Las consecuencias del terremoto han pasado a un segundo plano ante la inseguridad que se vive en la calles de esta urbe. Decenas de negocios han sido saqueados.
Los ciudadanos de Talcahuano, que fue cubierta por el oleaje tras el fuerte sismo del pasado sábado, están consternados por el vandalismo que se ha apoderado de la ciudad: el "terremoto humano" ha superado al natural.
El fuerte oleaje que siguió al terremoto de 8.8 grados Richter registrado el sábado en el centro y sur de Chile anegó la ciudad y provocó la muerte de varias personas y el derrumbe de cientos de edificios en esta población de la región del Bío Bío, ubicada a unos 500 kilómetros de la capital chilena.
Sin embargo, las consecuencias del sismo han pasado a un segundo plano ante la inseguridad que se vive en la calles de Talcahuano, una ciudad ribereña del Pacífico y con una importante industria pesquera.
Después de saquear supermercados, bancos, gasolineras y todo tipo de comercios, algunos vecinos comenzaron anoche a robar también en el interior de los domicilios y hasta en los grandes buques, que contaban con importantes equipos electrónicos en su interior.
"Han devastado todo. No era tanta la necesidad", señala Osvaldo Ramírez, de 50 años, mientras hace guardia frente a su panadería, donde no hay mercadería porque se ha visto obligado a regalarla.
Un joven que no quiso revelar su identidad reconoció que esta madrugada tuvo que defenderse a escopetazos para que no entraran a saquear su casa, que ha quedado parcialmente aplastada por las decenas de contenedores que fueron desplazados por el oleaje y ahora están esparcidos por el centro de la ciudad.
-EFE-
El fuerte oleaje que siguió al terremoto de 8.8 grados Richter registrado el sábado en el centro y sur de Chile anegó la ciudad y provocó la muerte de varias personas y el derrumbe de cientos de edificios en esta población de la región del Bío Bío, ubicada a unos 500 kilómetros de la capital chilena.
Sin embargo, las consecuencias del sismo han pasado a un segundo plano ante la inseguridad que se vive en la calles de Talcahuano, una ciudad ribereña del Pacífico y con una importante industria pesquera.
Después de saquear supermercados, bancos, gasolineras y todo tipo de comercios, algunos vecinos comenzaron anoche a robar también en el interior de los domicilios y hasta en los grandes buques, que contaban con importantes equipos electrónicos en su interior.
"Han devastado todo. No era tanta la necesidad", señala Osvaldo Ramírez, de 50 años, mientras hace guardia frente a su panadería, donde no hay mercadería porque se ha visto obligado a regalarla.
Un joven que no quiso revelar su identidad reconoció que esta madrugada tuvo que defenderse a escopetazos para que no entraran a saquear su casa, que ha quedado parcialmente aplastada por las decenas de contenedores que fueron desplazados por el oleaje y ahora están esparcidos por el centro de la ciudad.
-EFE-
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