosivos.
La explosión se produjo cerca de la aldea de Gecitli, en la provincia de Hakkari, fronteriza con Irak e Irán, que ha sido escenario de numerosos ataques del proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Tras la explosión, unos 500 vecinos de la aldea se congregaron en el lugar del siniestro, lo que dio pie a tensiones con agentes del orden, que finalmente dispersaron a los curiosos.
Las autoridades han abierto una investigación sobre el atentado y la sospecha recae en los rebeldes kurdos del PKK, algo que sin embargo ha puesto en cuestión el partido kurdo de la Paz y Democracia (BDP).
El PKK, un grupo armado considerado como organización terrorista por Ankara, Washington y la Unión Europea (UE), ha declarado un alto el fuego del 13 de agosto hasta el 20 de septiembre, con motivo del ayuno musulmán del Ramadán y del referéndum sobre un paquete de enmiendas de la Constitución que se celebró el pasado domingo en Turquía.
Abdullah Öcalan, el encarcelado líder histórico del PKK, advirtió en una entrevista publicada el miércoles en el diario "Aksam" que si el Gobierno turco no abre pronto un diálogo de paz, él se desentenderá de la búsqueda de una salida negociada al conflicto.
"El terrorismo nos hace pagar un precio pero no por ello daremos marcha atrás en nuestra lucha contra el terrorismo", dijo hoy el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, en reacción a la explosión.
El líder del BDP, Selahattin Demirtas, instó hoy al Gobierno a encontrar a los autores del ataque, que calificó de provocación.
"¿Quiénes son esos que tiran bombas aquí y allí? ¿Quién los protege? Si el Gobierno no los encuentra, pensaremos que no son independientes del Gobierno", dijo Demirtas.
El PKK, que se alzó en armas en 1984 y se autoproclamó representante de los 12 millones de kurdos de Turquía, que viven en su mayoría en el sureste del país, ha desechado sus originarias exigencias independentistas para reclamar una mayor autonomía.
Desde 1984, más de 45.000 personas han muerto en una guerra no declarada entre los rebeldes kurdos y las fuerzas de seguridad turcas.
EFE
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