De acuerdo a fuentes de la agencia Reuters, la Marina de EE.UU. enviará los destructores USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson, junto con 4,000 marines, aviones P-8 Poseidon y submarinos, en un contexto de crecientes tensiones con Venezuela tras la recompensa de 50 millones de dólares por Nicolás Maduro.
Estados Unidos iniciará en las próximas 36 horas el despliegue de tres destructores equipados con el sistema Aegis —USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson— en aguas internacionales cercanas al límite del mar territorial venezolano, según informó la agencia Reuters, citando a dos fuentes de Washington bajo condición de anonimato.
Esta operación, que incluye 4000 marines, aviones de vigilancia P-8 Poseidon y al menos un submarino de ataque, busca “enfrentar las amenazas de los carteles latinoamericanos de drogas”, clasificados por la administración de Donald Trump como organizaciones terroristas internacionales.
El despliegue responde a una orden emitida por Trump el 8 de agosto, que autoriza al Pentágono a emplear las fuerzas armadas contra carteles de narcotráfico en territorios y aguas extranjeras.
Según un funcionario citado por Reuters, “el proceso será continuo durante varios meses” y permitirá no solo tareas de inteligencia y vigilancia, sino también “ataques selectivos si se toma la decisión”.
Esta operación militar llega tras la decisión de EE.UU. de aumentar a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a la captura de Maduro, acusado de liderar el Cartel de los Soles y de estar vinculado al Tren de Aragua.
Con la mira en el cártel de los Soles
La operación se enmarca en la estrategia de Washington para limitar la influencia de grupos como el Cártel de los Soles, presuntamente liderado por Nicolás Maduro, y el Tren de Aragua, una organización criminal de origen venezolano.
Ambos han sido designados como amenazas terroristas por EE.UU. Además, la administración Trump vincula estas acciones a la reducción de la migración irregular y al fortalecimiento de la seguridad en la frontera sur estadounidense.
El despliegue de los destructores, reconocidos por su capacidad de defensa antiaérea, antisubmarina y de ataque en superficie, no es un hecho aislado. En meses recientes, EE.UU. ya había enviado dos buques de guerra al Caribe y reforzado misiones de vigilancia aérea sobre México para identificar rutas de narcotráfico.
Reacción en Venezuela
Desde Caracas, el presidente Nicolás Maduro anunció la activación de un “plan especial” que movilizará a 4,5 millones de milicianos en todo el territorio venezolano.
“Esta semana voy a activar un plan especial para garantizar la cobertura con más de 4,5 millones de milicianos de todo el territorio nacional, milicias preparadas, activadas y armadas”, afirmó Maduro en un acto televisado.
El líder venezolano calificó la operación estadounidense como una “amenaza extravagante, estrambótica y estrafalaria de un imperio en decadencia” y aseguró que “Venezuela defenderá sus cielos, sus mares y su tierra”.
Por su parte, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, rechazó las acusaciones de vínculos entre el gobierno venezolano y el narcotráfico, calificándolas de “un absurdo” y “una inmoralidad”. El jefe militar chavista afirmó que las bandas criminales, incluido el Tren de Aragua, “ya están totalmente desarticuladas” en el país.
El ministro del Interior, Diosdado Cabello, también respondió, destacando que Venezuela mantiene un despliegue militar en sus aguas territoriales para “defender la soberanía”. Cabello acusó a la DEA de ser “el único cartel de drogas que opera a la luz de todo el mundo”.