Mandatario chileno destacó que el sismo, pese a su elevada magnitud, no causó muertos ni heridos, ni tampoco daños importantes, y elogió la rápida reacción de los servicios de emergencia.
Un terremoto de 6,9 grados de magnitud en la escala abierta de Richter, al que siguieron varias replicas, hizo recordar hoy a los chilenos la catástrofe del 27 de febrero del año pasado, cuando un seísmo de 8,8 grados devasto parte del centro y sur del país.
A las 17:20 horas de este domingo (20:20 GMT), seis regiones del centro y sur de Chile fueron sacudidas por un sismo que, según los expertos, está relacionado con el terremoto del año pasado, cuyos efectos en las placas Sudamericana y de Nazca aún persisten, debido a que el subsuelo del país aun no ha terminado de asentarse nuevamente.
"La actividad sísmica va a seguir", dijo a los periodistas el presidente chileno, Sebastián Piñera, tras reunirse con autoridades y expertos en la sede de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) para analizar la situación.
Piñera destacó que el sismo, pese a su elevada magnitud, no causó muertos ni heridos, ni tampoco daños importantes, y elogió la rápida reacción de los servicios de emergencia.
El mandatario consideró natural que muchos habitantes de localidades costeras hayan decidido pasar la noche en lugares de altura, por temor a un eventual maremoto.
La posibilidad de un tsunami ha sido descartada por el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Marina.
Piñera subrayo que los intendentes (gobernadores) de las regiones afectadas han tomado las medidas necesarias para asegurar el normal funcionamiento de los servicios.
De acuerdo con los organismos oficiales, la onda telúrica del sismo de las 17:20 horas (20:20 GMT), abarcó las regiones de O"Higgins y Maule, en el centro del país, y las sureñas del Biobío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, cuyos habitantes aún recuerdan el terremoto que devastó parte del territorio chileno el 27 de febrero de 2010.
En un informe preliminar, el Servicio de Geología de Estados Unidos había indicado que la magnitud del sismo era de 7,1 grados en la escala de Richter y localizó el epicentro bajo el mar, a unos 96 kilómetros al noroeste de Temuco, la capital de La Araucanía y a unos 690 kilómetros al sur-suroeste de Santiago, a una profundidad de 16,9 kilómetros.
Más tarde, el Instituto de Sismología de la Universidad de Chile fijó la magnitud del sismo en 6,5 grados y situó su epicentro bajo el mar, a 149 kilómetros al oeste de Tirúa, a una profundidad de 29,5 kilómetros.
Posteriormente, el organismo modificó su cálculo y determinó que la magnitud fue de 6,9 grados Richter y señalo además que el epicentro estuvo a 134 kilómetros al oeste de Tirúa y a unos 600 al suroeste de Santiago, en el límite de las regiones del Bío Bío y La Araucanía.
A las 18:10 horas (21:10 GMT) una réplica de 5,1 grados sacudió las regiones afectadas, con su epicentro en el mismo sector, 73 kilómetros al oeste de Tirúa.
A las 18:44 horas (21:44 GMT), una segunda réplica, de igual magnitud, se produjo en la región de Los Ríos, con su epicentro también bajo el mar, a 139 kilómetros al oeste de Valdivia, la capital regional y a unos 850 al suroeste de Santiago, a una profundidad de 30,5 kilómetros.
A las 19:35 horas una nueva réplica, de 4,7 grados Richter, se localizó a 40 kilómetros al oeste de Tirúa, en el área del epicentro del sismo principal.
Algunas playas del Bíobío y regiones vecinas, atestadas de veraneantes, fueron evacuadas por las autoridades, mientras en algunas localidades costeras de La Araucanía sus habitantes se dirigieron a los cerros por el temor a un maremoto.
EFE
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