Una reciente investigación revela que las gorilas hembras abandonan un harem, ya sea con cría o sin esta, y buscan unirse a otro grupo.
Cuando los machos u otros miembros del grupo sufren de una enfermedad de la piel y presentan llagas o deformaciones de los tejidos, las hembras gorilas cambian de harem, según un estudio que posibilita comprender mucho mejor esta especie amenazada.
"Comprender mejor los motores" de la dispersión de esta especie y "analizar los ajustes eventuales en caso de perturbaciones puede ayudar a la conservación en el caso de una especie en peligro como el gorila", explican a Nelly Ménard y Pascaline Le Goua, de la universidad de Rennes, coautoras del estudio, publicado esta semana en la revista Ecology.
Los gorilas de las planicies del Oeste, en África, están clasificados como especies en peligro crítico de extinción, según la Lista Roja de la Unión internacional para la conservación de la naturaleza (UICN).
"En el mundo de los gorilas, las hembras viven en harems y pueden cambiar hasta tres veces en su vida", subrayan las coautoras.
Nueva razón para huir
Se sabía que cambiaban para evitar la consanguinidad, huir del riesgo de predación, limitar la competencia (por la comida o acceso al compañero sexual, por ejemplo), buscar un compañero sexual de calidad o si el macho dominante envejecía (por lo que sus capacidades para defender el grupo disminuían).
Pero se agrega una nueva razón: huir de la enfermedad de pian, "que crea llagas en el cuerpo, en particular el rostro, cuyo avance puede llevar a necrosis de los tejidos (narices, labios) y deformaciones óseas que pueden ser muy discapacitantes (dificultad para comer, respirar, tibias deformes...)", señalan las investigadoras.
Investigadores del CNRS y de la universidad de Rennes estudiaron durante 10 años unos 600 gorilas del parque nacional de Odzala-Kokoua, en el noroeste de la República del Congo.
El gorila macho forma su grupo reproductor alrededor de los 15-18 años. Vive con sus hembras y los pequeños, pero cuando los jóvenes machos se acercan a la edad adulta, el macho los expulsa.
Huir de los grupos donde hay muchos congéneres facilita a las hembras y a sus pequeños evitar la contaminación.
Las hembras abandonan el grupo sea cual fuere "el estatuto de los espaldas plateadas (otro nombre de los gorilas del oeste) enfermos", subraya el estudio. "Se trata entonces de elección de compañeros sociales y no necesariamente de compañeros sexuales".
Pero algo puede impedir su partida: tener un pequeño dependiente. "Esa elección tendría en cuenta el riesgo de infanticidios si la hembra llega con su hijo a un nuevo harem cuyo macho dominante no es el padre", dicen las investigadoras.
El objetivo final es garantizar el mejor éxito reproductor y la sobrevivencia de los hijos.
AFP
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