Los países europeros no se niegan a los escáneres corporales, pero ponen condiciones, especialmente la obligación de destruir las imágenes.
Ataque a la dignidad humana o instrumento de lucha contra el terrorismo: los escáneres corporales dividen a Europa y Washington, que va a hacer todo lo posible para convencer a los gobiernos de la
UE de que implanten este tipo de controles en sus aeropuertos.
La secretaria estadounidense de Seguridad Interior, Janet Napolitano, intentará convencer a sus colegas europeos el jueves en una reunión en Toledo (centro de España).Pero pisa un terreno minado y en un mal momento.
Las autoridades estadounidenses tuvieron, en efecto, que disculparse ante un diputado ecolo-comunista español, Gaspar Llamazares, cuya fotografía fue utilizada por el FBI para elaborar un retrato robot de Osama bin Laden envejecido.
Este caso ha dado argumentos de peso a los detractores de Washington, convencidos de que las autoridades estadounidense hacen un mal uso de los datos personales que obtienen.
"Esta reunión debe permitir encontrar un consenso", aseguró una responsable estadounidense.
"Napolitano no quiere imponer nada. Viene a escuchar a sus colegas y a hablar de los medios para trabajar juntos frente a desafío que nos afecta a todos", precisó.
Los europeos no dicen que no a los escáneres corporales, pero ponen condiciones, especialmente la obligación de destruir las imágenes.
Temen que un "frenesí de seguridad" lleve a cada país de la UE a equipar sus aeropuertos con
estos aparatos sin concertarse.
Dos Estados han tomado ya la delantera: el Reino Unido y Holanda, "los dos países más sensibles a las presiones estadounidenses", comentó, irónico, un diplomático europeo.
"Pero, por ahora, buscamos una posición común", subrayó.
El jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, cuyo país ocupa la presidencia semestral de la UE, insiste en lograr esa posición.
"Es probable que esa posición común camine en la dirección de reforzar la seguridad del control de los pasajeros en los aeropuertos", dijo en una entrevista publicada el domingo por el rotativo El País.
El intento de atentado contra un vuelo Amsterdam-Detroit en Navidad "ha obligado a una reconsideración de fortalecer el sistema de seguridad en el transporte aéreo", explicó.
El autor del intento de atentado, un joven nigeriano, había tomado este vuelo en Amsterdam y llevaba con él explosivos que no fueron detectados en los controles.
Sin embargo, España aseguró que no tomará ninguna decisión hasta que los 27 no adopten una posición común, aunque las opiniones sobre el asunto son divergentes: mientras Holanda y Reino Unido, se han adelantado y la República Checa se ha mostrado favorable, otros países se muestran más prudentes.
Francia e Italia quieren utilizar los escáneres de forma experimental, pero otros países, especialmente Alemania, se muestran mucho más reservados.
Las instituciones europeas no le van a facilitar el trabajo a Washington.
Los diputados europeos votaron una resolución en 2008 contra el uso de los escáneres corporales y tendrán que hacerles cambiar de opinión para que modifiquen su posición.
Un objetivo que se antoja difícil, sobre todo por que muchos de los eurodiputados son firmes adversarios de esta tecnología que consideran intrusiva y degradante.
Algunos incluso denuncian cierta forma de voyeurismo, ya que los aparatos desnudan a las personas controladas.
La nueva comisaria de Justicia, la luxemburguesa Viviane Reding, se decantó en el mismo sentido para lograr su apoyo durante su comparecencia en la eurocámara, arremetiendo contra el miedo, como el peor de los consejeros.
Su colega encargado de los Transportes, el estonio Siim Kallas, también consideró que los escáneres corporales "no son la panacea".
UE de que implanten este tipo de controles en sus aeropuertos.
La secretaria estadounidense de Seguridad Interior, Janet Napolitano, intentará convencer a sus colegas europeos el jueves en una reunión en Toledo (centro de España).Pero pisa un terreno minado y en un mal momento.
Las autoridades estadounidenses tuvieron, en efecto, que disculparse ante un diputado ecolo-comunista español, Gaspar Llamazares, cuya fotografía fue utilizada por el FBI para elaborar un retrato robot de Osama bin Laden envejecido.
Este caso ha dado argumentos de peso a los detractores de Washington, convencidos de que las autoridades estadounidense hacen un mal uso de los datos personales que obtienen.
"Esta reunión debe permitir encontrar un consenso", aseguró una responsable estadounidense.
"Napolitano no quiere imponer nada. Viene a escuchar a sus colegas y a hablar de los medios para trabajar juntos frente a desafío que nos afecta a todos", precisó.
Los europeos no dicen que no a los escáneres corporales, pero ponen condiciones, especialmente la obligación de destruir las imágenes.
Temen que un "frenesí de seguridad" lleve a cada país de la UE a equipar sus aeropuertos con
estos aparatos sin concertarse.
Dos Estados han tomado ya la delantera: el Reino Unido y Holanda, "los dos países más sensibles a las presiones estadounidenses", comentó, irónico, un diplomático europeo.
"Pero, por ahora, buscamos una posición común", subrayó.
El jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, cuyo país ocupa la presidencia semestral de la UE, insiste en lograr esa posición.
"Es probable que esa posición común camine en la dirección de reforzar la seguridad del control de los pasajeros en los aeropuertos", dijo en una entrevista publicada el domingo por el rotativo El País.
El intento de atentado contra un vuelo Amsterdam-Detroit en Navidad "ha obligado a una reconsideración de fortalecer el sistema de seguridad en el transporte aéreo", explicó.
El autor del intento de atentado, un joven nigeriano, había tomado este vuelo en Amsterdam y llevaba con él explosivos que no fueron detectados en los controles.
Sin embargo, España aseguró que no tomará ninguna decisión hasta que los 27 no adopten una posición común, aunque las opiniones sobre el asunto son divergentes: mientras Holanda y Reino Unido, se han adelantado y la República Checa se ha mostrado favorable, otros países se muestran más prudentes.
Francia e Italia quieren utilizar los escáneres de forma experimental, pero otros países, especialmente Alemania, se muestran mucho más reservados.
Las instituciones europeas no le van a facilitar el trabajo a Washington.
Los diputados europeos votaron una resolución en 2008 contra el uso de los escáneres corporales y tendrán que hacerles cambiar de opinión para que modifiquen su posición.
Un objetivo que se antoja difícil, sobre todo por que muchos de los eurodiputados son firmes adversarios de esta tecnología que consideran intrusiva y degradante.
Algunos incluso denuncian cierta forma de voyeurismo, ya que los aparatos desnudan a las personas controladas.
La nueva comisaria de Justicia, la luxemburguesa Viviane Reding, se decantó en el mismo sentido para lograr su apoyo durante su comparecencia en la eurocámara, arremetiendo contra el miedo, como el peor de los consejeros.
Su colega encargado de los Transportes, el estonio Siim Kallas, también consideró que los escáneres corporales "no son la panacea".
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