La ayuda consiste en provee centenares de millones de dólares en equipos avanzados para los esfuerzos antinarcóticos y la capacitación de miles de policías.
El Gobierno de EE.UU. enviará más ayuda en los próximos años destinada a la lucha antidrogas en México, para contribuir a la desmilitarización del combate al narcotráfico, y se comprometió a luchar contra el consumo de drogas en este país.
Así lo indica en el informe anual que, por ley, el Departamento de Estado envió hoy al Congreso sobre la lucha global contra el narcotráfico y el lavado de dinero, que sirve de base para determinar, en septiembre próximo, posibles sanciones a los países que, a juicio de Washington, no hacen lo suficiente en estas lides.
"En los próximos años se verá que Estados Unidos provee centenares de millones de dólares en equipos avanzados para los esfuerzos antinarcóticos en México y para la capacitación de decenas de miles de agentes policiales, de aduanas y seguridad", se afirma en el voluminoso informe en el apartado sobre México.
La ayuda de Estados Unidos, agregó el Departamento de Estado, servirá para preparar a la policía civil a asumir las tareas de seguridad y desmantelamiento de los carteles de la droga que ahora desempeñan los militares.
El Gobierno de Washington dijo que cuando los militares regresen a sus "tareas tradicionales", habrá un aumento en las actividades para la erradicación de cultivos de marihuana y opio.
Estados Unidos también urgió al Gobierno de Los Pinos a que aplique la ley de reforma judicial para así complementar las tareas que realizan conjuntamente las agencias policiales y gubernamentales en ambos lados de la frontera común.
Asimismo, el informe dijo que Estados Unidos sopesa "nuevas formas" para reducir la demanda de drogas en su propio territorio y para interrumpir el flujo de armas y de dinero que nutre la narcoviolencia en México.
El informe señaló que ese país sigue siendo un centro para el lavado de dinero: según cálculos oficiales, el narcotráfico genera ingresos anuales que oscilan entre 15.000 y 30.000 millones de dólares por concepto de la venta de drogas en Estados Unidos.
La mayoría de estas ganancias regresa a México en cargamentos de dinero en efectivo que, a su vez, son "lavados" a través de negocios legítimos en ese país.
La idea de esta "respuesta integral" es debilitar a los carteles de la droga al cerrar el grifo que les permite el acceso a las armas, puntualizó el informe anual.
Durante una rueda de prensa, el secretario de Estado adjunto para asuntos antinarcóticos, David Johnson, reiteró la posición del Gobierno de que la lucha antidrogas es una "responsabilidad compartida" y que EE.UU. intenta reducir la demanda de drogas en su propio suelo.
Johnson evadió contestar directamente sobre si corre peligro la estrategia actual -centrada en la militarización de la lucha contra los narcos-, tomando en cuenta la caída
en las encuestas del presidente mexicano Felipe Calderón y el creciente descontento popular ante el incremento en la violencia.
Según Johnson, las autoridades estadounidenses ven en México "un amplio compromiso" para fortalecer las instituciones de un sistema policial "eficaz" y para poner en marcha una reforma judicial.
Johnson reconoció la dificultad de combatir el contrabando y lavado de dinero, pero aseguró que la ayuda de EE.UU., en particular con equipos de inspección no intrusivos "es exactamente el tipo de dispositivos que se necesitan" para combatir ese problema.
Para el año fiscal 2011, el presidente Barack Obama solicitó al Congreso un total de 410 millones de dólares para la Iniciativa Mérida, de los cuales 310 millones irán para México y el resto para Centroamérica.
EFE
Así lo indica en el informe anual que, por ley, el Departamento de Estado envió hoy al Congreso sobre la lucha global contra el narcotráfico y el lavado de dinero, que sirve de base para determinar, en septiembre próximo, posibles sanciones a los países que, a juicio de Washington, no hacen lo suficiente en estas lides.
"En los próximos años se verá que Estados Unidos provee centenares de millones de dólares en equipos avanzados para los esfuerzos antinarcóticos en México y para la capacitación de decenas de miles de agentes policiales, de aduanas y seguridad", se afirma en el voluminoso informe en el apartado sobre México.
La ayuda de Estados Unidos, agregó el Departamento de Estado, servirá para preparar a la policía civil a asumir las tareas de seguridad y desmantelamiento de los carteles de la droga que ahora desempeñan los militares.
El Gobierno de Washington dijo que cuando los militares regresen a sus "tareas tradicionales", habrá un aumento en las actividades para la erradicación de cultivos de marihuana y opio.
Estados Unidos también urgió al Gobierno de Los Pinos a que aplique la ley de reforma judicial para así complementar las tareas que realizan conjuntamente las agencias policiales y gubernamentales en ambos lados de la frontera común.
Asimismo, el informe dijo que Estados Unidos sopesa "nuevas formas" para reducir la demanda de drogas en su propio territorio y para interrumpir el flujo de armas y de dinero que nutre la narcoviolencia en México.
El informe señaló que ese país sigue siendo un centro para el lavado de dinero: según cálculos oficiales, el narcotráfico genera ingresos anuales que oscilan entre 15.000 y 30.000 millones de dólares por concepto de la venta de drogas en Estados Unidos.
La mayoría de estas ganancias regresa a México en cargamentos de dinero en efectivo que, a su vez, son "lavados" a través de negocios legítimos en ese país.
La idea de esta "respuesta integral" es debilitar a los carteles de la droga al cerrar el grifo que les permite el acceso a las armas, puntualizó el informe anual.
Durante una rueda de prensa, el secretario de Estado adjunto para asuntos antinarcóticos, David Johnson, reiteró la posición del Gobierno de que la lucha antidrogas es una "responsabilidad compartida" y que EE.UU. intenta reducir la demanda de drogas en su propio suelo.
Johnson evadió contestar directamente sobre si corre peligro la estrategia actual -centrada en la militarización de la lucha contra los narcos-, tomando en cuenta la caída
en las encuestas del presidente mexicano Felipe Calderón y el creciente descontento popular ante el incremento en la violencia.
Según Johnson, las autoridades estadounidenses ven en México "un amplio compromiso" para fortalecer las instituciones de un sistema policial "eficaz" y para poner en marcha una reforma judicial.
Johnson reconoció la dificultad de combatir el contrabando y lavado de dinero, pero aseguró que la ayuda de EE.UU., en particular con equipos de inspección no intrusivos "es exactamente el tipo de dispositivos que se necesitan" para combatir ese problema.
Para el año fiscal 2011, el presidente Barack Obama solicitó al Congreso un total de 410 millones de dólares para la Iniciativa Mérida, de los cuales 310 millones irán para México y el resto para Centroamérica.
EFE
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