Como consecuencia de la erupción, las autoridades reportaron la muerte de un periodista que cubría el fenómeno, así como la de un profesor.
El volcán Pacaya de Guatemala ha empezado a reducir su actividad eruptiva, aunque las autoridades advirtieron que aún representa peligro, mientras que la tormenta tropical "Agatha" se ha convertido en una nueva amenaza para los guatemaltecos.
Un portavoz de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) dijo a periodistas que el Pacaya "sigue teniendo explosiones y lanzando lava y arena", pero en menor medida que el jueves, cuando produjo una fuerte erupción.
"Seguimos vigilando el comportamiento del volcán porque consideramos que aún representa peligro", precisó la fuente.
Las autoridades de Protección Civil trasladaron a albergues seguros a cerca de 2.000 personas habitantes de las comunidades afectadas, en donde unas cien viviendas quedaron totalmente destruidas por las piedras y arena lanzadas por el coloso.
Las lluvias, que se iniciaron el pasado miércoles y que se han incrementado por la presencia de "Agatha", obstaculizan el trabajo de limpieza de las calles y casas de la capital y sus alrededores en donde cayeron toneladas de arena volcánica.
Como consecuencia de la erupción, las autoridades reportaron la muerte, la noche del pasado jueves, de un periodista que cubría el fenómeno, así como la de un profesor que el viernes cayó del cuarto piso de un edificio donde limpiaba la arena.
Además, permanecen desaparecidos tres niños, y más de un millar de personas se han resistido a ser trasladadas a los albergues por temor a perder sus pertenencias, a pesar de la advertencia de las autoridades.
El aeropuerto internacional La Aurora (en la capital), según la Dirección General de Aeronáutica Civil, permanecerá cerrado durante 48 horas más, debido a que aún no han concluido los trabajos de limpieza de la arena que cayó sobre su pista.
El volcán de Pacaya, el más activo de Centroamérica, está ubicado a unos 50 kilómetros al sur de la capital y a 2.552 metros sobre el nivel del mar. EFE
Un portavoz de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) dijo a periodistas que el Pacaya "sigue teniendo explosiones y lanzando lava y arena", pero en menor medida que el jueves, cuando produjo una fuerte erupción.
"Seguimos vigilando el comportamiento del volcán porque consideramos que aún representa peligro", precisó la fuente.
Las autoridades de Protección Civil trasladaron a albergues seguros a cerca de 2.000 personas habitantes de las comunidades afectadas, en donde unas cien viviendas quedaron totalmente destruidas por las piedras y arena lanzadas por el coloso.
Las lluvias, que se iniciaron el pasado miércoles y que se han incrementado por la presencia de "Agatha", obstaculizan el trabajo de limpieza de las calles y casas de la capital y sus alrededores en donde cayeron toneladas de arena volcánica.
Como consecuencia de la erupción, las autoridades reportaron la muerte, la noche del pasado jueves, de un periodista que cubría el fenómeno, así como la de un profesor que el viernes cayó del cuarto piso de un edificio donde limpiaba la arena.
Además, permanecen desaparecidos tres niños, y más de un millar de personas se han resistido a ser trasladadas a los albergues por temor a perder sus pertenencias, a pesar de la advertencia de las autoridades.
El aeropuerto internacional La Aurora (en la capital), según la Dirección General de Aeronáutica Civil, permanecerá cerrado durante 48 horas más, debido a que aún no han concluido los trabajos de limpieza de la arena que cayó sobre su pista.
El volcán de Pacaya, el más activo de Centroamérica, está ubicado a unos 50 kilómetros al sur de la capital y a 2.552 metros sobre el nivel del mar. EFE
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