Se reporta que en los albergues, las afecciones que más se registran son infecciones respiratorias, enfermedades en la piel y diarreas.
Una semana después del paso devastador de la tormenta Agatha en Guatemala, que dejó 158 muertos, un centenar de desaparecidos y decenas de miles de damnificados en el país, las enfermedades se han convertido en amenaza real, advierte la OPS.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertó que en las próximas semanas podrían registrarse brotes de enfermedades respiratorias agudas, diarreas, cólera y dengue producto de la humedad y el hacinamiento en el que se encuentra la población afectada y específicamente por el consumo de alimentos y agua contaminados.
Ante ello, el representante de la OPS/OMS en Guatemala, Pier Paolo Balladeli, indicó se trabaja en la búsqueda de recursos económicos para paliar la crisis, y comprar de medicamentos, insumos quirúrgicos y atención al brote del dengue, entre otras cosas.
Por su parte, el epidemiólogo del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), Fernando Ortíz señala que la población más vulnerable a ese tipo de problemas es la que debió acudir a albergues temporales tras quedarse sin casa y sin saneamiento ambiental.
Según Ortíz, es de "vital importancia" mantener vigilancia epidemiológica sobre el comportamiento de enfermedades diarreicas e infecciones respiratorias agudas.
También instó a evitar otro tipo de brotes infectocontagiosos, como hongos en los pies, manos o cualquier parte del cuerpo provocado por bacterias.
"Los más afectados suelen ser los niños y los adultos mayores, o bien pacientes que sufren de alguna enfermedad crónica, por lo que (se) recomendó que se realice una consulta preventiva y curativa cuando sea necesario, además de dotar de agua potable en los albergues", dijo Ortíz a la AFP.
La OPS también manifestó su preocupación ante la posibilidad de que se acentúen los casos de desnutrición en el corredor seco (este) debido a que las lluvias destrozaron las cosechas, aspecto que podría repercutir en la escasez de alimentos.
Brigadas del Ministerio de Salud reportan que en los albergues, a nivel nacional, las afecciones que más se registran son infecciones respiratorias, enfermedades en la piel y diarreas.
Sin embargo, Antonio Garavito, director de la Liga de Higiene Mental va más allá y sostiene que los damnificados también deben recibir atendión psicológica, pues a su criterio, unos 90 días después de los desastres pueden sufrir algún trastorno al dimensionar sus pérdidas.
"La salud mental de las personas que han perdido sus pertenencias, viviendas y seres queridos podría verse afectada si no es atendida a tiempo, pueden pasar unos tres meses luego de los desastres para que las personas vean la dimensión de lo que han perdido materialmente o sientan la ausencia de un ser querido", afirmó a la AFP.
Garavito destacó que es en ese momento cuando se pueden presentar enfermedades mentales como depresión, angustia y ansiedad.
El gobierno guatemalteco anunció este viernes el inicio de un plan de recuperación y reconstrucción por los estragos ocasionados por Agatha, la primera tormenta tropical de la temporada, y la erupción del volcán Pacaya.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertó que en las próximas semanas podrían registrarse brotes de enfermedades respiratorias agudas, diarreas, cólera y dengue producto de la humedad y el hacinamiento en el que se encuentra la población afectada y específicamente por el consumo de alimentos y agua contaminados.
Ante ello, el representante de la OPS/OMS en Guatemala, Pier Paolo Balladeli, indicó se trabaja en la búsqueda de recursos económicos para paliar la crisis, y comprar de medicamentos, insumos quirúrgicos y atención al brote del dengue, entre otras cosas.
Por su parte, el epidemiólogo del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), Fernando Ortíz señala que la población más vulnerable a ese tipo de problemas es la que debió acudir a albergues temporales tras quedarse sin casa y sin saneamiento ambiental.
Según Ortíz, es de "vital importancia" mantener vigilancia epidemiológica sobre el comportamiento de enfermedades diarreicas e infecciones respiratorias agudas.
También instó a evitar otro tipo de brotes infectocontagiosos, como hongos en los pies, manos o cualquier parte del cuerpo provocado por bacterias.
"Los más afectados suelen ser los niños y los adultos mayores, o bien pacientes que sufren de alguna enfermedad crónica, por lo que (se) recomendó que se realice una consulta preventiva y curativa cuando sea necesario, además de dotar de agua potable en los albergues", dijo Ortíz a la AFP.
La OPS también manifestó su preocupación ante la posibilidad de que se acentúen los casos de desnutrición en el corredor seco (este) debido a que las lluvias destrozaron las cosechas, aspecto que podría repercutir en la escasez de alimentos.
Brigadas del Ministerio de Salud reportan que en los albergues, a nivel nacional, las afecciones que más se registran son infecciones respiratorias, enfermedades en la piel y diarreas.
Sin embargo, Antonio Garavito, director de la Liga de Higiene Mental va más allá y sostiene que los damnificados también deben recibir atendión psicológica, pues a su criterio, unos 90 días después de los desastres pueden sufrir algún trastorno al dimensionar sus pérdidas.
"La salud mental de las personas que han perdido sus pertenencias, viviendas y seres queridos podría verse afectada si no es atendida a tiempo, pueden pasar unos tres meses luego de los desastres para que las personas vean la dimensión de lo que han perdido materialmente o sientan la ausencia de un ser querido", afirmó a la AFP.
Garavito destacó que es en ese momento cuando se pueden presentar enfermedades mentales como depresión, angustia y ansiedad.
El gobierno guatemalteco anunció este viernes el inicio de un plan de recuperación y reconstrucción por los estragos ocasionados por Agatha, la primera tormenta tropical de la temporada, y la erupción del volcán Pacaya.
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