Rusia realizó esta semana a las puertas de la Unión Europea (UE) una serie de maniobras militares conjuntas con Bielorrusia, llamadas Zapad-2017, que han provocado manifestaciones de protesta por parte de algunos miembros de la OTAN.
Estos ejercicios movilizaron cerca de 12,700 soldados durante una semana a lo largo de la frontera con Lituania y Polonia. Moscú señaló a través de un comunicado que tienen "un carácter puramente defensivo y (no están) dirigidas contra ningún país en particular".
Alarman a Europa. Las maniobras se llevaron a cabo en Bielorrusia, en el enclave de Kaliningrado y en varias regiones del noreste de Rusia, es decir cerca de Polonia y de los países bálticos, que desde la anexión de Crimea en 2014 y el inicio del conflicto en el este de Ucrania ven en Rusia una amenaza contra su soberanía.
Algunos países, como Lituania y Estonia, ponen en duda las cifras anunciadas por Moscú y hablan de "más de cien mil soldados" movilizados del 14 al 20 de septiembre.
El ministro británico de Defensa, Michael Fallon, indicó que los ejercicios Zapad-2017 "están designados para provocarnos, para probar nuestras defensas y es por eso que tenemos que ser fuertes".