Eluana murió el pasado 9 de febrero a los 38 años en un clínica de Udine después de que se le retirase la alimentación artificial a petición de su familia.
Giuseppe Englaro, el padre de Eluana, la italiana que pasó 17 años en estado vegetativo y fue ayudada a morir tras la autorización de la Justicia, dijo hoy que su hija fue primero una "víctima de los médicos" y después del Estado.
Englaro, que relató hoy en Granada su experiencia personal en unas jornadas sobre la muerte digna, definió a su hija como "un purasangre de la libertad".
Esa filosofía de vida, explicó, es la que la llevó, tras conocer de cerca el caso de un amigo que entró en coma debido a un accidente, a "dejar claro" a sus padres y a su entorno más cercano que si a ella le ocurría algo similar, su voluntad sería la de oponerse a que la mantuvieran artificialmente con vida.
Aquel episodio tuvo lugar un año antes de que Eluana entrara en coma profundo tras un accidente de coche ocurrido en enero de 1992, cuando tenía 21 años.
Cuando "ya estaba claro desde el punto de visto médico que su situación -de estado vegetativo- no iba a cambiar", los facultativos "sólo defendían la cultura de la vida, pero no entendían la cultura de la libertad", según su padre.
Eluana murió el pasado 9 de febrero a los 38 años en un clínica de Udine después de que se le retirase la alimentación e hidratación artificial como había autorizado el Tribunal Supremo italiano a petición de su familia.
"Por la personalidad de Eluana, un purasangre de la libertad, para ella era lo más natural y normal que nadie se metiera en su modo de ver esta situación", dijo Giuseppe Englaro.
Para sus padres, la opinión de Eluana ya era "un consentimiento informado" al que sus progenitores dieron "voz".
Englaro relató los pormenores y vicisitudes del caso hasta que el Tribunal Supremo autorizó que se cumpliera la voluntad de su hija y el "conflicto de atribuciones" que, a raíz del pronunciamiento judicial, se suscitó entre el Senado y el Parlamento, que hasta entonces "no habían prestado atención" al asunto.
Aludió al "bloqueo" y las trabas que el Gobierno italiano les puso para evitar que a Eluana se le retirase la alimentación artificial con el argumento y la advertencia de que "las repercusiones del acto serían inimaginables".
"Lo que para nosotros estaba claro desde el principio -la defensa del Estado de Derecho-, ahora también está claro para la sociedad italiana", manifestó Englaro, para quien su hija "fue primero una víctima de los médicos y después una víctima del Estado". EFE
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