Los debates se han centrado en cómo superar los salarios estancados, las pensiones bajas, un desempleo del 14% y viviendas y alquileres más caros.
España vive este domingo elecciones generales, las más disputadas desde el retorno de la democracia y el fin de la dictadura franquista a fines de los setenta. 37 millones de electores escogen a los 350 miembros del congreso que tienen la importante tarea de nombrar al nuevo presidente de Gobierno, pues el país ibérico es una monarquía parlamentaria en la que el rey tiene más que todo un papel “simbólico”.
“La corona debe buscar la cercanía con los ciudadanos, saber ganarse continuamente su aprecio, su respeto y su confianza y para ello velar por la dignidad de la institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra”, ha remarcado el Rey de España, Felipe VI.
En los últimos años el país dejó el histórico bipartidismo de socialistas y populares. La grave crisis económica propició la aparición de nuevos partidos: el centroderechista ciudadanos, liderado por Albert Rivera, y el izquierdista Podemos, con Pablo Iglesias a la cabeza.
Los debates se han centrado en cómo superar los salarios estancados, las pensiones bajas, un desempleo del 14% y viviendas y alquileres más caros. La clase media sufre y la pobreza aumenta. El bloque de las derechas pide menos estado y reducir impuestos. El izquierdista Iglesias quiere pasar la factura a los más ricos y a los bancos.
La unidad de España en riesgo
“Cuando un banco va a desahuciar a una familia no le perdonan la deuda y al mismo tiempo hay que hacer un impuesto para los grandes patrimonios porque no puede ser que siempre la clase trabajadora sea la que pague impuestos y que hay una minoría de privilegiados que no hacen ese esfuerzo”, sostiene el líder del partido Podemos, Pablo Iglesias.
Otro tema crucial ha sido Cataluña. Sus intentos de independencia de España provocaron el rechazo de amplios sectores políticos y sociales que ven a sus líderes como “rebeldes y sediciosos”. Pablo Casado, del partido Popular, calificó de traición al actual jefe de Gobierno, Pedro Sánchez, por dialogar con los secesionistas. “La unidad de España está en riesgo por culpa del gobierno socialista de Pedro Sánchez. Es muy sencillo de decir: los que quieren romper España tienen a Sánchez como su candidato favorito”, señala el candidato Pablo Casado.
Pedro Sánchez, favorito en las encuestas
Sánchez llegó al poder hace 10 meses luego que el Congreso censurara al conservador Mariano Rajoy. Los socialistas gobernaron en minoría con apenas 84 congresistas y el apoyo de Podemos, un tiempo de mucha inestabilidad política.En toda la campaña ha pedido más votos que le garanticen gobernabilidad a su agenda feminista, ecologista y progresista. Además, urgió frenar el avance del ultraderechista VOX, cuyo mensaje antiinmigrante arrasa como un huracán.
“La ultraderecha está diciendo cosas como la siguientes: que hay que tener armas en casa, que hay que suprimir las autonomías, que esto de la violencia de género es un cuento, que el genocidio nazi es un invento, que llevan candidatos franquistas en sus listas y dicen que van a cerrar las televisiones que no les gustan”, dijo el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.
El nuevo gobierno se forma con el apoyo de 176 congresistas, un número que ningún partido político logrará. En la España de la crisis económica y el separatismo catalán las coaliciones para asegurar el Palacio de la Moncloa serán imprescindibles.
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