La provincia de Gifu promocionará las llamadas ´vacaciones siesta´, preparándose así para posibles cortes en el suministro eléctrico este verano a raíz del terremoto del 11 de marzo pasado.
Que los funcionarios aprendan a echarse la siesta es la última iniciativa para ahorrar energía en una provincia del centro de Japón, país que se prepara para posibles cortes en el suministro eléctrico este verano a raíz de la catástrofe del 11 de marzo.
En medio de los llamamientos al ahorro energético, la provincia de Gifu ha decidido promocionar durante julio, agosto y septiembre las llamadas "vacaciones siesta", que animan a los funcionarios a regresar a sus casas entre las 13.00 y las 15.00 horas para echarse una cabezada.
Un portavoz provincial detalló a Efe que la iniciativa se aplicará entre los 2.000 funcionarios de la zona, que podrán optar por tomar sus vacaciones por horas y así reducir el consumo de aire acondicionado y de ordenadores en las oficinas en la franja de más calor.
"La idea de siesta ha tenido mucho éxito porque es muy conocida en Japón, y eso hace más fácil difundir nuestro plan de descanso y ahorro energético", explicó el portavoz.
Tras el cierre de la planta nuclear de Hamaoka, a mediados de mayo, por razones de seguridad tras la crisis en la central de Fukushima, la provincia de Gifu se estableció el objetivo de reducir un 10 por ciento su consumo eléctrico este año.
La planta de Hamaoka suministraba cerca del 12 por ciento de la energía de Chubu Electric, el único proveedor eléctrico para la zona de Gifu, donde se emprendió una campaña para reducir las luces y detener los ascensores que logró reducir temporalmente el consumo entre un 10 y un 15 por ciento.
Ahora, gracias a la nueva iniciativa "vacaciones siesta", las autoridades esperan ahorrar anualmente incluso hasta un 11 por ciento de electricidad, según el portavoz.
La escasez energética prevista para este verano en Japón ha llevado a que Ayuntamientos y empresas del país tomen nuevas medidas de ahorro energético, que van desde reducir horarios hasta ampliar vacaciones o permitir que los empleados sustituyan trajes formales por atuendos más ligeros para reducir el aire acondicionado. EFE
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