Unas 300 viviendas fueron clausuradas en favela Morro de Urubú, mientras que otras siete favelas donde habitan un total de 4 mil familias serán desalojadas.
Las autoridades de Río de Janeiro iniciaron este fin de semana el desalojo de las favelas en áreas de riesgo, que serán demolidas para evitar tragedias como la ocasionada por las peores lluvias en décadas que dejaron más de 200 muertos.
El alcalde de Río, Eduardo Paes, confirmó que familias en áreas de la favela Morro de Urubú (suburbio) ya fueron obligadas a abandonar el lugar el sábado.
Este lunes comenzarán a ser demolidas sus casas en zona de riesgo, como parte de una nueva política oficial destinada a prevenir nuevos y trágicos derrumbes en numerosas colinas locales.
"La situación es impresionante. Tuvimos suerte", sostuvo Paes en su microblog de Twitter.
En Urubú unas 300 casas fueron clausuradas por la Defensa Civil.
Paes anunció que otras siete favelas serán desalojadas y removidas, entre ellas dos
en la colina del turístico barrio Santa Teresa y otra dentro del área de la famosa Rocinha, la mayor de Río, totalizando 4.000 familias.
El alcalde firmó el viernes un decreto que autoriza el desalojo por la fuerza de los vecinos que insistan en permanecer en casas construidas en áreas de riesgo en la capital, donde sumaban 63 los muertos.
La alcaldía le dará a las familias una "renta social" de al menos 141 dólares mensuales como ayuda mientras se construyen nuevas casas.
Paes había dicho el martes que unas 10.000 viviendas cariocas están ubicadas en "áreas de riesgo".
La alcaldía proyecta hasta 2012 desalojar 12.196 familias de 32 de esas zonas, transcendió en la prensa local.
Las tareas rescate de los muertos que dejaron las precipitaciones de lunes y martes- seguidas luego de lluvias de intensidad variable- se concentran en el vecino municipio de Niteroi, unido a Río por un extenso puente, donde se contabilizan 146 fallecidos, según el último balance oficial.
Allí los bomberos trabajan en la favela Morro do Bumba donde se produjo el peor de los deslaves causado por las lluvias, que dejaron en todo el estado más de 52.000 desalojados.
Hasta el domingo fueron retirados de Bumba al menos 33 cuerpos pero la búsqueda sigue al estimarse que habría unas 200 personas enterradas. Solo 25 personas fueron rescatadas con vida.
En una visita a la favela este domingo, el gobernador del estado, Sergio Cabral anunció que el gobierno federal de Brasil le dará un préstamo de unos 2.295 millones de dólares para atender los daños y que destinará USD 554 millones del total para un plan de viviendas y remoción de favelas en áreas de riesgo.
La Morro do Bumba, donde fueron clausuradas decenas de casas, fue edificada sobre un viejo depósito de basura, que aunque compactado por el tiempo, con las lluvias dio lugar al deslizamiento de tierra.
Esto fue el blanco principal de las críticas a las autoridades por omisiones en la construcción de esas comunidades pobres en áreas de riesgo.
Igual situación ocurre cerca de allí, en la favela Morro do Ceu, donde otras 200 familias serán desalojadas y sus viviendas precarias destruidas, no solo por riesgos de derrumbes, sino también por las grietas surgidas en las casas.
Un reportaje del diario O Globo señaló el domingo que un informe preliminar de técnicos detectó que Río tiene al menos ocho barrios y 18 favelas que crecieron sobre basurales como en el de Bumba.
La universidad pública realizará un mapeo de la situación pues estima que hay al menos 200 basurales inadecuados abandonados en el estado de Río.
AFP
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