Wang Wei se casó el 2005 y un mes después comenzó maltratar a su mujer y a sus padres. Esposa aseguró que enfermedad de próstata le convirtió en un hombre introvertido, maníaco y violento.
El ciudadano chino Wang Wei sufre una enfermedad mental desde hace dos años y tras ser diagnosticado de forma oficial hace un mes fue hospitalizado este miércoles tras vivir encadenado en una habitación de la casa de sus padres durante todo este tiempo, ya que éstos temían que agrediese a niños.
Wang, nacido en un pueblo de las afueras de Xian, en la provincia de Shaanxi, noroeste de China, contrajo matrimonio en junio de 2005 y un mes después comenzó a sufrir desórdenes psicológicos y empezó a maltratar a su mujer y a sus padres, explicó el diario "China Daily".
La esposa de Wang lo denunció y aseguró que la enfermedad de próstata que sufría éste le convirtió en un hombre introvertido, menos locuaz, maníaco y violento.
El caso de Wang es un ejemplo de las malas condiciones en que viven muchas personas con problemas mentales en China, debido a la falta de medios económicos de muchas familias en un país donde la sanidad es de pago para la mayoría de los ciudadanos.
Según datos del Centro Chino para Control y Prevención de Enfermedades, en 2009, al menos 100 millones de chinos sufrían algún problema mental, 16 millones de los cuales eran considerados casos graves, pero la mayoría de estos enfermos nunca han recibido atención médica.
Respecto a la capacidad de China para asistir a sus enfermos mentales, en 2009, de acuerdo al anuario "Las estadísticas de Salud China 2009", sólo había 598 hospitales que atendiesen a estos enfermos en todo el país.
Además, se calcula que ahora en el gigante asiático cada 100.000 personas, sólo 1,26 es un psiquiatra cualificado, mientras que la media mundial es de 4.
Este año, ataques de personas con problemas mentales a escuelas y guarderías han motivado que el Gobierno chino se plantee medidas para mejorar la situación.
Entre ellas, el Ministerio chino de Salud anunció esta semana la construcción y renovación de 550 hospitales y departamentos mentales para mejorar así la asistencia.
El ministro Yin Li indicó durante el anuncio de esta medida que el número de enfermos mentales en China está aumentando a causa de la transformación social que está experimentado el país.
EFE
Wang, nacido en un pueblo de las afueras de Xian, en la provincia de Shaanxi, noroeste de China, contrajo matrimonio en junio de 2005 y un mes después comenzó a sufrir desórdenes psicológicos y empezó a maltratar a su mujer y a sus padres, explicó el diario "China Daily".
La esposa de Wang lo denunció y aseguró que la enfermedad de próstata que sufría éste le convirtió en un hombre introvertido, menos locuaz, maníaco y violento.
El caso de Wang es un ejemplo de las malas condiciones en que viven muchas personas con problemas mentales en China, debido a la falta de medios económicos de muchas familias en un país donde la sanidad es de pago para la mayoría de los ciudadanos.
Según datos del Centro Chino para Control y Prevención de Enfermedades, en 2009, al menos 100 millones de chinos sufrían algún problema mental, 16 millones de los cuales eran considerados casos graves, pero la mayoría de estos enfermos nunca han recibido atención médica.
Respecto a la capacidad de China para asistir a sus enfermos mentales, en 2009, de acuerdo al anuario "Las estadísticas de Salud China 2009", sólo había 598 hospitales que atendiesen a estos enfermos en todo el país.
Además, se calcula que ahora en el gigante asiático cada 100.000 personas, sólo 1,26 es un psiquiatra cualificado, mientras que la media mundial es de 4.
Este año, ataques de personas con problemas mentales a escuelas y guarderías han motivado que el Gobierno chino se plantee medidas para mejorar la situación.
Entre ellas, el Ministerio chino de Salud anunció esta semana la construcción y renovación de 550 hospitales y departamentos mentales para mejorar así la asistencia.
El ministro Yin Li indicó durante el anuncio de esta medida que el número de enfermos mentales en China está aumentando a causa de la transformación social que está experimentado el país.
EFE
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