El revuelo causado por la foto de la activista ambiental Greta Thunberg saltó de las redes sociales al mundo de la política. Algunas voces condenaron la actitud de la joven, mientras que otros salieron en su defensa.
La controversia comenzó el último sábado, cuando Greta Thunberg, de camino a Suecia y procedente de la cumbre del clima de Madrid, tuiteó una foto que la mostraba sentada en el suelo y rodeada de maletas, una imagen familiar para muchos usuarios del ferrocarril alemán.
La cuenta de Twitter de Deutsche Bahn comenzó por desearle un buen viaje y apuntar que el consorcio sigue esforzándose por poner más asientos y trayectos a disposición de sus pasajeros. Sin embargo, ese mensaje fue borrado, para ser sustituido el sábado por otro en los que la compañía de ferrocarriles reprochaba a Thunberg que no informase "del trato amistoso y competente que has recibido de nuestro equipo en tu asiento de primera clase".
Poco después, la activista aclaró el equívoco: su tren original, que debía ir directo de Basilea a Hamburgo, fue cancelado, por lo que tuvo que hacer varios transbordos hasta alcanzar Gotinga, donde sí obtuvo un asiento. A partir de la ciudad de Kassel viajó en primera, sin que la joven especificase si era porque su billete original pertenecía a esa clase, o si la Deutsche Bahn había reacomodado a algunos pasajeros allí a falta de asientos en segunda.
"Por supuesto que esto no es un problema y nunca he dicho que lo fuera. Los trenes abarrotados son una buena señal, porque significa que la demanda de los viajes en tren es elevada," explicó Thunberg, que según medios alemanes viajaba acompañada de su padre.
La cuenta de Deutsche Bahn no volvió a contestar, pero acumula cientos de comentarios que le afean la difusión de informaciones personales de la pasajera y critican la oportunidad perdida para aprovechar el viaje de la activista para su campaña comunicativa.
Reacciones
El revuelo causado por una foto de la activista por el clima Greta Thunberg a su paso por Alemania, sentada en el suelo de un tren abarrotado, saltó de las redes sociales al mundo de la política en lo que es ya su tercer día consecutivo.
"Como decía mi abuela, a los santos y los hipócritas les separa muy poco," escribió en Twitter Thomas Bareiß, político conservador de la Unión Democristiana y secretario de estado parlamentario del Ministerio de Economía y Energía, realizando un juego de palabras en alemán.
Otros, como el primer ministro del estado federado de Turingia, Bodo Ramelow, salieron en defensa de la activista, preguntándose si la Deutsche Bahn -la empresa que gestiona los ferrocarriles alemanes- hubiera reaccionado igual si se hubiera tratado de otro cliente.
(Con información de EFE)
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